>

Blogs

Adrián Ausín

Campo y playu

Corfú y Sissí

(Tragicomedia griega 3)

A Corfú la distingue la guía Lonely Planet como “quizá la isla más bonita de Grecia”. Sin embargo, advierte: “También una de las más masificadas “. A finales de junio aún no ha llegado la marabunta y el viajero puede hacer unos pequeños pinitos por la isla sin empujones. La capital, Corfú (Kerkyra), tiene mucho sabor. Está volcada al mar, con sus casas de influencia veneciana y un par de fortalezas que la caracterizan. En la primera noche, te instalas en el Konstantinopoulis, un hotel art nouveau con ascensor a la antigua usanza, de esos a los que le ves la cuerda de sujeción, y ventanas en las habitaciones con vistas al amplio mar y la costa albanesa. Sales a callejear por la zona antigua, que combina un saborín auténtico con un exceso de tiendas de souvenirs. Luego cenas rico en el sencillo restaurante que frecuentaban los hermanos Durrell, ambos escritores, el Hrisolamis, y te vas a la piltra, pues has de pegarte madrugón para ir tres días a Paxi. A la vuelta atacarás de nuevo Corfú, dos noches más, con coche de alquiler.

La primera visita obligada, en la segunda etapa de Corfú, es el palacio de Achillion (Aquiles), mandado construir por Isabel de Baviera, o sea, Sissí Emperatriz, allá por el año 1890, como residencia de verano. El edificio está en una colina sobre el mar y, curiosamente, se accede a sus bonitos jardines, con vistas al Jónico, desde la tercera planta. Para entonces, la esposa del rey de Austria, Francisco José, había acumulado cierto número de desgracias que habían avinagrado su carácter, así como la relación con el marido. Tenía 53 años, había visto morir a dos de sus cinco hijos (Sofía, a los 2 años, por un tifus contraído en un imprudente viaje decidido por ella; y Rodolfo, el único varón, a los 30, al suicidarse junto a su novia), así como a su hermana (quemada en París), a su primo el Rey Luis II de Baviera (suicidado) y a su cuñado Maximiliano (suicidado en México). Tanta desgracia junta, al parecer, la decidió a refugiarse en el arte y el deporte; así como a buscar climas cálidos para mejorar su salud. Así surgió ‘Achillion’, un palacio de restallu, con unas vistas espectaculares. Pero solo lo disfrutaría ocho años. A su muerte, asesinada por un anarquista en un lago de Ginebra, pasaría a manos del kaiser Guillermo II. Luego sería hospital militar en la primera guerra mundial y finalmente museo.

Con la imagen de Sissí, esculpida en mármol junto a la puerta de entrada, te pierdes un poco por el paisaje interior de Corfú atravesando pueblinos rodeados de un singular paisaje montañoso donde ‘racimos’ de cipreses sobresalen aquí y allá sobre la vegetación. Te vas hasta la punta sur, a Lefkimmi, donde comes junto a un curioso canal, con sus barcos de pesca, que desemboca en el mar. La dueña del restaurante es inglesa y desborda simpatía. Cuando llegas al hotel Sebastian, en Hagios Gordios, también te recibe una inglesa cortada por el mismo patrón: cincuentona, con cara de felicidad, atenta y sonriente. Al identificarte como el pesado español que le mandó varios emails para preguntarle cosas de la isla que no encontrabas por ninguna parte suelta una carcajada; al igual que la soltó la esposa cuando los leyó, pues el inglés de quien escribe no pasa de rústico, aunque sea suficiente para hacerte entender en lo fundamental. Los griegos, por cierto, entran en esta última clasificación, lo cual allanó nuestro entendimiento en grado máximo para sorpresa de la muyer, que a veces ni siquiera entendía nuestro destrozo del idioma de la Gran Bretaña.

En Sebastian las habitaciones son buenas y la comida, bajo una gran parra, de diez, con la pequeña pega del chirriante dueño que no para de pasar por las mesas con cara de felicidad preguntando cansinamente ‘Everythings is ok?’ una y otra vez. Poniéndole una mordaza, el sitio es espectacular. Y el pueblo, un sitio más bien turistiquillo mirando al mar, en medio de un paisaje abrupto muy chulo. Ahí ves el inacabable España-Italia de la Copa Confederación en una terraza y vagueas un día completo, renunciando a peinar la isla más a fondo. Correr en verano a veces no apetece mucho. Mejor dormir a pierna suelta y tomarse la vida, entre isla e isla, con toda la pachorra del mundo. Pues a la mañana siguiente toca coger un avión que se acerca más a la categoría de avioneta para ir dando saltos hasta llegar a Citera. Pero antes has de hablar de Paxi, tu gran objetivo, adonde se llega en hora y media de hidrodeslizador.

Temas

Gijón y otras hierbas

Sobre el autor

Adrián Ausín (Gijón, 1967) es periodista. Trabaja en el diario EL COMERCIO desde 1995. Antes, se inició en la profesión en Bilbao, Sevilla y Granada. En 2019 escribió para el Ateneo Jovellanos el catálogo 'Gijón Escultural'. Luego publicó la novela por entregas 'Cilurnigutatis Boulevard' en Amazon (2021). De la comedia pasó a la tragedia, sin anestesia, en la distopía 'El buen salvaje' (2022), donde denuncia los peligros para el hombre del abuso de las nuevas tecnologías. 'García' (2023) se pasa al costumbrismo con todos los ingredientes de la novela clásica, ambientada en el Gijón de 1979.


julio 2013
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031