(Solo para Hombres)
¿Quién dijo Robocop? Un hombre no es un hombre de verdad hasta que ha tenido en sus manos un rotovator, lo ha arrancado virilmente tirando de la anilla y ha roturado la tierra, asiéndolo con fuerza, para preparar su huerta. Eso es un machoman auténtico: The Rotovator Man. Que se quiten Guti, Beckham, Cristiano y Piké juntos. Imagino a lo sumo a Pujol con un rotovator, pero a pocos más. Los demás, de metrosexuales nun pasen.
Esta mañana visité al suegro, le mangué el remolque y el rotovator, también llamado motocultor en ámbitos agrícolas, puse rumbo a Arroes, bajé el rotovator al suelo y las hormonas se empezaron a disparar. Sin la tableta pectoral de Hugh Jackman, pero con la moral por las nubes, arranqué la máquina celestial y empecé a revolver tierra negra like a donkey’s bolloks (en inglés queda más fino). Bien cuchada allá por diciembre, con añadidos de hojas y siegas, la argamasa revuelta tal parecía oro fino para los plantones: tomates, lechugas, calabacines, pimientos, perejil, puerros y lo que se tercie. En menos de una hora, gracias a la poderosa herramienta, todo quedó listo para el cultivo.
Limpié el rotovator, lo cargué de nuevo en el remolque y pasé la mano por la frente. ¿Cómo no viene nadie a grabar un anuncio de colonia? ¿Dónde está la prensa? Los micrófonos volcados en Mou y Pep; y aquí estoy yo, vigorizado y desperdiciado, en este bello rincón de Villaviciosa. Miro al cielo azul y grito varonilmente “¡Rotovatorrrrrrrrr!”. Alzo los brazos, escorzo el cuerpo como si fuera a bailar un rap y aguardo un diluvio de silbidos femeninos. “¡Rotovatorrrrrrrr!”, vuelvo a clamar más solo que la una. ¿Dónde está el graderío? ¿Dónde las bailarinas modelo NBA para rodear al agroman con sus danzas mientras rotura la tierra? Con el cuello hinchao como el Cristiano, lanzo un último grito lastimero que ahuyenta aves y fauna: ¡Rotovatorrrr!