(Dos paraísos en abril: Granada y Cadiz, 3)
Fábula 1. A un hombre se le escapa su mejor caballo. El pueblo le dice: qué mala suerte, perdiste tu mejor caballo. Él se muestra escéptico. Al cabo de tres días, el caballo retorna al cercado con otros cinco ejemplares más. El pueblo le dice: qué buena suerte, recuperaste el caballo y ganaste otros cinco. Él sigue escéptico. Entonces su hijo de 18 años intenta domar uno de los cinco caballos salvajes y se rompe las dos piernas. El pueblo le dice: qué mala suerte. Pero estalla la guerra. Reclutan a todos los jóvenes del pueblo enviándolos a una muerte segura menos al de las dos piernas rotas. El pueblo, una vez más, cambia de parecer: qué buena suerte tienes. Moraleja: no te quedes nunca en la inmediatez, juzga los hechos con perspectiva.
Fábula 2. Llega un viajero a un pueblo y visita el cementerio. En las lápidas hay un dato extraño. Un día, tres días, dos meses, un año, todo lo más tres años. Nadie muere viejo. Sin embargo, entra en el pueblo y ve un panorama normal, con gente de todas las edades. Entonces pregunta por las tumbas. ¿Qué pasa aquí que nadie llega a viejo? Explicación: Es que no ponemos la edad, ponemos el número de días que esa persona fue feliz. Moraleja: intenta cada día de tu vida alcanzar la felicidad.
Estas dos fábulas fueron elegidas por el corresponsal de guerra Ramón Lobo, 59 años, ex de El País, curtido en mil batallas en todo el mundo, para rematar la conferencia dada en la Asociación de la Prensa de Granada el jueves 10 de abril. Lobo instó a la rebeldía a toda la canallesca reunida: ser inconformista, ser incómoda para los políticos, no dar nada por hecho, buscar siempre la excelencia, no resignarse ante nada ni ante nadie; pelear en definitiva por la calidad de tu vida y de tu trabajo. Estuvo bien su charla. Fue una inyección de vitalidad. También habló de su blog, En la boca del lobo, con el que, según explicó, se lo pasa bomba (como servidor a pequeña escala) por la libertad de acción que le da.
Dice un refrán popular, e irónico, que ‘el hombre es un lobo para el hombre y la mujer, una manada’, en alusión a las dificultades de ellas para llevarse bien. Con Lobo, con Ramón Lobo, optimizas tres ideas: velar por el rigor y la excelencia del periodismo, estar atento en la selva laboral de 2014 sin caer nunca en la resignación y pelear siempre por la felicidad en todas sus versiones. No caer en la rutina. No bajar los brazos. Enseñanzas preclaras bajo el cielo azul granadino, muy alentadoras para todos los que vivimos bajo cielos más nublados que nos oprimen el cogote.