Noviembre es un mes de cine. Un mes perfecto para refugiarte en el cine del cielo gris, la lluvia, el frío… Cuando en la calle no se puede estar a gusto, ¿dónde vas a estar mejor? La primera apuesta es un acierto total: ‘Relatos salvajes’. Seis historias sin desperdicio, con mucha miga, te mantienen con los ojos como platos de principio a fin. Un avión con una singular conexión entre los viajeros, un pique entre dos conductores, un tío al que le lleva el coche la grúa hasta tres veces en dos días (incomensurable Darín), una tragedia repentina en una familia acomodada, una causalidad en un bar de carretera y una boda que se desfasa. En todos hay intriga, drama y comedia negra. La película argentina dirigida por Damián Szifron es, sin duda, la mejor oferta del momento. Luego está ‘Interestelar’, un despliegue yanquilón de tecnología y efectos especiales en una aventura espacial interesante. No te enteras ni papa de las explicaciones sobre gravedad, espacio y tiempo, pero el efectismo está logrado. McConaughey está de moda. Es el chico de la película, el piloto espacial encargado de encontrar un planeta habitable para evacuar la Tierra, solo que quiere volver a ver a sus hijos y el viaje por otras galaxias es demasiado duradero… Esta tensión, unida a unas bonitas imágenes del cosmos, es la que tira de la película llevándola a buen fin.
Con estas dos incursiones dejas la oferta oficial sin más expectativas. Entonces llega el Festival de Cine de Gijón. Los horarios laborales constriñen mucho las opciones. Al final, puedes hacer tres ataques a la cartelera. ¡Y las tres son un éxito! Algo impensable años ha. Ves una película francesa, una india y otra china. Las tres están bien o muy bien. ‘Party girl’ cuenta la historia de una prostituta de 60 años a la que un fiel cliente, minero jubilado, le pide matrimonio. Se le abren las puertas a una vida ordenada, cómoda, distinta. Sin embargo, no acaba de encajar en ese nuevo ambiente convencional. Entran en juego sus cuatro hijos y empiezan a preparar la boda… ‘Titli’ es algo así como ‘Ciudad de dios’ en versión india. El menor de tres hermanos quiere escapar del ambiente delictivo de su casa, donde solo se vive de dar golpes. Pero la inercia de los acontecimientos lo va alejando de su sueño de convertirse en un modesto trabajador de un parking (aún en construcción) para atraerlo hacia los trapicheos de los hermanos, que deciden de repente casarlo para meter una mujer en casa y acceder de paso a su dote. Muy buena película, con gran ritmo narrativo, que te atrapa de principio a fin.
Queda la china. Un joven que hace prácticas de topógrafo en una empresa se queda prendado de una chica en una rotonda. Empieza a frecuentar el lugar y la calle donde la perdió de vista, una misteriosa calle llamada El Bosque que no figura en los mapas ni en los gps. Al final, conseguirá conocerla y empieza a quedar con ella. Su relación evoluciona, pero el trabajo de ella es un misterio que en seguida se manifestará de forma imprevista. ‘Trap street’ te atrapa también desde el primer instante, con ritmo, intriga y un curioso desenlace. Solo has visto tres películas de la sección oficial del FICX, pero los tres aciertos son una prueba incuestionable de que el festival gijonés sigue creciendo. Y de que está en buenas manos. Tiempo atrás, era impensable hacer tres dianas seguidas. Para ver algo bueno tenías que comerte con patatas dos o tres bodrios seguidos. Ahora, han puesto especial cuidado en la selección, pues ver cine diferente que jamás llegaría a nuestras ¡dos! cadenas comerciales no tiene por qué implicar que éste sea infumable. “Arriesgan menos”, te comenta un experto cinéfilo. Vale. Pues bendita moderación. Si hubo un gran revuelo con el relevo de Cienfuegos, puede decirse ya que Nacho Carballo ha tomado todo lo bueno que había en el FICX y lo ha llevado aún a mejor puerto. Enhorabuena a todas las personas que están detrás del festival. Gijón está de cine.