Sportinguistas del ORBE: ¡Estamos en Primera!
Ese debe ser nuestro pensamiento único cuando hemos quedado en manos ajenas y esas manos son precisamente las del Betis, equipo querido y hermano al que invocamos desde la tierra de Pelayo. En aquel Sporting-Betis del año del descenso, con Clemente de entrenador, con los béticos sin jugarse nada, la coñona afición visitante no dudó en aplaudir los goles del Sporting e incluso en cantar para toda la grada ese autóctono “Fernández vete ya” como si les fuera a ellos algo en esa reivindicación ya casi atávica en nuestra ciudad. Ganamos 2.1, con goles de Sangoy. Pero bajamos. Hace solo unos meses fue en Benito Villamarín donde, tras el 0.3, con los jugadores del Sporting cabizbajos sobre el césped, llegó por los transistores la noticia del gol de
Caballero que empataba el partido en Girona (Girona 1 Lugo 1) y nos daba el ascenso directo. El júbilo fue también bético.
Este domingo toca rematar la faena. Antes de irse de vacaciones, a los béticos les toca vivir una victoria final y mandar a Segunda, con perdón, a ese antipático equipo presidido por un capo del fútbol que, con sus tejemanejes, logró aquel ascenso a Primera a costa del Sporting de Marcelino García Toral. ¿Qué pasó en Ipurúa cuando Rodado Rodríguez nos expulsó a tres jugadores? ¿Por qué lo hizo? Él lo sabe perfectamente. Este domingo toca hacer justicia. Dejar en Primera a la mejor afición de España y bajar a Segunda a la peor. Así de simple.
Del partido de Getafe no apetece mucho hablar. Ver a Abelardo porfiar en el error de alinear a Halilovic resulta frustrante. Para el aficionado y para el equipo, pues jugando con diez resulta milagroso que Sanabria reciba un balón en condiciones. Tres pases bonitos en noventa minutos y una inoperancia total en el resto del partido no justifican alinear absolutamente a nadie. Y menos a un jugador de 19 años a medio cocer que pierde el 80% de los balones que recibe, que no lucha, que no corta, que no siente los colores y que, además, está de paso. Solo busca tres fintas para el Telediario y hacer las maletas en junio a un sitio ‘mejor’. A ver quién pica.
Halilovic empezó el año amagando ir para figura, destacó en tres partidos (en casa con el Málaga, en Cornellá y en la Copa con el Betis) y se diluyó como un azucarillo. En los grandes partidos del Sporting no estuvo (contra la Real, contra el At Madrid) y si lo hizo (contra el Sevilla) puede decirse que se ganó a pesar de su presencia indolente. Contra el Éibar fue una rémora. En Levante y en Las Palmas hizo dos cesiones que casi nos cuestan el partido. Ayer fue peor que mediocre. ¡Basta ya de Halilovic! ¡Cómo puede tener seguidores este pedazo de pufo! Ha sido y está siendo un cáncer para el equipo que, con él en el campo, juega cojo, manco, incompleto. Pues un equipo modesto no puede jugar con diez. Resulta increíble que en el momento más trascendente del año Abelardo persista en su protagonismo. ¡Despierta Pitu! Juegan más Rachid, Castro, Guerrero, Barrera… Todos juegan más que él.
Realizado el desahogo (que comparte hoy Igor Paskual en EL COMERCIO, siempre genial), toca ganar al Villarreal. Eso no se discute. Ganar sí o sí. Por favor, ¡sin Jali! Con nuestras esencias. Y gritar más que nunca: Musho Beti. Musho Beti, ¡¡¡eh!!!