(Quince días en Sicilia 2)
En Sicilia la huella de la mafia está en todas partes. Persianas bajadas, pisos cerrados, casas a medio construir con la obra parada, grandes contrastes entre mansiones y viviendas empobrecidas… Lo dice una gijonesa casada con un italiano que ha peinado la zona. Tú ves esas cosas, pero: ¿pueden atribuirse a la mafia? En tu guía de cabecera te recomiendan no sacar el tema con los sicilianos. Quizá por un excesivo hartazgo o por un deseo de pasar página, si es que pueden. De modo que no procede pedir la cuenta en un hotel o un restaurante y aprovechar para preguntar: por cierto, ¿qué tal la mafia? ¿sigue puteándoles? ¿o está la cosa más calmada?