Los verracos abatidos son de muy escaso trapío y con una peso medio de 55 kilos.
La cuadrilla parraguesa que capitanea Félix Soto pasaportó dos navajeros de 80 kilos, cada uno, en el cuartel de La Toya. :: G. F. B.
Hace un mes que comenzaba la temporada de caza 2014-2015 y el último fin de semana de septiembre es un buen momento para obtener conclusiones y comparar datos con la campaña anterior. Se llevan abatidos 248 jabalíes, 19 menos que en el curso pasado. Y sorprende que sean 280 el total de piezas cobradas, la misma cantidad que la temporada pasada al haber aumentado este año el censo de venados y corzos que doblaron la rodilla. Llanes continúa siendo el espacio que ofrece mejores datos, con 57 verracos fusilados, seguido muy de cerca por La Parraguesa, con 50 jabalíes abatidos en territorios de los concejos de Parres y Cangas de Onís.
Los cazadores saben que la actividad está en el inicio y que los mejores datos llegarán en los meses de diciembre y enero, cuando las jaurías estén perfectamente acopladas al territorio y cuando la maleza haya perdido peso y vigor como consecuencia de la llegada de las lluvias, el viento y la nieve. Sí llama la atención que en este primer mes de caza no se haya cobrado ni un solo jabalí de 100 kilos o más. Tampoco se ven suidos de 90 kilos y muy pocos de 80. La media en la actual temporada está situada en cerdos salvajes por debajo de 55 kilos.
Y son bastantes las cacerías que finalizan sin que los discípulos de San Huberto hayan tocado pelo. Un experto en la materia como Manolín García Granda, montero de buenas piernas y capitán de la cuadrilla número 11 de la Sociedad de Cazadores del Oriente de Asturias (Socoa), explicaba ayer que «el calor» es la causa principal de que muchas batidas finalicen sin nada que llevarse al morral. Comentaba García Granda que bajo las actuales condiciones climáticas «los perros rinden al 50%, el terreno está muy seco y no los podemos ayudar porque las huellas no son visibles». Y matizaba que con semejante panorama los canes «no aguantan en el rastro ni 90 minutos, cuando en condiciones de humedad trabajan sin problema durante cuatro horas, o más». Una dificultad añadida para la jauría es la presencia en la espesura de «un elevado número de rayones», jabalíes de muy poco peso que con sus vueltas «marean a los perros».