La tarde es fría. Escribo esto con el gatu (‘felis domesticus’) a la derecha. De vez en cuando, estira la patuca y toca les tecles… Voy a tener que enseñalu a escribir.
La tarde es fría. Como escribe Chema Castañón (Librería Paradiso), «fría y húmeda como una
casa de renta antigua». Sé lo que es eso.
Los estorninos (‘Sturnus vulgaris’), que vienen a refugiarse en los árboles del parque, y Aurora Astudillo (Homo –Mulier– sapiens), que viene conmigo a El Molinón, también lo saben.
–Aurora, ¿la humedad, el frío, la renta antigua y, un poco más allá, la pobreza misma con todas
sus habitaciones, son males pa la salud?
–¡Hombre, ya lo creo!
–¿Sirven como experiencia, son formativas?
–Sí, claro. La vida de cada uno forma el cuerpo y el espíritu, los forma y los deforma…
Aurora investiga la enfermedad y lamuerte, lucha por la vida. Tal vez por eso es alegre y conversadora; la fuerza la acompaña.
–Miguel, ¿tú no crees que la muerte forma parte de la vida?
–Glub…
Según entramos, va diciendo «Qué emoción, qué emoción…» Le llama la atención un banderón que pone «Fondo cerril»; «Fondo cerril, qué fuerte»…
Llenos de salud, los jugadores y los árbitros salen al campo prácticamente en calzoncillos.
–Aurora, ¿no van poco abrigaos?
–Sí, pero son jóvenes y fuertes, y además deben llevar un pantolonucu debajo del otru; mira, hay muchos que lleven camiseta de manga larga por debajo… El porteru va más abrigáu.
Además, con el ejercicio… Los chavales del Alcorcón tienen más el balón.
–¿Tú sabes lo que ye la posesión del balón?
–Sí, eso.
¡Gol del Sporting!
–Aurora, ¿gritamos?
–Sí.
–(Los dos): ¡Gool!
–Fue guapa la jugada, ¿eh?
–¡Muy guapa!
Dura poco la victoria y menos el empate: dos goles seguidos.