Hay ilusión: playos al play off. «Aquí ya estuve: vi a Bruce Springsteen»

Es más fácil que vayamos al playón que al playoff, pero bueno, como dicen en la aldea, deja a ver en qué acaba lo postrero…
–¿De dónde es el Hércules? ¿De La Coruña?…
–De Alicante, hostia, ¿de dónde va a ser?
–Cristina se ríe.
El viernes por la noche casi me pilla Nacho Cases.  Yo cruzaba por donde no debía, pero él venía como una moto con un coche de los que dan por jugar en el Sporting.  En el periódicu no dan un coche por jugar en el periódicu; en Burundi, tampoco.
Val más reise.
Cristina tiene una sonrisa (INSERTAR SONRISA). Cristina llega al Molinón como una moto con su silla de ruedas, moto que no dan por ser del Sporting. En realidad, por ser del Sporting, sólo dan qué hablar.
Pero hoy hay ilusión: «Ave, lardo; los que van a morir (con el Sporting) te saludan».
¡Qué bien! ¡Al campo con Cristina! ¡Al campo Sin doval! (INSERTAR DOS SONRISAS).
Hoy debuta Yoni con el Sporting. Lo que daría Yo por ser Yo ni. Pero no puede ser (INSERTAR TRISTEZA).
Cristina y Yo y Yoni nos ponemos a ras de campo, como Di Stéfano: «El balón al pasto, che».
–Aquí ya estuve. Vi a Bruce Springsteen –dice.
Cristina quiere que ponga que Carantoña hablaba de los jóvenes atletas del once local, señala la antigua tribuna de Coes, y pregunta si el Piles va por allí.
–Sí, por allí. –A Cristina le gusta situarse en el espacio, saber dónde está. Suena la gaita.
–Cris, si vien un balón, tranqui, que lu paro Yo.
–Poeta, ¿eres Casillas?
–Soy la…
Cristina se ríe.
Empieza el partido. De allá a un poco, se nota el cambio: el Sporting juega con orden, gana, rapidez. La afición responde también con orden, gana, rapidez.
–¿Por qué tanta pasión por una chorrada? –pregunta y me saca del partido.
Cuando vuelvo, le digo:
–Oye, estás muy atenta.
–Sí. Me presta.
A las seis y media, cero uno: ¡vaya! Cinco minutos después, golazo de Yoni. Cristina aplaude. Qué gol. Hacía tiempu que no se veía uno así en el Molinón. Hay futbolista ahí.
En el descanso, Cristina prende un pitu:
–¡El pitu Abelardo!
–¡Voy a fumar un entrenador!
Aguanta sin llover.
Segundo tiempo; Cristina habla poco, pero no quita ojo:
–Oye, pa un día que vengo…
–¡Falta! A ver, un golín ahora, ¿eh?
–Ya.
–¡Gol! ¡Oye, acabo de decilo! –Cristina grita gol.
El tiempo que queda pasa más despacio.
–¡Qué nervios, di algo!
–¡Sporting!
–¡Se acabó, ganamos!
Al salir, Cristina hace un looping con la moto y desaparez: ¡Fiuuu!
Un besu a madre, Cris.