Sobre la conveniencia de la reflexión en el fútbol
Hoy es jornada de reflexión, así que vengo solu reflexionando sobre qué reflexionar. Hay tantes coses… Yendo por el Muro, reflexiono sobre el carril bici, y pienso que bajo una de las señales que habrá en el asfalto, blancas sobre fondo rojo, se podría escribir ‘Carril López’ o, mejor, ‘López Carril’, en recuerdo de Vicente, ciclista, campeón de España.
Por la avenida del Molinón, reflexiono sobre los árboles talados en el Quilometrín; reflexiono sobre la sombra, el oxígeno, los pajarinos:
–¡Fiufí, fiufí! ¡Fiufí!
Ya a pie, junto a la puerta de Prensa, compro chicle, y, haciendo una bomba, reflexiono sobre aquello que nos decíen de críos: «No lu tragues, que se te pega a les tripes». El chicle es Sandoval.
Las reflexiones se suceden una tras otra. Mientras, el tiempo pasa irreflexivamente; le da lo mismo el carril bici que los árboles del Parque o los pajarinos:
–¡Fiufí, fiufí! ¡Fiufí!
Llego tarde.
Subiendo les escaleres saludo a gente conocida, y reflexiono sobre por qué unas personas sonríen, y otras, no.
Salen los jugadores. Viendo a los del Barcelona, pienso en Messi y en Hacienda, y me explico el misterio de sus vómitos: le sale a devolver.
El Barcelona viste de negro; parecen curas, joder. Los árbitros, de negro y amarillo, parecen jilgueros, hostia. Solo el Sporting parece el Sporting; en este punto reflexiono sobre la importancia de los colores y sobre les medies que llevábamos antes: negres con vuelta rojiblanca. Con esa ropa fuimos campeones de invierno.
Empieza el partido. Hoy debuta Pablo Pérez; los que venimos del Sporting de los tiempos obscuros deseamos que la fuerza te acompañe.
A los veinte minutos está claro que ellos son mejores. Por si fuese poca la obscuridad de la vestimenta, los dos extremos, muy buenos, son también negros, pero nosotros tenemos a Yoni, a quien estábamos esperando desde la época de Ferrero, y, sobre las seis y veinticinco, mete un gol.
Tiempo muerto
Sobre ese gol y sobre su persona se sustentaron el partido de hoy, el del sábado anterior y el de su debut, así que, inevitablemente, reflexiono:
¿Cómo es posible que no haya debutado primero? ¿Quién es el responsable? ¿Hay más jugadores en el ostracismo?
Hubo un entrenador, hubo un preparador… ¿Por qué no hubo un reflexionador?
Al salir suena el himno: «De tu cantera salieron valores».
Abelardo, un abrazo