Avelino Rodríguez Fernández (Gijón, 1959). Economista.
Julián Fernández-Guerra Fernández (Gijón, 1958). Visitador médico.
PRIMOS INTER PARES
Sábado, 21:
Camino por la playa con la marea más baja desde que hay registro: 9,57 horas; altura en metros: 0,01.
Pienso en Piñole (Gijón, 1878-1978):
“De chavales jugábamos a lo de siempre. Íbamos a la playa a echar cometas. También íbamos de excursión a la quinta de Chor, la finca de mi abuela en Prendes. Cuando vinieron los jesuitas, había unos frailes que jugaban muy bien a la pelota. Yo creo que fue así como entró la afición en Gijón”.
Domingo, 22:
A las cinco, la Mareona llena el Molinón: 24.302 personas.
Llego tarde. A toda prisa subimos un montón de escaleres hasta la zona de prensa:
-Un poco más –dice Avelino jadeando- y llegamos a Primera.
Julián se ríe; yo, no; no tengo aire.
El Sporting ataca mientras nos sentamos. Avelino y Julián no callen:
-¡Atender, ho!
Asomados al palco de prensa, Avelino y Julián parecen los viejos de los teleñecos en el palco del teatro, trastada tras trastada.
Avelino y Julián son primos desde la infancia. La Infancia es una rifa…
-Y tanto –dice Julián.
-Te puede tocar de todo… -dice Avelino.
A ellos no les fue mal; a mí tampoco.
También desde la infancia, Julián se apellida Guerra; Avelino, no. Avelino ye más pacíficu. Avelino, además, está enamoráu; Julián también lo está, pero lo de Avelino ye más reciente:
-Velo, presta ir de la mano por la calle, ¿eh?
-Sólo para cruzar… -dice, y se ríen los dos a mandíbula batiente.
Pero Avelino miente; vilu yo con Celia por el Muro. Un besu, Celia.
-¿Qué?
-Nada…, pensaba en alto.
Ajeno a esto por completo, el Sporting se mueve con soltura. Avelino y yo aplaudimos.
-Aplaudís por poco –dice Julián-. Esperái a que lo merezcan más.
-¡¡Gol!! ¡¡Gol!! –gritamos.
-Ahora sí, ho -Julián aplaude-…Uno cero –dice-; muy guapo.
Pero el Huelva sale bien al contraataque:
-Están saliendo bien. Ya llegaron dos veces.
-Na… -dice Julián.
¡Gol de ellos!
-¡Vaya gol que i metieron!… –diz Avelino.
-A mí no me lu metíen… -digo vacilando.
-¡Porque no estás en la portería! –dice Julián.
A las seis y media, amarilla a uno del Huelva:
-¡Montoro! ¡Se llama Montoro! ¡¡Fuera!! ¡¡Fuera!!
El Molinón es un clamor.
-Dos puntos más en la renta –dice Julián.
En esti tono llegamos al descanso, y bajamos a hacer la foto:
-Sonríe, primu.
-¡Je, je!…
Hecha la foto, subimos otra vez les escaleres, ahora sin prisa.
En el segundu tiempu, Avelino y Julián atienden, el porteru se precipita (“¡Chaval, con 30 años no te puedes precipitar, joder!”), el Huelva perdona dos veces y el partido acaba salvando un puntu el Sporting.
-Bueno…, acabose.
Bajando les escaleres, pregúntoios a dónde van:
-Avelino a cortejar –dice Julián, y nos reímos.
Cortejar, ¡qué guapo!…