Aurora Ferreiro García (Oviedo, 1952). Cocinera para ‘catering’.
Lucía Ferreiro García (Gijón, 1957). Representante comercial.
HAY PERSONES CON LES QUE PRESTA ESTAR
Lunes, 6
Por la mañana fui al médicu a por recetes:
-¿Alguna cosa más? –dijo.
-Sí…, algo pal fúbol.
-¿Pal fúbol? ¿Por qué pal fúbol?
-Porque grito.
-¡Entonces ya podemos ir juntos!
Martes, 14
Marea baja, partidos en la arena. El fútbol en dos estadios superiores: el espacial, la playa; el evolutivo, sin árbitros.
Sábado, 18
Cae alguna gotuca. Por el parque huelen los ocalitos. Presta respirar.
Entrar en el Molinón, asomar al campu…
-Es impresionante –dice Aurora-; hacía tiempu que no venía…
Suena el himno. Lucía despliega la bufanda de la peña de Pablo Pérez (Bar Tineo, Ezcurdia 54) mientras cantamos ‘de tu cantera salieron valores’. Lucía es amiga de la madre de ‘Pablín’, como ella lu llama.
-Lucía, puedes saludar.
-¡Elena!…
-Oye, si mete un gol podría dedicánoslu…
-¿Quién?
-¡Joder, el guaje; no va a ser la madre!… -Lucía se ríe:
-¡Ye verdá, ye verdá! Sería guapo, ¿eh? ¡Venga, Pablín! –dice.
Aurora y Lucía son hermanes desde el 57, y cocinen que lo quemen. Bueno, esto está mal dicho, porque si lo quemen…
-Aurora, vaya rica que está esa crema que haces de andariques…
-Gústate, ¿eh?
-Mucho.
Hoy comimos en casa de Lucía tortos con huevu y chorizu. Maruja, la madre de Aurora y de Lucía, era de Margolles (Cangas de Onís), en donde dicen ‘torta, tortes’. La mía, Fina, era de Berbes (Ribadesella), en donde dicen ‘tortu, tortos’. Les dos están en el cielo, en donde dicen se transmite el pensamiento.
-Aurora, en Ribadesella dicen ‘pegalles’ por andariques y ‘arcinos’ por oricios…
-¡De Ribadesella ye mi padre!…
Su padre, Juan Ferreiro Fernández, nació en Ribadesella en1919; ya tenía el Sporting catorce años…
Juan Ferreiro escribe:
“Atardecer del Sella. […] Un viento suave, acariciador, riza la orilla […]”.
Pienso en él:
-Un saludo, Juan.
El Sporting ataca, pero no hay goles. El árbitro empieza a dar la nota; la gente, mosqueada con los arbitrajes de esta temporada, empieza a silbar. Lucía me pregunta si los pitos son siempre justos:
-No, siempre no.
Al poco, la gente vuelve a pitar:
-¿Ahora son justos?
-Huum… Ahora no sé…
Vemos a Quini por el banquillo. Hoy va muy curiosu; traje oscuru con brazalete rojiblanco. El otru día parecía un almacenista con una parka que tien.
Llueve. Abelardo, de pie, como en el puente de un barcu, se moja. Abelardo siempre se ‘moja’: habla por nosotros.
De vez en cuando, Lucía abre la boca:
-Ye que madrugo mucho… Mira, una pijada de les tuyes: hoy jueguen A la vés… ¿Lo entiendes, majadero?
-Sí, si lo entiendo –nos reímos.
Pasen los minutos, no llega el gol… Córner… Nada…¡¡Gool!! ¡¡Gool!! Gritamos, nos abrazamos… Lucía se emociona:
-¡¡Goool!!
Falten cinco minutos:
-Ahora toca sufrir –dice-. ¡Que se acabe, que se acabe!… ¡Se acabó! ¡Ganamos!
Aurora dice que tenemos que volver.
Al salir nos despedimos, pero ¿pa qué?, si nos llevamos ‘nel cuore’.