Mercedes Mingotes Pendás (Gijón, 1958). Abogada.
¡MIGUE, NO GRITES!
A Mercedes Mingotes conózcola de siempre. Su padre me llevaba al fútbol de pequeñu. Hoy vien él con nosotros o nosotros con él. Da igual: venimos juntos.
El padre de Mercedes Mingotes se llamaba Inocencio, ‘Chencho’ (Gijón, 1918), y jugaba, como decía él, de ‘centro medio’:
‘Meana dejó un hueco. El único que hasta la fecha no se ha cubierto ni en el Sporting ni en el equipo nacional (…). Gijón, a tono con el mal general, necesita centros medios. Inocencio Mingotes, eje del Llano Sport, puede, dentro de unos años, ser el Mesías ansiado por varias generaciones’ (‘El Noticiero Gijonés’, 15 de julio de 1935).
-¿Esto no la sabíes, eh?
-¡No!… ¡Qué bien!
Pero, como dicen los que la vivieron, ‘estalló la guerra’, y una herida en el frente le produjo un desprendimiento de retina que le dejó ciego de un ojo: si venía el balón por la derecha, no lo veía.
El padre de Mercedes Mingotes, o sea, mi padre, tratábanos de usted cuando se ponía seriu: ‘Padre nuestro que estás en el cielo…’.
-Oye, ¿tú viniste al fútbol alguna vez? –Me mira sorprendida-:
-Sí, haz poco, contigo… ¿Qué ye, que no te acuerdes?…
-Ahora que lo dices…
-También vine a ver a los Rolling Stones, a Sting, a Bruce Springteen, a Paul Mcartney…
-¿Qué te gusten más, los Beatles o los Rolling?
-Me gustaban más los Beatles, pero cuando vi a los Rolling…
Suena el himno:
-¡Qué bien, cómo presta! Tenía que haber traído la bandera…
Mercedes Mingotes estudió en el San Vicente, y fue dos veces campeona de España de hockey sala:
-Sí. En el equipo jugaba Masángeles, que luego fue campeona olímpica.
-Así cualquiera, no te jode.
-Bueno, oye; éramos un equipo…
-Ya, como el Sporting.
El Sporting es un equipo. Ser, hacer un equipo es muy difícil. Es trascender, así, como suena. Yo no juego ni pa ti ni pa mí: juego pal equipo. Jovellanos jugaba pal equipo.
Mercedes Mingotes es voluntaria social; juega pal equipo.
Mercedes tiene un hijo en Londres,
-Mingotes, puedes saludar.
-Enrique, un besu.
Y una hija en Gijón:
-…
-¡Y una hija en Gijón!:
-¡Ah! Hola, Jimena.
A todo esto, ya vamos dos cero:
-¡Vaya pase del negro! Se puede decir negro –dice-; no es ofensivo.
-No, no lo es. Bueno, esti sí, que ye delanteru…
Perdiendo balones, llegamos al descanso.
-Cómo huele la hierba, ¿eh?
-Sí. Deben ser los tapinos que levantaron.
En el segundo tiempo nos meten un gol, nos dominan, tienen ocasiones y nos hacen sufrir, pero Abelardo piensa; dice:
-Humm…
Y en dos jugades jaquemata el partido.
Hoy grité mucho. De vez en cuando, Mercedes Mingotes me decía: “Migue, no grites”.