Camilo Madera Fernández (Moreda de Aller, 1949). Licenciado en filosofía y letras. Administrativo
SEMANA SANTA
Lunes, 30: FE “Subimos seguro y además entre los dos primeros” (Quini).
Martes, 31: ESPERANZA. Yoni anda un poco baju. ¿Recuperará la forma el domingo? ¿Eh? ¿La recuperará?…
Jueves, 2: CARIDAD. Entre dar lo que tienes al Sporting y dar lo que tienes a los pobres, dar lo que tienes a los pobres, ampliar su capital, que los pobres sean mayoritariamente de los socios (50,3 %).
Domingo, 5: CAMILO. Camilo ye de Aller (en inglés ‘Yesterday’, youtube, Beatles), de un ayer cada vez más lejos en el tiempo (1949):
-El tiempo pasa, tío –dice-…
Camilo para en la Taberna del Piano, trabaja en la biblioteca de la Universidad de Oviedo y es nadador invernal:
-Hoy, 125 brazades a la ida, 125 a la vuelta. ¿Qué pienses, que estoy locu? Pues sí, estoy locu.
-No, escucha: pienso que es un mantra: una, dos, tres…, ciento veinticinco, y vuelta: una, dos…
-Hoy duelme un poco el hombro…
-A lo mejor pasástete. Prueba con 124.
Camilo también esquía:
-¿A crol?
-A mariposa, listu –Camilo se ríe-.
Entramos. A Camilo le gusta el ambiente:
-Está guapo el estadio –dice-; es impresionante. El que yo conocía…
-Dónde quedó…
Suena el himno. Camilo estuvo aquí cuando los Rolling: ‘No sé qué pasa que lo veo todo negro, chispún, chispún, chispún’…
Ataca el Sporting. Camilo cree que perderemos:
-Por intuición –dice.
Yo también, pero atacamos; creyendo que vamos a perder, Camilo y yo atacamos; somos grandes (bueno, Camilo un poco menos).
Cuando yo era pequeñu, el Barcelona B no existía. Había el Europa, el San Andrés, el Hospitalet…
-El tiempo pasa, tío.
-Ya.
Prohibida por el amor al prójimo la acción directa, a los cinco minutos, el Molinón es un clamor: “¡¡Di-rec-tiva, di-mi-sión!!”, ¡¡Di-rec-tiva, di-mi-sión!!”.
El partido avanza contra el viento de cuaresma, frío y húmedo porque viene del mar, que lo ioniza negativamente. Presta respirar.
El aire se ioniza positivamente cuando sus átomos tienen más protones (+) que electrones (-), y negativamente cuando pasa lo contrario.
El aire ionizado positivamente produce irritabilidad, dolor de cabeza, malestar, angustia, hipertensión… Es el aire de la ciudad, contaminado y oscuro.
El aire ionizado negativamente reduce el estrés, estabiliza la tensión arterial, oxigena los pulmones y la sangre, facilita la absorción del hierro… Es el aire del mar, el aire que se respira tras la lluvia, el de la montaña, el del campo cuando Ioni (del griego ‘íon’, el que va) ioniza negativamente al equipo, cosa que, por desgracia, hoy no sucede.
-¡Venga, Ioni!
Una bolsa de plástico se mueve por la hierba. Camilo protesta:
-¿Quién les tirará? El mar está lleno.
-El mar recibe ocho millones de toneladas de plástico al año. Si se colocara toda esa basura a lo largo de las costas del mundo, habría una bolsa llena de plástico cada 30 centímetros.
Camilo se deprime,
-Joder… -dice, pero, de repente aplaude:
-¿Qué pasa, por qué aplaudes?
-¡El árbitro, que cogió la bolsa y metiola en bolsu!
Fue lo único que hizo bien en el partido –el árbitro, no Camilo-. Por lo demás fue un árbitro arbitrariu al que Camilo silbó lo que quiso con los dedos.
-¡Camilo, yes un artista!
-¿No sabes silbar con los dedos?…
De vuelta a casa, pruebo con los dedos: “¡Fiu! ¡Fiu!!”. Después de vieyu, gaiteru.