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Miguel Mingotes

Coses míes

Al campo con Nacho y Román

Ignacio Arias Ibáñez de Aldecoa (Gijón, 1988). Técnico de laboratorio

Román Arias Ibáñez de Aldecoa  (Gijón, 1990). Estudiante de geografía

 

DRACO

 Román y Nacho Arias Ibáñez de Aldecoa tienen un perru que se llama Draco (Pinzales, 2003). De críos, iben los tres al Cabrales; Draco, a esperalos a la salida.

Tener un perru ye bueno porque te acompaña en el sentimiento, te saca de paseo, te relaciona… Ser del Sporting es algo parecido: te acompaña en el sentimiento (suena el himno), te saca de paseo (el Muro, la playa, la avenida de El Molinón), te relaciona (¡Adiós! ¡Hola! ¡Migue! ¡Ey!)…

El Sporting es un animal de compañía; la afición, también. En el campu del Liverpool, la gente canta ‘Nunca caminarás solo’ (Gerry and the Pacemakers, youtube).

-El padre de ustedes vosotros dice que el fútbol es la guerra…

-Hombre, visto así… -dice Román.

A Román y a Nacho, y a su hermana Lucía  (Gijón, 1987, bióloga), les gustan los animales. Como Jane Goodall (Londres, 1934, primatóloga), creen que no se debería experimentar con ellos (con los animales, no con los Arias), sino investigar de otra manera:

-Toros, no, ¿eh?

-¡Toros, no, toros, no! –dice Román, Nacho sonríe.

-Toreros, tampoco, ¿eh?

-Toros, sí; toreros, no.

-A mí –digo-, si me apuren, quitaría hasta el Hípico. [Nos reímos, pero lo digo en serio. A usted, ¿le gustaría ser Kifkif, Sirio…? ¿Eh? ¿Saltar con  Goyoaga o con la señorita Zendrera? ¿Eh? ¿Le gustaría?  Si le gustaría, consúltelo.]

Román hacía aviones de papel con futbolistas del Sporting en les ventanilles, aviones que volaben y que parecíen pintures rupestres…

El Molinón está lleno: contándonos a nosotros, 26.873 animales de compañía: “¡¡Sporting!! ¡¡Sporting!!”.

-Miguelín andará por ahí –dice Nacho señalando el fondo sur. Miguelín es primo suyo.

-¿Miguel es ultra?

-Dice que no… Es que le encanta cantar. [Un abrazo, Miguel.]

A las seis y veintidós, ¡gol de Castro! El Molinón parece que va a caer. El partido sigue. Nacho y Román apenas hablan. A y media, gol de Cases: dos cero. Román aplaude, ¡¡gol, gol!!

En el descanso bajamos a hacer la foto, esta vez sobre la hierba (¿qué  sentirán?), y nos quedamos abajo del todo, casi sobre la raya.

Entre la gente, con amigos ya de dos temporadas (José Luis, Lorena, Alejo, Costales y sus nietos Beltrán y Javier, que devuelve un balón al campo…), la cosa cambia.

El Sporting busca los goles en oleadas, pero el porteru está que se sale y, además, consuela a Lora en un gesto que le honra. Los marcadores no informan sobre los partidos (protesto, Sporting, ¡derecho a la información, hostia!), pero la radio, sí: gol del Gerona…

Con esi gol, con ocasiones y una parada de Cuéllar, el partido se acaba. La gente, agradecida, aplaude con gana; los jugadores se abrazan; Abelardo…  Lorena sentencia:

-Hala, ahora, la vida normal…

La vida normal.  El Draco, el únicu de los Arias que me da llambiotaes, no está afuera esperándonos:

-Es un pijo, hombre. Un despegáu.

Por Miguel Mingotes

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