Aunque resulte increíble en estos tiempos que corren donde los controles policiales se multiplican y la tecnología se pone al servicio de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para captar cuándo superamos la velocidad límite o conducimos con más alcohol del permitido, un conductor lleva años conduciendo sin carné. Esto por si solo ya sería suficientemente grave pero es que además se trata de un conductor profesional. Y para empeorar más la situación es un conductor profesional de autobuses que durante mucho tiempo se ha dedicado a transportar personas de un lugar a otro sin que nadie se molestara en pedirle la más mínima documentación al respecto.
Y nosotras, a las que nos han parado muchas veces en controles y nos han pedido el permiso de conducir, seguro que como a muchos de vosotros, nos planteamos muchas dudas al respecto. ¿Es que las empresas de transporte no piden a los conductores que contratan el carné de conducir? ¿Se da por supuesto en un conductor profesional? ¿Cómo llega uno a ser conductor profesional si ni siquiera tiene el título de conductor? ¿Cómo cumplimentaba el resto de requisitos que se le exigen a estos conductores como, por ejemplo, el tacógrafo?
En fin, que estas cosas pasan en nuestro país, pero también, parece, que tarde o temprano se pagan. Y a este conductor la broma, si es que se puede llamar así, le ha costado una multa de 4.320 euros (resultado de imponerle doce euros diarios durante doce meses) y cuarenta días de trabajos en beneficio de la comunidad, además de tener que pagar a la autoescuela si quiere volver a ponerse delante de un volante. Porque ahora, eso sí, conducir sin carné es delito tipificado en el artículo 384 de nuestro Código Penal que castiga la hazaña con pena de prisión de tres a seis meses o multa de doce a veinticuatro meses y trabajos en beneficio de la comunidad entre treinta y uno y noventa días. A este conductor, si hacemos cuentas, incluso podríamos pensar que le ha compensado conducir sin permiso todos estos años. A los que no nos compensa es a todos los demás que sufrimos la inseguridad del tráfico.