Una de las consultas habituales en este consultorio tiene que ver con las vacaciones y la obligación de pago de la pensión alimenticia a los hijos en casos de separación o divorcio. Cada año, cuando se acercan el verano, las navidades o semana santa la pregunta es esta: ¿tengo que pagar este mes la pensión completa o puedo quedármela puesto que yo soy quien cuidará de los niños durante las vacaciones? La respuesta, que siempre es la misma, es que el obligado al pago de una pensión alimenticia fijada por sentencia judicial tiene que pagarla puntualmente todos los meses, sin importar que durante algún tiempo los niños vayan a estar en su compañía. Efectivamente, durante las vacaciones que los niños pasan con el progenitor que no tiene la custodia, se da la circunstancia de que éste tiene gastos extra, pues además de ingresar la pensión en la cuenta habitual tendrá que gastar un dinero en dar de comer y realizar actividades con los niños. Sin embargo, esto no es ninguna circunstancia imprevista, porque precisamente el convenio regulador o la sentencia ya han previsto que los niños pasen con cada uno de sus padres un tiempo durante las vacaciones, de manera que cuando se fija una cantidad mensual en concepto de pensión alimenticia tal circunstancia ya ha sido tomada en consideración.
Esto no le parece lógico a quién tiene que pagar. La lógica, demasiadas veces, choca con la legalidad. Es muy normal que un padre (o madre, que también a veces es la madre la que abona la pensión si es el padre quién tiene la custodia) se sorprenda y hasta se enfade cuando descubre que así son las cosas. Nosotras decimos que han de pensar que los niños no todos los meses tienen los mismos gastos. Pensemos, por ejemplo, en el mes de septiembre, cuando hay que hacer compra de libros y material escolar. Y en cada cambio de temporada, cuando hay que renovar vestuario, pues los niños crecen y la ropa no sirve de un año para otro. Estos meses el obligado al pago de la pensión alimenticia no paga más. Sigue pagando la misma cantidad y es algo que le parece completamente normal. ¿Por qué entonces sorprenderse cuando tendrán menos gastos por estar con el otro progenitor? Si no cambia el importe cuando hay gastos extra, tampoco cuando hay alguno menos, siempre y cuando estemos hablando de este tipo de circunstancias completamente normales y previsibles.
Se acercan las vacaciones de navidad y así son las cosas. Cosas de padres, que ahí se han de quedar, pues los niños, a poder ser, mejor siguen viviendo ajenos a estos problemas de papá y mamá, que ellos han de tener ilusiones y su máxima preocupación debería ser decidir qué poner en su carta a los Reyes Magos.