Jesús quiere prestar una cantidad de dinero a su hijo mayor que ahora lo necesita, pero no quiere que luego haya malentendidos porque tiene dos hijos más y no quiere beneficiar a ninguno de ellos por encima de los otros. Por eso nos pregunta cómo debe hacer para que quede claro que se trata de un préstamo que ha de ser devuelto y no pueda luego su hijo mayor alegar que fue un regalo.
Lo mejor, para evitar malentendidos, es que prepares un documento sencillo en el que hagas constar tus datos, los de tu hijo, el importe de la cantidad prestada, la fecha o plazos en que tiene que devolverte ese dinero, si existen o no intereses y, en su caso, qué porcentaje y forma de aplicación del mismo habéis acordado. Ambas partes debéis firmar el contrato y luego es necesario que conserves el original. Puedes hacerlo por duplicado si tu hijo también quiere conservarlo.
Finalmente, es necesario cubrir y presentar en hacienda el impreso correspondiente el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (modelo 600), adjuntando una copia del contrato. Esta formalidad fiscal no supone gasto alguno, pues se trata de una operación exenta, pero es necesario realizarla y, además, será otra prueba de la existencia del préstamo a fin de que no haya duda alguna de que no se trata de una donación.