Sobrecogedoras es el primer adjetivo que se nos ocurre para las imágenes que cada día los medios de comunicación nos acercan sobre Haití. Es indudable que la situación de este país tras el terremoto, la falta de alimento y de comida, la necesidad de material sanitario y medicinas, la ausencia de organización, las dificultades para que la ayuda se distribuya… son cuestiones que nos sensibilizan a todos y que consiguen que, en momentos como éstos, nos volquemos con nuestras mejores intenciones a realizar pequeñas o grandes donaciones que sumen ayuda para superar la adversidad de aquellos que menos tienen.
El propósito y los fines de estas donaciones no merecen más que apoyo y así se está ofreciendo desde todos los organismos, entidades financieras, organizaciones… No obstante, cualquier situación de estas características que moviliza a tantas personas y tantos recursos genera también que surjan justamente las intenciones contrarias cuya actuación se ve facilitada porque muchas plataformas de ayuda actúan a través del particular universo de Internet. Son varios ya los gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos a través del FBI que han alertado a los ciudadanos que desean hacer donativos para esta causa para que tomen ciertas precauciones a la hora de llevar adelante los mismos, especialmente respecto a lo que a la transmisión de datos financieros se refiere.
¿Qué debemos tener en cuenta, por tanto, si queremos hacer una aportación? Son varias las entidades bancarias que tienen cuentas abiertas para efectuar donaciones que se pueden entregar directamente o través de transferencias desde otro banco. No deben cobrarnos por hacer este tipo de transferencia. Si deseamos hacer la donación a través de Internet debemos hacerla utilizando las páginas de entidades bancarias o de organizaciones conocidas. No debemos hacer caso de correos o de invitaciones que puedan llegarnos de las que desconozcamos el destinatario, ni dejarnos llevar porque a las mismas se adjunten fotos que traten de sensibilizarnos. No tan sólo porque puede perderse nuestro dinero sino también porque alguno de estos correos pueden incorporar virus que generen posteriores problemas en nuestro ordenador. Por último, muy importante, no hay que dar datos financieros de cuentas o tarjetas personales salvo que tengamos contrastada la información de la página , entidad u organización a la que se los estamos enviando.
Es fácil y necesario ayudar. Basta con querer hacerlo y éstas son tan sólo algunas recomendaciones para que el dinero llegue a buen puerto que, al final, obviamente, es nuestra intención. Y si no se lograra o si conocemos algún caso de estafa, el único consejo es denunciar para que éstas personas que se sirven de esta desgracia para cometer un delito paguen por el mismo sin que se produzca el engaño de nadie que actúe con buenas intenciones.