Alguna vez hemos hablado del concepto Justicia y sus muy diferentes acepciones. Desde nuestro particular punto de vista, lo máximo que se puede esperar al acudir ante un Juzgado o Tribunal es la aplicación de la legalidad a los hechos que podamos llegar a probar, eso sí, a la luz de la interpretación del Juez o Magistrado que esté conociendo del asunto. ¿No parece gran cosa? Cierto es que dista mucho de lo que la mayor parte de los ciudadanos quisiera conseguir, pero no es poco. Incluso sería estupendo si todos fuéramos mas sinceros y autocríticos. Porque uno de los problemas (hay muchos más) que dificultan que se haga “justicia” en ese término coloquial que se asemeja a dar a cada cual lo que se merece, radica algunas veces en el hecho de faltar a la verdad en el proceso de administración de justicia.
Se miente algunas veces al exponer los hechos al abogado, al que se le ocultan datos o directamente se le facilita una información que no corresponde a la verdad. Se falsifican documentos, se presentan testigos falsos e incluso pueden encontrarse informes periciales de dudosa credibilidad. Muchos de estos comportamientos son delito, pero no es fácil perseguirlos. Hay quien miente muy bien. Y resulta que una mentira disfrazada de pruebas se puede llegar a parecer tanto a una verdad que ni los más expertos puedan distinguirla. Pero lo peor de todo es cuando el propio mentiroso se cree su mentira. Eso también sucede, por raro que parezca, y dificulta mucho el trabajo de quienes nos dedicamos al derecho. Claro que, según se mire, para quien no tenga escrúpulos lo facilita.
Tampoco queremos hacer pensar que esto es lo que mas abunda, porque la mayor parte de las personas que se ven inmersas en un proceso judicial tienen sus razones y sostienen una interpretación digna de defensa. Pero como mentirosos, aunque menos, también los hay, queremos hoy dejar constancia. Así que cuando analicemos el funcionamiento de la Justicia y le hagamos un repaso a leyes, funcionarios y profesionales, no estaría de más hacer también balance de estas otras cuestiones, que de cambiar, mejorarían algo, si no el funcionamiento del proceso, quizás en cierta medida su resultado.