Que nos les engañen. Que el mejor abogado es aquel que presenta la factura mas alta… mentira. Que no hay caso perdido sino abogado malo… mentira. Que quien tiene dinero nunca irá a la cárcel… mentira también. Hay tantos bulos que circulan respecto a la profesión de abogado y al funcionamiento de Juzgados y Tribunales y están tan enraizados entre los ciudadanos, que cuando alguien intenta desmentirlos queda por mentiroso o por cobarde, hasta el punto de que incluso hay compañeros de profesión que para hacer honor a la fama que les precede prometen lo que haga falta y cobran una cantidad lo suficientemente elevada para hacer justicia a tan desatinadas promesas.
De poco vale ir contra corriente y empeñarse en demostrar que otra realidad existe, sobre todo si esa realidad no ofrece grandes expectativas de éxitos inmerecidos y justicia asegurada.
Por llevar la contraria, sin embargo, nos atrevemos a sembrar la duda entre tanto prejuicio y a dar algunas coordenadas que permitan caminar en la dirección correcta a aquellas personas que se enfrenten a temas legales y no sepan a que manos encomendarse. Como es inevitable el boca a boca, presten solamente atención a los resultados. Busquen amigos o conocidos satisfechos. No se fijen en cuanto cobró aquel abogado o en lo grande que es la placa de bronce que luce en su portal ubicado en la mejor calle de la capital. Escuchen al que cuenta que el abogado le recibió sin hacerle esperar demasiado, le atendió correctamente, le cobró una cantidad razonable y le ganó el caso. Eso es lo que cuenta.
Sí, acabamos de decir que no todo se puede ganar. Es muy cierto, porque hay clientes que llevan razón y otros que no la llevan. Por algo un juicio lo gana uno y lo pierde el otro. El buen abogado es aquel que gana casos porque sabe escoger sus batallas. Es aquel que estudia el problema antes de prometer resultados y que le dice al cliente lo que conforme a un buen criterio legal debe escuchar, le guste o no le guste. Es aquel que dice no a un caso que sabe de antemano que tiene todas las papeletas para perder, aunque le suponga quedarse sin un nuevo cliente y aun sabiendo que esa persona acabará dando con alguien que le defienda y terminará perdiendo de todas formas. Ese abogado irá ganando casos, aunque llevará menos procedimientos, porque no sigue adelante con cualquier cosa que se le ponga sobre la mesa. Y sí, ténganlo por seguro, de esos abogados también hay y son muchos.