Cuando la ley del permiso por puntos entró en vigor en el verano del 2006 ya incluía la promesa a los buenos conductores de incrementar sus puntos por el mero transcurso del tiempo si no cometían en ese plazo ninguna infracción que supusiera la pérdida de los que conformaban el saldo inicial.
De esta forma a los doce iniciales se sumaban dos el uno de julio de 2009 y uno más el uno de julio de 2012 hasta alcanzar quince puntos que ya son los que definitivamente podemos tener como máximo en nuestro permiso de conducir. Ese uno de julio de 2012 que parecía tan lejano ha llegado y aquellos conductores que hasta aquí no hayan perdido ningún punto ahora cuentan con ese saldo de quince.
Si alguno tiene duda de cuántos puntos existen en su cuenta particular puede consultarlo de una manera muy sencilla en la página web de la Dirección General de Tráfico.
Si somos uno de esos conductores que han logrado mantener e incrementar su saldo de puntos durante estos años, es preciso recordar que, si comentemos alguna infracción de las que restan puntos, los puntos perdidos pueden nuevamente volver a recuperarse, mediante el transcurso del tiempo sin más infracciones o mediante la realización de cursos de sensibilización y reeducación vial, pero solo hasta alcanzar los doce que sirvieron como punto de partida. No podrán volver a alcanzarse los quince que se han logrado por ser buen conductor durante estos primeros años de vigencia de la ley.
Así que merece la pena seguir sin cometer infracciones aunque el principal argumento para mantener esta afirmación no es la del mantenimiento de puntos sino nuestra propia seguridad.
No hay que olvidar, en este sentido, que las infracciones por las que se han quitado más puntos son las relacionadas con el exceso de velocidad (un 42%), por no llevar puesto el cinturón de seguridad (un 13%), por el uso del teléfono móvil mientras se conduce (un 9%) y por conducir bajo los efectos del alcohol (un 9%). Infracciones que son las que más en riesgo ponen la seguridad del tráfico. Por tanto, no se trata solo de mantener o ampliar nuestro saldo de puntos, lo que ponemos en riesgo no son unos números sino nuestra propia integridad.