Aunque todavía siga siendo minoritaria, la custodia compartida va ganando terreno en nuestra sociedad cuando se produce la ruptura de una pareja. Este sistema de custodia es adecuado cuando los dos progenitores están de acuerdo, existe entre ellos una relación suficientemente fluida y las condiciones materiales ayudan. Sin embargo no es frecuente ese punto de partida tan favorable y una de las preocupaciones mas habituales de quien se enfrenta a un procedimiento judicial de separación o divorcio con hijos suele ser conocer las posibilidades de que la otra parte pueda llegar a conseguir la custodia compartida incluso sin contar con su aprobación. Y es en ese punto donde se han producido novedades. Tomando en cuenta el Código Civil, para que la custodia compartida pudiera establecerse por el Juez sin acuerdo de las partes, debían darse varios requisitos: que uno de los progenitores la solicitara, que el Juez considerase que era la mejor solución para los menores y que existiera un informe favorable del Ministerio Fiscal. El Tribunal Constitucional ha declarado recientemente que el término “favorable” referido a tal informe es inconstitucional, pues deja en manos del fiscal una especie de derecho de veto sobre la concesión de la custodia compartida, que impide que el Juez decida con libertad lo que crea mas adecuado en cada caso. En consecuencia, ahora los jueces de primera instancia tienen mayor facilidad para la concesión de la custodia compartida, pues si bien el Ministerio Fiscal tiene que emitir un informe, éstos no estarán vinculados a su contenido y podrán acordar lo que estimen mas idóneo para el interés de los menores. Tampoco hay que pensar que con esto se vayan a dar custodias compartidas con gran facilidad, pues cada caso es diferente y hay que analizarlo en profundidad. Nosotras, una vez mas, recomendamos a los progenitores que intenten llegar a un acuerdo por el interés de los niños. Mejor sabrán los padres, si ponen buena voluntad y dejan de lado los rencores, cual sea la mejor forma de cuidar y atender a sus propios hijos que un Juez, por muy buenas intenciones que tenga.