Primeros pasos de un divorcio.
Cuando una persona decide poner fin a un matrimonio no siempre conoce los pasos legales que tiene que dar ni tampoco las implicaciones que un divorcio puede tener en su vida y en la de su familia. Sucede que en algunas ocasiones, una vez se toma contacto con la realidad legal de la situación el futuro no se presenta de la forma en que esa persona se había imaginado. Por ello, antes de tomar una decisión tan importante es fundamental asesorarse adecuadamente. Y es que algunas veces esta información es necesaria antes de tomar la decisión, pues la situación en la que esa persona se va a encontrar tras el divorcio puede ser un dato más a considerar a la hora de seguir o no adelante. Las cuestiones económicas y la custodia de los niños suelen ser los mayores temas de conflicto. Es importante hacer un ajuste de expectativas. Pongamos un ejemplo. Una persona que no trabaja, se ha dedicado al cuidado de sus hijos y ahora quiere divorciarse, inevitablemente se va a encontrar con que sus posibilidades económicas se van a ver reducidas, al menos hasta que consiga volver a trabajar y que los niños como mínimo tendrán que pasar la mitad de las vacaciones y fines de semanas alternos con el otro progenitor o incluso pueda establecerse una custodia compartida. Aunque parezca obvio, algunas personas ni siquiera se habían detenido a valorarlo. Una vez se tiene la información y se ajustan las expectativas, la mejor opción es plantear un divorcio amistoso, para lo cual hay que mantener un contacto con la otra parte y ver su disposición. Si ambos cónyuges confían en un abogado este puede encargarse de todo, pero si falla la confianza o las posturas están enfrentadas puede resultar más adecuado que cada uno tenga su propio abogado. El objetivo es alcanzar un buen acuerdo y solo se puede conseguir con unas expectativas realistas y una información adecuada.