¿Es normal o exagerado que los directivos de una empresa cobren más que el resto de los trabajadores que no ocupan esos cargos?
Según el Instituto Nacional de Estadística, las personas que ocupan puestos directivos ganan un 133,5% más que la media del resto de trabajadores. Como pasa con cualquier dato estadístico, este también tiene doble lectura. Desde luego, si nos dejamos llevar por la primera impresión y sumamos esta referencia a la crisis, al paro, a las dificultades para llegar a final de mes… la conclusión es que sí resulta excesivo. Pero ahondemos un poco más en la cuestión.
No estamos hablando de los beneficios de los empresarios, estamos hablando del sueldo de aquellas personas que se encargan de dirigir, en muchas ocasiones, sectores estratégicos dentro de una empresa y asumen grandes responsabilidades. De las decisiones de un director financiero o del buen hacer de un director comercial, por ejemplo, puede depender la buena o mala marcha de la empresa, la existencia de mayor o menor contratación y, en definitiva, el mantenimiento del resto de puestos de trabajo de la empresa.
Por tanto, volviendo a la pregunta del principio, ¿es normal que un directivo cobre más que otros trabajadores? Sí, es normal. Y también es legal. Los salarios se establecen en los convenios colectivos de acuerdo con las diferentes categorías de los trabajadores. El empresario puede mejorar lo establecido en convenio colectivo en el contrato individual del trabajador en función de su valía personal.
Lo que es negativo y reprochable son los extremos: aquellos trabajos que no se encuentran bien remunerados en atención a la labor que implican y aquellos directivos que perciben sueldos extravagantes y exagerados que no guardan relación con las responsabilidades que asumen. Y esto aún se agrava más si hablamos de empresas públicas o empresas que se nutren de subvenciones públicas.
Evidentemente, para todo hay un límite, legal en ocasiones, moral en otras.