Cuando en una pareja existen hijos la mayor preocupación al producirse una ruptura es la custodia, seguida muy de cerca del tema económico. Con el transcurso de los años hemos ido viendo cómo han cambiado las expectativas de nuestros clientes. Si remontamos años atrás, en un divorcio era completamente excepcional que la custodia de los niños se concediera al padre y la custodia compartida ni tan siquiera se planteaba. Por ello y durante mucho tiempo, aunque el Código Civil nunca estableció diferencia de género alguna, las mujeres entendieron que en una ruptura ellas tenían la prioridad sobre el cuidado de los niños. Este dato a su vez condicionaba el uso de la vivienda familiar y la pensión alimenticia. Los padres en esa situación veían muy mermadas sus posibilidades de cuidar y atender a sus hijos así como también sufrían la mayor carga económica.
Hoy día la situación está cambiando. Si bien sigue siendo poco habitual que la custodia se conceda al padre en exclusiva, lo cierto es que la custodia compartida va ganando camino y se establece cuando hay acuerdo y también en los procedimientos contenciosos, cuando al menos uno de los dos progenitores lo pide, y las circunstancias no son desfavorables. Además, aunque no es el caso de Asturias, existen varias comunidades autónomas que cuentan con una ley de custodia compartida que facilita su concesión.
Por ello, en la situación actual, hay que intentar abrir la mente y ser flexibles porque, aunque la realidad social y jurídica va cambiando, todavía es muy grande la inercia de la situación anterior y aún son muchas las madres que entienden que deben ser ellas las que tengan la custodia exclusiva. Esto genera un desajuste entre las expectativas y las posibilidades legales que puede abocar a una batalla legal con el consiguiente desgaste y frustración de las partes implicadas. Y es que, cuando se solicita la custodia compartida y se deja la decisión en manos de un Juez, no solo puede haber posibilidades de que se obtenga, sino que además, la forma en que se repartirán los tiempos se impondrá sin demasiada concreción, siendo habitual el sistema de semanas alternas.
¿Es buena o mala para los niños la custodia compartida? Si los dos progenitores son responsables y mantienen una buena relación con los niños y entre sí, sin duda este tipo de custodia facilita el contacto y afecto con ambos. Pero en algunos casos no es lo más recomendable o incluso no funciona una vez establecida. Por ello hay que analizar cada caso particular. Cuando finalmente la opción sea la custodia compartida, a la vista de las circunstancias habrá que valorar la necesidad de instar una modificación de medidas si alguna de las partes no se responsabiliza de los niños cuando están en su compañía, a pesar de haberse comprometido a ello.
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