La llegada de la primavera trae consigo múltiples acontecimientos, de muy distinta índole y con distintas implicaciones legales. Es el momento elegido por las parejas para casarse, son los meses en que se condensan las comuniones y algunas otras reuniones familiares como bautizos o aniversarios, es cuando se animan más personas a realizar reformas en la vivienda coincidiendo con la llegada del buen tiempo, cuando pensamos planificar y contratar las vacaciones del año, cuando decidimos animarnos a llevar a cabo algún cambio, personal, profesional o en nuestro entorno… todo ello hace necesario acudir a algún profesional del sector correspondiente: un fotógrafo, un restaurante, un albañil, una agencia de viajes…
Una vez tomada la decisión, es importante no olvidar el aspecto legal que conlleva la contratación de cualquier profesional y, sobre todo, no perder de vista que todo cuanto preveamos con antelación, que todo cuanto planifiquemos, nos informemos y finalmente incluyamos en el contrato con el que hayamos elegido irá en beneficio de evitar o solucionar de una manera más sencilla los futuros problemas que puedan producirse como consecuencia de la ejecución de su trabajo.
El primer paso es fundamental. Revisar el sector, elegir a varios de los profesionales del ramo que nos parezcan más competentes, visitarlos y solicitar presupuesto es esencial. Esto nos va a permitir comparar precios, calidades, trabajos que incluyen unos y otros… y además va a aportar un primer contacto con ellos de tal forma que también nos llevaremos la impresión que nos ha causado su atención y su formalidad a la hora de elaborar el presupuesto. No hay límite para solicitar presupuestos pero al menos resulta interesante contar con tres para poder hacer una valoración correcta del mercado.
El segundo paso también ha de ser objeto de atención por nuestra parte. Una vez seleccionado al profesional que nos gusta y nos encaja su presupuesto es recomendable formalizar el encargo en un contrato donde consten, por lo menos, los datos de ambas partes, el trabajo a realizar de la manera más detallada posible, la relación de materiales, elección de los mismos, calidad, el precio y la forma de pago (si dejamos una señal o se paga anticipadamente alguna cantidad han de entregarnos el debido justificante) y el plazo de realización o finalización del encargo. Este último punto es especialmente importante si este encargo debe efectuarse en un día determinado como, por ejemplo, ocurre con una boda o una comunión pero también con unas obras si el retraso puede causarnos algún tipo de inconveniente. Fijar el plazo en estos casos como esencial e incluso establecer una penalización por retraso puede ser una buena fórmula para prevenir este problema.
Por último, comprobar si el contrato nos lo entregan hecho, es decir, es un formulario o si contratamos sobre las condiciones de un folleto como en el caso de las agencias de viaje, hay que leerse detenidamente la letra pequeña antes de firmar. No debemos olvidar que existe normativa que protege a los consumidores, pero mejor ayudamos un poquito tomando precauciones.