Es cierto que empleamos nuestro coche a lo largo de todo el año y no sólo en verano. Para ir y volver de trabajar, para realizar el trabajo mismo o para cualquier otro asunto de nuestra vida diaria. Pero también es cierto que en vacaciones se producen múltiples desplazamientos y, en ocasiones masivos. Para desplazarnos a nuestro lugar de vacaciones, para movernos a pueblos, playas, fiestas… y también para visitar lugares en los que conocemos menos o nada las carreteras. El deseo de llegar primero, los atascos, el desconocimiento, el alcohol… son datos que incrementan el número de accidentes en verano. Pero, sin necesidad de llegar a tal extremo, son también causa de numerosas sanciones y muchas de ellas pueden conllevar la pérdida de puntos.
Una o dos sanciones con pérdida de puntos, si nos hacen recapacitar y reconducir nuestra forma de conducir, no deben llegar a generar más problemas pues el simple paso del tiempo sin cometer más infracciones genera la consecuencia de volver a recuperar nuestro saldo de puntos. El problema se plantea cuando esto no sucede así, las sanciones se van sumando y nos damos cuenta un día que nuestro saldo de puntos se encuentra a cero. ¿Qué es lo que sucede entonces?
En ese momento se pierde la vigencia del permiso de conducir y no se puede recuperar hasta que transcurran seis meses desde que el acuerdo de pérdida de vigencia le fue notificado al conductor. Este plazo es tan sólo de tres meses cuando se trate de conductores profesionales. Pero no sólo es necesario dejar transcurrir esos seis meses, con todos los inconvenientes que ello puede generar, sino que también es preciso realizar un curso de sensibilización y reeducación vial y superar posteriormente determinadas pruebas. Y, para aquellos que estén pensando que coger el coche es algo imprescindible y que quizás “cuele” durante ese tiempo conducir sin permiso, siempre que tenga cuidado y no lo pillen, nada más lejos de cualquier consejo razonable. Conducir en esas condiciones es delito castigado con pena de prisión de tres a seis meses o multa de doce a veinticuatro meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días.
La mejor fórmula siempre es conducir sin cometer infracciones y, si esto ocurriera de todos modos, realizar un curso de recuperación de puntos, antes de vernos en la tesitura de haberlos perdido todos.