Cada año los datos del abandono de animales domésticos en España son demoledores, muy por encima de nuestros vecinos europeos. Se abandonan animales en todos los meses pero es especialmente con la llegada de la primavera y el verano cuando las cifras aumentan de forma sensible. Además este año sumamos una situación diferente que está haciendo bailar significativamente los números.
La pandemia y el confinamiento hicieron que muchas familias optaran por adoptar un perro que les permitiera tener una razón legal para salir a la calle a dar un paseo. Sin embargo, con la desescalada el aumento del abandono ha crecido en porcentaje según datos de la Real Sociedad Canina de España. Solo en mayo se tiene constancia del abandono de dos mil perros. Y decimos se tiene constancia porque estos son los que contabilizan las protectoras, muchos otros mueren directamente en la calles y carreteras sin que siquiera su número cuente en las estadísticas.
¿Qué es lo que lleva a una persona a abandonar a su mascota? Son varios los motivos y todos ellos se resumen en falta de responsabilidad cuando se decide compartir la vida con un animal. Los cachorros adorables crecen, generan gastos, obligaciones, estorban en las vacaciones… Sin duda, falta educación y sensibilización pero también una regulación más severa y una mayor exigencia en su aplicación.
No obstante, a pesar de esto, existen normas estatales y autonómicas que imponen obligaciones cuya infracción implica la imposición de sanciones, en algunos casos importantes y en otros casos incluso penales.
Centrándonos tan solo en el abandono, es una actuación que se configura en determinados supuestos como delito. El artículo 337 bis de nuestro Código Penal prescribe que quien abandone un animal en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad será castigado con una pena de multa de uno a seis meses. Además el juez puede imponer la pena de inhabilitación especial de tres meses a un año para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales.
Por otro lado, en Asturias contamos con una ley de tenencia, protección y derechos de los animales desde el 23 de diciembre de 2002. En el artículo 14 de esta ley se prohíbe expresamente el abandono de los animales y se castiga con importantes sanciones. Pero no solo Asturias cuenta con una norma autonómica de protección de animales. Hoy casi todas las Comunidades Autónomas la tienen. Incluso numerosos ayuntamientos han regulado a través de sus ordenanzas locales estas cuestiones.
La otra cara de la moneda del abandono, porque es una de las vías de solución al mismo, es la de las adopciones. Adoptar implica salvar la vida a dos animales: aquel que nos llevamos a nuestra casa y aquel que va a ocupar el hueco que deja en la protectora el adoptado. Por este motivo es tan importante potenciar esta opción y controlar que los adoptantes sean realmente personas responsables.
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