Avanza la tecnología, avanza la legislación y avanzan igualmente los sistemas de control de las infracciones. Si una materia es especialmente sensible a estas cuestiones es la relativa a la seguridad del tráfico. Primero fueron los radares, luego los sistemas de control que existen en muchos semáforos para evitar que los mismos se crucen en rojo y ahora los radares de tramo.
Mucho se ha hablado de ellos estos días porque la Dirección General de Tráfico ha comenzado a instalarlos en algunos túneles. Concretamente ya existen tres y se encuentran en proyecto otros tres. Los puntos concretos en los que se han colocado se han notificado porque la intención, según dicen, no es “cazar” a los conductores infractores sino reforzar la seguridad en tramos más peligrosos y de más difícil rescate en caso de accidente como son los túneles. De hecho, estos primeros radares de tramo no se van utilizar para sancionar a los conductores sino tan sólo para notificarles su exceso de velocidad. Es decir, de momento y hasta que comuniquen lo contrario, ser pillado con exceso de velocidad por un radar de tramo no va a suponer la imposición de ninguna sanción.
No obstante, sí hay que tenerlos muy en cuenta porque existirán más y el futuro funcionarán con todas las consecuencias. Un radar de tramo es muy distinto de los radares fijos que ya conocemos. Consiste en dos cámaras situadas en dos puntos diferentes, al principio y al final del tramo seleccionado, que registran de forma muy precisa la matrícula y la hora de paso del vehículo así como su velocidad. Con una operación matemática relativamente sencilla se calcula la velocidad media del vehículo en dicho tramo. No sirven estrategias como cambiar de carril o frenar antes de la segunda cámara. El dispositivo está preparado para medir la media de la velocidad y comprobar si hay un exceso en la misma.
Estos radares de tramo son factibles ahora porque, tras la última reforma de la Ley de Seguridad Vial se considera infracción no respetar los límites de velocidad, como venía ocurriendo hasta ahora, pero también circular en un tramo a una velocidad media superior a los límites establecidos. Los radares de tramo son los dispositivos que medirán en un futuro este exceso para detectar a los posibles infractores.
Es nuevo también el sistema de sanciones porque la ley recoge un cuadro muy preciso en el que vienen determinadas a la perfección las consecuencias económicas y en materia de puntos que genera el incumplimiento de los límites de velocidad. La multa puede ir desde los 100 hasta los 600 euros y los puntos que se pueden restar desde 2 hasta 6.
Sin duda, el mejor consejo sigue siendo el de respetar siempre los límites impuestos.