Con la situación económica que estamos viviendo a muchas familias les cuesta llegar a fin de mes con sus ingresos. No tenemos una fórmula mágica para solucionar esos problemas pero sí es cierto que en ocasiones la inercia del día a día nos impide pensar en los pequeños ajustes que podemos realizar con el objetivo de recortar gastos.
El primer paso puede consistir en suprimir aquellos gastos que son innecesarios o superfluos. Por ejemplo, puede ser que seamos socios de algún gimnasio o algún otro club y, sin embargo, desde meses no acudamos a las instalaciones o no hagamos uso de sus servicios. Otro ejemplo típico suele ser el de las suscripciones a diarios o revistas que cuando llegan a nuestra casa ni tan siquiera les prestamos atención. Una revisión de estas pequeñas cosas, una lectura de las condiciones pactadas para comprobar de qué manera y en qué momento podemos darnos de baja y poner manos a la obra, a ser posible por escrito y de forma que quede constancia de nuestra intención, puede hacernos contar con algo más de dinero disponible.
Una vez eliminados gastos superfluos, el siguiente paso es prestar un poco de atención a los que sí consideramos necesarios o son realmente imprescindibles: seguros, suministros… En estos casos hay que empezar estudiando los contratos: fechas de vencimiento de lo seguros, condiciones, precios… Porque hoy en día hay muchas ofertas en el mercado con lo que podemos comparar con otras compañías y quizás llegar a la conclusión de que podemos abaratar el gasto de alguno de estos elementos sin perder coberturas o calidad en el servicio. Además, haciendo esta revisión es probable que nos demos cuenta que se puede hacer algún recorte más. Por ejemplo, eliminar el teléfono fijo ya que siempre utilizamos los móviles o cambiar el seguro a todo riesgo del coche, que ya tiene unos años, a un seguro a terceros o incluir una franquicia.
Este repaso de nuestros contratos debe incluir también a los que tenemos con los bancos: cuentas bancarias, imposiciones a plazo fijo, inversiones… Al igual que decíamos respecto a los seguros y suministros, existen en el mercado ofertas muy competitivas con lo que no debe darnos pereza o miedo mover nuestras domiciliaciones, ingresos, ahorros o gastos a otra entidad que nos ofrezca mejores condiciones o no nos cargue comisiones en nuestra cuenta.
Estos son solo algunos consejos, por supuesto, que cabe pensar en más y no solo a nivel individual sino en otros ámbitos como, por ejemplo, en las comunidades de propietarios. Eso sí, fundamental revisar bien los contratos firmados y dar todos los pasos de manera correcta desde un punto de vista legal.