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José María Urbano

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Demografía y campañas

La ciudad del futuro que construye Avilés para atajar su problema de población es incompatible con maniobras de descrédito

Avilés bajó el año pasado de los 80.000 habitantes, esa cifra mágica que nos ha mantenido durante años en una escala con la que más o menos nos hemos sentido cómodos, aunque la tendencia a la baja fuera, como hemos visto, imparable. LA VOZ DE AVILÉS ha publicado desde el viernes una más que completa información para entender todas las claves de la población avilesina, incluidas las reflexiones, hoy mismo, del decano del Colegio de Sociólogos de Asturias, Jacobo Blanco. Datos para el debate y la reflexión.

A la vez, también esta semana, en estas mismas páginas, el catedrático de la Universidad de Oviedo Javier Suárez Pandiello nos ha dejado una frase para titular: «El problema de las pensiones no es tanto demográfico como económico». Sostiene el experto que la creación de empleo estable y de calidad debe ser el objetivo número uno para tratar de paliar precisamente los problemas generados por una demografía adversa desde casi todos los puntos de vista.

Imagen en una de las instalaciones del ITMA en su centro de Avilés. Foto Marieta

Con estos datos en la mano, no creo que nadie albergue algún tipo de duda sobre la necesidad de que Avilés realice un esfuerzo ímprobo para conseguir las mejores condiciones en las que se fomente el empleo y la riqueza y a la vez se siga avanzando para dotarla de los suficientes servicios y atractivos como para conseguir que se convierta en un lugar en el que apetezca vivir.

En el primer caso, el del fomento del empleo –el de calidad, no el del empleo basura, el de la precariedad, que es el que impera en la actualidad aunque se venda como el gran logro que nos ha permitido superar la crisis (?)–, pasa por apoyar, apuntalar y hasta mimar a aquellas empresas y aquellos proyectos que por sí solos son capaces de convertirse en referentes de esa economía productiva en la que las nuevas tecnologías, el I+D, la innovación y el conocimiento, la relación internacional o el efecto llamada de sus logros son las señas de identidad de una sociedad moderna dispuesta a competir y a generar riqueza.

Como ya viene siendo un poco habitual, el ITMA (Fundación del Instituto Tecnológico de los Materiales) volvió a estar en el punto de mira de algunos grupos políticos en la Junta General del Principado. Por supuesto, con IU a la cabeza de la manifestación, que para eso ha cogido el centro avilesino como uno de sus juguetes favoritos, tal y como se ha denunciado en varias ocasiones en estas páginas con datos más que suficientes para corroborarlo. Y ahora se ha unido Podemos, que seguramente sabe muy poquito de este centro, pero le viene bien en esa política de desgaste cuando atisba que el PSOE puede estar detrás de «cualquier chiringuito».

Hace años, la Sindicatura de Cuentas del Principado pidió las cuentas del ITMA, por entender que la Fundación reunía las condiciones exigibles para extender a él su paraguas fiscalizador. El ámbito de actuación de la Sindicatura es claro: «La Administración del Principado de Asturias y sus organismos, entes, entidades, fundaciones y empresas públicas, con participación mayoritaria o dominio efectivo, directo o indirecto del Principado, independientemente que se rijan por el derecho público o privado».

El ITMA, sus responsables, hicieron ver a la Sindicatura que estaba en un error, ya que en el caso de la Fundación no se da ninguno de los requisitos establecidos en la norma legal: el porcentaje del voto de la Administración del Principado, conforme a sus estatutos, es solo del 33 por ciento y su participación en la dotación fundacional nunca ha sido mayoritaria.

A partir de ahí, ni la Sindicatura parece mostrarse convencida –aunque tardara en su día ¡6 años! en contestar–, ni algunos partidos como IU están tampoco por la labor de reconocer lo que es, simple y llanamente, la legalidad, el cumplimiento de las normas establecidas. Y se hace correr un discurso peligroso: el ITMA no quiere mostrar sus cuentas. O lo que es lo mismo: otro chiringuito socialista, algo tendrán que esconder… En definitiva, la esencia de determinadas políticas en las que el objetivo no es el diálogo, el estudio o el análisis que conduzca a la verdad, sino mezclarlo y enfangarlo todo.

Lo que debe saber toda la sociedad avilesina y asturiana en general es que el ITMA no sólo tiene sus cuentas auditadas y no sólo no tiene ningún interés en esconderlas, sino que las tiene publicadas en su página web, al alcance de un clic. ¿Algo que esconder, oscurantismo? ¿Cabe más transparencia?

Ese no es el problema y lo saben esos partidos que disparan al aire. El quid de la cuestión es saber si el ITMA es público o privado y si la Sindicatura tiene o no derecho a auditar sus cuentas. La semana pasada se produjo la comparecencia en la Junta General del director del ITMA, que a preguntas de los diputados dejó sentadas las cuestiones básicas: el porcentaje del Principado en el ITMA es del 33 por ciento; se constituye con una aportación privada del 59,45%, frente al 40,48% de aportación pública; en octubre de 2007, su Patronato renuncia al derecho de uso sobre los bienes aportados por la Administración del Principado en su constitución, reduciéndose la participación pública hasta un 12%; el Protectorado de Fundaciones, el Registro de Fundaciones, el Consejo de Gobierno del Principado y el Tribunal de Cuentas y su Ministerio Fiscal –que ya en 2015 ordenó el archivo de estas actuaciones– han coincidido siempre en lo mismo.

El director del ITMA hizo estas aclaraciones en la Junta, entregó a cada grupo una completa documentación, se puso a su disposición para aclarar cualquier otra duda. Y terminada la sesión, Gaspar Llamazares declaró: «El ITMA debería actuar con la legalidad y no situarse en una posición de rebeldía». Y la diputada de Podemos Lorena Gil, tras «descubrir» que el ITMA recibe subvenciones del Principado, señala: «Tiene que dar cuenta a la Sindicatura».

Conclusión: Llamazares le da al ‘play’ y sale el discurso de siempre sobre este tema, da lo mismo que reciba información que no. Y sobre la diputada de Podemos uno ignora si va a pedir la comparecencia ante la Sindicatura de Cuentas de todas aquellas empresas privadas y entes varios que en esta región nuestra han recibido alguna vez subvenciones del Principado para sus actividades. La cola puede ser de récord Guinness.

Hay que insistir: el ITMA y todo lo que le rodea –empresas, multinacionales, Centro de Desarrollo Tecnológico de ArcelorMittal– es clave en el desarrollo de Avilés y se supone que de Asturias. Es uno de los pilares de la nueva ciudad que se quiere y se debe ofrecer para ganar ese futuro. Por eso, hay que pedir, exigir, que la clase política, no toda afortunadamente, deje de enredar con el ITMA, tratando de ofrecer una imagen que le hace un daño irreparable. ¿En Avilés nadie está dispuesto a decir algo sobre esta campaña?

 

Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el día 12 de febrero de 2017

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Sobre el autor

José María Urbano. Periodista. ExJefe de Redacción de La Voz de Avilés-El Comercio. Columnista de este periódico y director de AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología adscrito al Grupo El Comercio (Grupo Vocento). El relato de los hechos y los fundamentos de la opinión sólo pueden tener su base en el poder de los datos. En un mundo en el que imperan los clics, los shares, las notas teledirigidas, las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones huecas en busca de un titular, hay que reivindicar el periodismo hecho por profesionales. Política, economía, cultura, deportes... la vida en general, tienen cabida en este espacio que pretende ir más allá de la inmediatez, la ficción y el ruido que impera apoyado en las redes sociales. El periodismo es otra cosa.


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