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José María Urbano

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Premios de La Voz de Avilés 2017

Este es el discurso que pronuncié, como Jefe de Redacción de La Voz de Avilés, en el acto institucional de la entrega de los Premios de La Voz de Avilés 2017, celebrado el día 22 de junio en la Casa de la Cultura de Avilés.

 

En el comentario del periódico de este domingo escribí un artículo, bajo el título ‘La importancia de las personas’, en el que describía cómo la responsable de Comunicación de Red Bull nos comentaba a través de un correo, que en sus diez años de experiencia en la multinacional austriaca nunca se había encontrado con una empresa que le hubiese dado tantas facilidades como hizo en Avilés el Grupo Daniel Alonso para poder grabar el último vídeo de promoción a nivel mundial de la famosa bebida. Gracias a ese apoyo, Avilés ha dado ya la vuelta al mundo, con una publicidad impagable.

Y señalaba también que un veterano estibador del Puerto, no un directivo ni un ejecutivo ni un empresario, sino un estibador, me comentaba que la ausencia de Delfín García Novo, el histórico responsable de Alvargonzález en Avilés, jubilado el pasado 31 de diciembre, ya se empezaba a notar en el Puerto.

La conclusión final del comentario era que las empresas, los proyectos, las instituciones funcionan gracias a las personas. Y sobre todo gracias al talento y a la capacidad de algunas personas por convertirse en esa argamasa que logra unir y soldar los diferentes intereses, de forma que parece que todo fluye con naturalidad en beneficio de todos. Y es a veces con su ausencia, cuando se valora de verdad su capacidad y su valía.

La de estos Premios de La Voz de Avilés es una historia de personas, aunque vayamos a distinguir también a entidades y sociedades. Y además creo que es una historia de personas más que nunca.premiados-primera

Hace catorce años inauguramos estos premios de La Voz concediendo el primero de la Iniciativa Empresarial a la entonces Aceralia, viniendo a recoger el galardón su presidente, Jose Ramón Álvarez Rendueles. Y se lo dimos porque pensamos que aquella empresa, heredera de Ensidesa, era en buena medida responsable directa de lo que hoy somos como ciudad y como comarca; casi me atrevería a decir que como comunidad autónoma.

Hoy se lo entregamos al Centro Global de I+D de ArcelorMittal porque pensamos que es ya uno de los grandes protagonistas de ese nuevo Avilés que transita por una profunda transformación, pero sobre todo va a ser una pieza clave de ese entramado tecnológico que debe asegurarnos el futuro basado en el conocimiento.

Desde 2008, con el recuerdo aún de aquellos viejos Laboratorios de Ensidesa, con aquellas inmensas paredes de azulejos blancos, el Centro Global de I+D de Avilés atiende ya a 83 unidades de negocio en 24 países de los cinco continentes; está integrado en una red de más de 40 centros de I+D, centros tecnológicos y universidades; casi 200 personas forman ya su plantilla, que sigue creciendo sin parar; tiene preparadas 38 soluciones para su despegue internacional; cuenta con 20 laboratorios y plantas piloto. Y, en fin, el centro se rige por un Manifiesto en el que constan diez valores que mueven a su plantilla, definidos del uno al diez. ¿Saben cuál es el primero? “Somos buenas personas”.

Y tenemos hoy la suerte de contar entre nosotros a las dos personas que son la clave de esta historia de éxito. Por un lado, a su director, su máximo responsable, Nicolás de Abajo, del que se hace difícil elegir y destacar entre sus extraordinarias condiciones técnicas y su conocimiento, o su entusiasmo contagioso por un proyecto que vive con pasión.

Y por otro, contamos con el artífice de que el Centro Global de I+D de ArcelorMittal de Avilés se haya convertido en el referente de los centros de la compañía siderúrgica a nivel mundial. Se trata de Gregory Ludkovski, máximo responsable mundial de I+D de la multinacional, que ha querido estar hoy aquí para hacer entrega del galardón. Todo el mundo que conoce un poco los entresijos de este espectacular proyecto sabe que Gregory Ludkosvki es la pieza clave para su desarrollo y para su promoción dentro y fuera de la empresa al más alto nivel.

Por eso, Mister Ludkovski, Welcome to Avilés. Thank you very much for being here with us.

 

Cuando hablamos de la Asociación Rey Pelayo, Premio a la labor social, también hablamos de personas. Personas dedicadas a facilitar la vida a otras personas que cuentan con una discapacidad intelectual, que en absoluto les invalida para formar parte activa de una sociedad que a veces no acaba de abandonar los prejuicios con los que les recibe ni de derribar las barreras aún existentes.

Hace 25 años, los va a cumplir pronto, nacía la Asociación Rey Pelayo para mejorar la vida de estas personas con una discapacidad intelectual y la de su entorno más cercano. El esfuerzo de aquella agrupación de familias por tapar el hueco que no cubrían las administraciones mereció la pena entonces y vemos los resultados ahora. Los de una entidad que no para los 365 días del año para dar contenido casi las 24 horas del día para la educación, la ayuda y el bienestar de todas estas personas.

Mari Cruz García es su presidenta desde 1997 y ella y su equipo, con la ayuda de las familias, han hecho posible este milagro que nos habla de esfuerzo, de dedicación, pero también de responsabilidad y de cariño.

Lo que deseamos es que este galardón que os entregamos desde La Voz de Avilés sea sólo un mínimo detalle de agradecimiento con el que podáis recordar que toda la sociedad avilesina está con vosotros.

 

El día que presentamos oficialmente en el periódico los premios de este año, lo dejamos meridianamente claro: una entidad que cumple cien años de existencia en una ciudad relativamente pequeña como la nuestra significa que forma parte ya de la historia de esa ciudad.

La Sociedad Filarmónica Avilesina cumplirá un siglo de vida el próximo mes de enero y lo hará plena de vida y de energía, aunque su presidente, Marino Soria, siempre nos recordará que la multiplicación de los panes y los peces sólo figura en las sagradas escrituras.

Pero los demás, desde fuera, sabemos que él y su junta directiva también hacen milagros. Como los hicieron él y sus antecesores para salvar todas las dificultades que se fueron encontrando, tanto en el aspecto económico como en el del encontrar un emplazamiento fijo que no les obligara a ir de auditorio en auditorio, hasta que por fin pudieron asentarse en la Casa de la Cultura.

Contar en una ciudad como la nuestra con una persona como Marino Soria es un regalo. Por su formación (influenciada por una familia con nombre propio en la cultura avilesina), por su exquisita personalidad, por su prudencia y sobre todo por un conocimiento y un amor por la música que es el que permite que cada temporada Avilés pueda contar con una serie de conciertos de música clásica de primer nivel.

 

Y finalmente en el premio a los deportes hemos querido este año saldar una deuda que teníamos con dos de los deportistas más importantes que ha dado esta ciudad: Enrique Rodríguez Cal, Dacal, y Alfonso Menéndez Vallín. Dos medallistas olímpicos, bronce en boxeo en Munich 72 y oro en tiro con arco en Barcelona 92.

Hemos tenido la disculpa perfecta para acordarnos de ellos: se cumplen 25 años de la mejor Olimpíada que se ha organizado nunca, la de Barcelona, un ejemplo, como dice acertadamente Menéndez Vallín en el número extraordinario que hoy hemos publicado en La Voz, de lo que somos capaces de hacer en este país cuando nos proponemos un proyecto común serio.

Como suele suceder con los grandes deportistas, al final nos quedamos con las personas, con dos buenas personas, apreciadas dentro y fuera de esta ciudad por su naturalidad, por su discreción y por seguir siendo un ejemplo de cómo el deporte nos enriquece a todos.

 

Les decía que estos eran los premios de las personas, algo que se sustenta también en las que han accedido a estar con nosotros para entregar los galardones.

A la presencia de Gregory Ludkovski para entregar el del Centro de I+D de ArcelorMittal, se une la exalcaldesa de Avilés y actual consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela, que conoce como pocas personas la labor de la Asociación Rey Pelayo.

El premio a la Sociedad Filarmónica Avilesina lo entregará Antonio Ripoll, durante tantos años el responsable máximo de la Casa de la Cultura y del Teatro Palacio Valdés, una de las personalidades culturales de esta ciudad, y por cierto Premio de La Voz de Avilés en su día.

Y finalmente, Gerardo González entregará los premios de Deportes en su calidad de presidente de la Asociación Atlética Avilesina, porque precisamente los dos galardonados, tanto Vallín como Dacal, son fruto de ese vivero inagotable de deportistas que constituye la Atlética.

Y seguimos hablando de personas y de sus aportaciones. En el número extraordinario de hoy de La Voz de Avilés hemos conseguido que Íñigo Felgueroso, director general del ITMA, hable del Centro de ArcelorMittal; que Juan José Jambrina, jefe del Área de Salud Mental -otro premio de La Voz de Avilés- dedique unas palabras de reconocimiento a la labor de Rey Pelayo. Que Antonio Ripoll haya hecho lo propio con la Filarmónica. Y finalmente, que otro boxeador querido en Asturias, José Ramón Gómez Fouz, haya hecho la glosa de Enrique Rodríguez Cal Dacal, mientras el medallista olímpico de tiro con arco Vázquez Megido se lo haya dedicado a su compañero de equipo, Menéndez Vallín.

Quiero felicitar expresamente a todos los compañeros de Redacción y Publicidad de La Voz de Avilés por el excelente trabajo que han realizado con el extra de estos Premios.

Gracias a nuestros colaboradores y patrocinadores, con especial relevancia al Ayuntamiento de Avilés. Mi agradecimiento a los técnicos de Canal 10 y la presentadora que hacen posible en el desarrollo de este acto y a los técnicos de la Casa de la Cultura de Avilés, que son un referente siempre.

Y un mensaje final para todos los aquí presentes. Debemos confiar en el futuro, porque pese a las dificultades que vayan surgiendo, pese a las contradicciones de este tiempo que nos toca vivir, pese a las desigualdades y a dramas que nos golpean a diario en cualquier rincón de este mundo, en Avilés tenemos la suerte de contar con personas que son capaces de ofrecernos todo su esfuerzo, su talento y su ilusión por sacar las cosas adelante. Y la prueba la tenemos hoy aquí con la calidad humana y profesional de los galardonados.

Decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano que “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

Yo de lo que sí estoy seguro es que la gente a la que hoy distinguimos y sus acompañantes nos hacen a todos, con su ejemplo, mejores personas.

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Sobre el autor

José María Urbano. Periodista. ExJefe de Redacción de La Voz de Avilés-El Comercio. Columnista de este periódico y director de AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología adscrito al Grupo El Comercio (Grupo Vocento). El relato de los hechos y los fundamentos de la opinión sólo pueden tener su base en el poder de los datos. En un mundo en el que imperan los clics, los shares, las notas teledirigidas, las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones huecas en busca de un titular, hay que reivindicar el periodismo hecho por profesionales. Política, economía, cultura, deportes... la vida en general, tienen cabida en este espacio que pretende ir más allá de la inmediatez, la ficción y el ruido que impera apoyado en las redes sociales. El periodismo es otra cosa.


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