La energía solar puede convertirse en otro sector «sorpresa» en Avilés de la mano de un joven avilesino que ha sabido «reinventarse»
Fue el primero de la lista. El día que su padre tuvo que empezar a reajustar su empresa a causa de esa crisis global de 2008 que tantas cosas se llevó por delante, Javier Fernández-Font Pérez (Avilés, 1982) se fue directamente a la cola del paro. Alusín, una empresa de estructuras metálicas basadas en el aluminio, fue de las últimas en resistir aquella crisis gracias a obras de la envergadura del edificio del HUCA, pero finalmente el modelo de negocio se resintió gravemente.
Aquel joven, que había estudiado Administración de Empresas y Finanzas observó que a la empresa de su padre empezaban a llegarle a última hora proyectos que tenían que ver con la energía solar. Y no lo dudó ni un momento. En poco más de año y medio fundaba su propia empresa, Alusín Solar. Se impuso a la burbuja creada por la política de Zapatero, que al final pinchó, aunque se aprovechó de que nuestro país fue el que iba a desarrollar una de las tecnologías más competitivas, la que permite que hoy se imponga en las grandes subastas a nivel internacional. Su empresa aprovechó bien el año 2011, antes de que entrara en vigor la moratoria decretada por el ministro Soria, del PP. Llegó a contar con 32 personas en plantilla, que pudo mantener hasta febrero de 2013. Y a partir de ahí, casi vuelta a empezar, pero aprovechando la «segunda pata» de aquel proyecto: el de la internacionalización.
Alusín Solar es hoy uno de los tres grandes fabricantes de estructuras para paneles solares que existen en España tras haberse «reinventado» una vez más, contando solo con un apoyo económico pequeño surgido desde La Curtidora, y poniendo el acento en países como Portugal, República Dominicana, Chile, México, Panamá, Brasil o Emiratos Árabes, entre otros, hasta el punto de que el 94 por ciento de su producción –salida de su planta ubicada en el polígono de Tabaza, Carreño– está orientada a la exportación. Fernández-Font no quiere hacer castillos en el aire y por eso las reuniones con su equipo no van más allá de un semestre a la hora de programar acciones comerciales. Saben que los objetivos de la Unión Europea y del nuevo Gobierno socialista español tienen fijado 2020 como el año en el que las energías renovables tienen que alcanzar su mayor protagonismo en el mix energético y eso juega a su favor.
Hace unos días, este periódico daba cuenta del cierre de otra empresa familiar avilesina, con más de cincuenta años de experiencia, que deja ahora en la estacada a una treintena de trabajadores, a los que había dejado de pagar sus nóminas desde hace un año, eso sí, procurando no pasar de los tres meses seguidos de sueldos impagados para evitar las denuncias correspondientes. Un mal aprovechamiento de un producto de éxito en el mercado y una nefasta gestión económica basada en créditos para pagar créditos ha desembocado en el cierre de la empresa y en treinta familias camino del Fogasa para reclamar lo que les pertenece.
Por eso hay que aplaudir el proyecto de Javier Fernández-Font, que con treinta y seis años ha sabido introducir a Alusín Solar en catorce países, al frente o colaborando en doscientos proyectos que tienen que ver con el diseño, fabricación e instalación de aluminio y estructuras metálicas para todo tipo de sistemas solares fotovoltáicos, con distribuidores en Chile, Honduras, Panamá y Puerto Rico.
Y a la vez, uno se pregunta si no merecería la pena profundizar en las posibilidades de un sector que pudiera convertirse en otra «sorpresa» para Avilés como la que supuso en su día la del sector eólico, gracias al impulso de un visionario como Daniel Alonso. El sector eólico y a continuación el del oil&gas era algo absolutamente desconocido en Avilés hace diez años y hoy mantiene aquí a uno de los líderes mundiales de fabricación, como es Windar Renovables e Idesa, da empleo a cientos de trabajadores y técnicos, posee una de las carteras de clientes más importantes del mundo, acude con Navantia a los proyectos europeos de mayor relevancia, cuenta además con plantas de fabricación en Brasil, India y México y por si fuera poco se ha convertido en uno de los principales actores del puerto de Avilés, dejando pequeña la última ampliación.
A personas como Javier Fernández-Font habría que tenerlas en cuenta por si, ayudándole a alcanzar el tamaño necesario, se pudiera «descubrir» en Avilés otro sector ligado a las energías renovables que nos reporte riqueza y empleo y quién sabe si un nuevo referente económico.
Lección de buen gusto
El pasado lunes se celebró en el Hotel 40 Nudos la presentación de un avance de ‘Poe más a menos’, una colección de cincuenta poemas del que es autor Rogelio Crespo, concejal de Somos en el Ayuntamiento de Corvera y trabajador de la hostelería. El acto auspiciado por la Asociación Cultural La Serrana ofreció la oportunidad de asistir a una de las presentaciones más relevantes de las que se han celebrado en Avilés en lo que llevamos de año. El guión y la puesta en escena fueron un derroche de imaginación, estilo y sensibilidad. Y de ello se encargaron el responsable de Cultura del Ayuntamiento de Corvera, entre otras muchas cosas, Dolfo Camilo; el declamador Joaquín de la Buelga; la actriz Cristina Puertas, el autor y director teatral José Busto; el pianista Carlos Esperón; el trompetista Agustín Lara y la cantante Susana Gudín, que consiguió emocionar al auditorio con una versión de ‘Llorona’ plena de sentimiento y delicadeza. Fue un acto en el que abundó la lectura de poemas en asturiano, ofrecido y recibido de una forma natural, con muchos guiños a nuevas formas de expresión. Hubo un aplauso cerrado para Rogelio Crespo y para sus acompañantes, incluida su hija Deva, una de las protagonistas sin pretenderlo, con poema cantado incluido .
Rogelio Crespo es una persona comprometida socialmente desde hace muchos años, con un talante conciliador, como hombre de consenso, que bien se hubiera merecido un mayor apoyo y presencia de algunos compañeros de la política. En la sala estuvo Tania González, secretaria general de Podemos Avilés, Sara Cosculluela y Paula Valero, de la misma formación; el ex alcalde socialista de Corvera, Víctor Manuel Álvarez León, acompañado de su esposa; el concejal corverano Adolfo Alonso, del PSOE; y Eva Menéndez, de Castrillón Sí Puede.
«Qué más da quién lo haga, el caso es que se haga», sentencia en uno de sus poemas Rogelio Crespo. Y eso no se lleva mucho en esta política nuestra llena de reproches personales y de gestos para la galería en busca de supuestos réditos electorales, aunque en ocasiones sea a base de espectáculos esperpénticos como el que hemos tenido la oportunidad de observar esta misma semana en esta ciudad, a costa de ese taller de «ligoteo saludable» solicitado para la próxima semana en Avilés.
Es la diferencia con quienes pelean por sacar adelante proyectos que beneficien a la sociedad en general o los que nos ofrecen de forma altruista lo mejor de sus capacidades intelectuales. Javier Fernandez-Font y Rogelio Crespo son dos buenos ejemplos.
(En la fotografía, Javier Fernández-Font, a la derecha, con el ex ministro de Energía de Chile, Andrés Rebollo Smitmans).
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el día 12 de agosto de 2018