La ministra de Transición Ecológica provoca la protesta de las multinacionales de la región por las nuevas condiciones de la interrumpibilidad
José María Urbano
AVILÉS.-La subasta eléctrica se reanudó ayer a las nueve de la mañana en el IFEMA de Madrid, pero a mediodía el incendio ya se había propagado y sus efectos comenzaron a llegar a despachos como el del presidente del Principado e incluso al Ministerio de Industria, lo mismo que a las direcciones de los sindicatos. Las protestas de los directivos de las grandes compañías electro intensivas reflejaron con toda su crudeza el disgusto, dicho en plan fino para no hablar de cabreo en toda regla, que ha generado la nueva subasta eléctrica iniciada el lunes, bajo la convocatoria de Red Eléctrica Española, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera.
Empresas como ArcelorMittal, lo mismo que Asturiana de Zinc y Alcoa, alzaron su voz para poner de manifiesto su profundo malestar con el resultado de esa subasta, en la que las compañías cada vez obtienen menos dinero por el servicio de interrumpibilidad, el mecanismo que compensa a las empresas por interrumpir su consumo eléctrico en caso de que el sistema lo requiera en momentos puntuales.
Los antecedentes ya no eran buenos. Al margen de seguir haciendo oídos sordos al requerimiento de empresas y de hasta gobiernos regionales como el asturiano y los sindicatos, sobre la necesidad de regular una tarifa eléctrica predecible y que por lo tanto dé seguridad y confianza a las empresas para poder programar sus planes de negocio y hasta sus inversiones, el ministerio de Teresa Ribera sigue adelante con una subasta cada seis meses.
Pero no solo es eso, sino que las grandes compañías, con un consumo de energía eléctrica muy elevado, caso de las asturianas citadas y de la propia Alcoa en Galicia, se encontraron con que los paquetes de 90MW se reducían a 40MW, algo que va directamente en contra de sus intereses porque ese sistema abre el abanico a una mayor competencia de empresas que no tienen, ni de lejos, su alto consumo. Y por si ya no fuera suficiente esa variación, se encontraron con que el día 5 de este mes, en el inicio del mayor puente festivo del año, con todo un fin de semana por delante, se daba a conocer que los paquetes previstos de 40 MW se reducían de 25 a 21, aumentando los de 5MW de 320 a 352.
La subasta, a día de ayer, se saldaba con un fracaso en toda regla para estas empresas, al menos las tres asturianas, que inmediatamente mostraron su profundo desagrado con lo sucedido tras admitir que el proceso había salido mal, de forma muy negativa para sus intereses. Las quejas llegaron a la sede de la presidencia del Principado, pero no se quedaron ahí, puesto que el Ministerio de Industria tuvo que escuchar las mismas críticas. Sostienen estas compañías que ya juegan en desventaja respecto a la competencia de la Unión Europea, al soportar la tarifa eléctrica más cara del continente, como para que la ayuda que supone para sus cuentas el servicio de interrumpibilidad quede al albur de una subasta que encima va a la baja.
Las protestas de ayer no van a quedar en las llamadas telefónicas que se hicieron por la mañana, sino que en los próximos días se va a iniciar una campaña en toda regla para llevar a la presidencia del Gobierno central, al Ministerio de Industria y al de Transición Ecológica las dificultades para seguir pensando en nuevas inversiones en España e incluso para que una compañía como Alcoa, en plena retirada en Avilés y en Coruña, pudiera dar marcha atrás en su propósito.
Según ha podido confirmar EL COMERCIO-LA VOZ DE AVILÉS, desde el Ministerio de Industria se criticó ayer abiertamente a la ministra Teresa Ribera, al considerar que de poco sirve que el ministerio que dirige Reyes Maroto esté intentando adoptar una serie de medidas para beneficiar a la industria del país si luego su colega de Transición Ecológica torpedea esos objetivos con cuestiones como la de la subasta eléctrica o la crisis del diesel, que ha creado también el malestar general de todo el sector del automóvil y el de millones de ciudadanos que han visto cómo las desafortunadas declaraciones de la ministra -«el diesel tiene los días contados»- ha devaluado de un plumazo el valor de sus automóviles.
La ministra de Transición Ecológica va de incendio en incendio, pues hace solo unos días declaró, en una «conversación privada», que habría que abolir la tauromaquia y la caza. Las reacciones no se han dejado esperar desde todo los rincones del país. Pero también desde sectores del propio PSOE, que hablan abiertamente de «irresponsabilidad mayúscula» de Ribera. «Si esas declaraciones las llega a hacer la semana de las elecciones de Andalucía, el PSOE desaparece».
Publicado en El Comercio-La Voz de Avilés el día 12 de diciembre de 2018