Lo sucedido en Cudillero con Juan Luis Álvarez del Busto debe servir para exigir a determinada clase política que ponga freno ya a su irresponsabilidad
Soportamos sus atrevimientos, en muchos casos su ignorancia, sus mensajes huecos, sus falsedades, los insultos al rival, su falta de educación, a veces hasta su vagancia… Lo consentimos, lo soportamos y lo pagamos encima entre todos. Pero tiene que llegar el momento de poner freno a esta situación y decirles a todos estos profesionales de la política que han entrado en ella para ensuciarla que dejen en paz a las personas. Que las personas, todas, son intocables.
En Cudillero se acaba de cometer un atropello contra una persona ejemplar, un hombre bueno que lo único que ha hecho en su vida es pelear por su pueblo y por sus vecinos, logrando que el sitio en el que nació, trabajó y vive adquiriera una relevancia mundial a través de la cultura hecha desde dentro, desde el mismo corazón de la villa cudillerense.
Una iniciativa liderada por Evaristo Arce, Alfredo Canteli y José Antonio García planteó en el Ayuntamiento de Cudillero el nombramiento de Juan Luis Álvarez del Busto como Hijo Predilecto del concejo. Los méritos, los concretos y hasta los intangibles son más que conocidos. Álvarez del Busto es la cuarta generación de una familia que por sí misma es esencia de Cudillero, nieto de Elvira Bravo, por más señas. La iniciativa se presentaba «por toda una vida de dedicación y compromiso con su pueblo». En 1974, con veintitrés años, ya fue nombrado Cronista Oficial de la villa –es el cronista oficial más veterano de Asturias y ahora preside la asociación que los aglutina a todos–, y es autor de varios libros sobre su villa. Es presidente de la Asociación de Amigos de Cudillero, desde la que se ha impulsado un galardón internacional como es la Amuravela de Oro, enganche sentimental también con Latinoamérica, algo que ha ayudado a que empresarios de la talla de Antonio Suárez hayan vuelto a sus orígenes, redoblando su apuesta por las inversiones en Asturias. La misma asociación que organiza la Fiesta literaria de la mar, que engloba Escritores en Cudillero y el concurso nacional Cudillero, el pescador y la mar, que ha propiciado una extensísima lista de periodistas y escritores de prestigio de este país como participantes. Además de la edición anual de la revista El Baluarte y, en fin, desplegando una actividad que ha sido reconocida absolutamente por todo el mundo. O por casi todo el mundo.
Porque una vez más, esa forma ignominiosa de entender la política, en la que si es necesario se ataca la dignidad de las personas sin ningún miramiento, también ha aparecido en este caso. Los grupos municipales del Partido Socialista, de Podemos y de ’Vecinos de Cudillero’, que es una escisión de Podemos, tumbaron la iniciativa de nombrar Hijo Predilecto a Juan Luis Álvarez del Busto, aduciendo que no es el momento oportuno al estar próximas las elecciones locales.
Una disculpa de baratillo, posiblemente a la altura intelectual y moral de estos políticos. Al final, uno sospecha de que en el caso del Partido Socialista pesa mucho más que Juan Luis Álvarez el Busto le parara los pies al que fuera alcalde socialista, Francisco ‘Quico’ González, cuando éste quiso controlar sobre todo la entrega de la Amuravela. La Asociación de Amigos de Cudillero no se lo toleró, el alcalde retiró la subvención municipal a los premios, pero la entidad, pese al perjuicio económico que supone quedarse sin una modesta subvención, siguió adelante hasta el día de hoy. Sin alcalde, eso sí, hasta que el actual mandatario del PP, Ignacio Escribano, se encargó de devolver la normalidad institucional.
Estos son los hechos. Los que nos hablan de una política que ha llegado ya a tales extremos de vileza que le importa poco o nada jugar con el prestigio de las personas. Desgraciadamente lo que acaba de pasar en Cudillero con Álvarez del Busto no es algo episódico.
Uno envidia bastantes cosas de la ciudad de Gijón y por encima de ellas admira la capacidad de los gijoneses de saber siempre cuándo están en juego las cosas importantes, las que no admiten la más mínima discusión. Hace tan solo unos días la Corporación municipal aprobaba por unanimidad el nombramiento de Vicente Álvarez Areces como Hijo Predilecto de Gijón a título póstumo. Sin fisuras, de izquierda a derecha, los seis grupos municipales coincidieron en destacar la labor del que fuera extraordinario alcalde de la Villa de Jovellanos. Incluso grupos críticos de Areces como presidente del Principado, se sumaron al elogio: «Vicente Álvarez Areces, como todo alcalde democrático, se merece el reconocimiento de su ciudad», dijo Mario Suárez del Fueyo, portavoz del grupo Xixón Sí Puede/Podemos. Y también el portavoz de Izquierda Unida, Aurelio Martín, cerró filas con ese reconocimiento.
Es una pena que estos dos portavoces no puedan transmitir esos sentimientos y esos valores a sus compañeros del Ayuntamiento de Avilés, que hace unos meses rechazaron una propuesta vecinal para dar el nombre del parque de El Pozón a Manuel Ponga Santamarta, primer alcalde democrático de esta ciudad. Incluso en IU expresaron dudas hace escasas fechas para cumplir con el protocolo oficial en caso del fallecimiento de los alcaldes de Avilés, como sucedió con Manuel Ponga. Una postura reprochable que todo el mundo tapó para no manchar la memoria del que fuera alcalde socialista y la dignidad de las honras fúnebres.
Sería bueno que los ediles gijoneses se lo explicaran a sus colegas de Somos/Podemos y de IU de Avilés, sobre todo a la finísima portavoz de esta última formación, Llarina González, que lo mismo muestra sus dudas sobre el funeral de Manolo Ponga que nos ilustra con ese vocabulario culto en sus intervenciones en el Pleno municipal para hablar, por ejemplo, de «puta locura» para referirse al texto de debate del área metropolitana, o tilda de «mierda populista» una moción de los no adscritos sobre el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Esto es una «mierda populista», pero en cambio su propuesta, junto con Somos y Ganemos, en el mismo escenario municipal, para enviar una queja diplomática a la Embajada americana en Madrid para protestar por la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel hay que tomarlo como «alta política». Por no recordar aquella oportunísima moción presentada también por esta portavoz de boicotear los productos de Israel, moción que tuvo que ser retirada de prisa y corriendo ante la amenaza de una demanda por parte de Israel. La misma portavoz, en fin, que le dice a una compañera de partido, Ángela Vallina, cuando ésta muestra su disposición a estar «donde diga IU», que a donde tiene que ir es «a tu casa». Se lo dice públicamente y por escrito. ¿Alguien se imagina las consecuencias de que un político o un periodista mandara «a casa» a Ángela Vallina y cuál iba a ser la reacción de esta portavoz que se arroga la representación del verdadero feminismo o la defensa de los derechos de los palestinos porque ella lleva al cuello la kufylla y los demás no?
También se podría recordar aquí el espectáculo dado en el Ayuntamiento de Castrillón, cuya Corporación también jugó con las personas, poniéndolas en evidencia cuando se quiso nombrar a los hijos adoptivos y ciudadanos ejemplares de 2018. Un espectáculo bochornoso, según dijeron los propios concejales, empezando por su alcaldesa y máxima responsable, Yasmina Triguero.
Por eso, hay que insistir: sigan abochornándonos con su acción política, pero al menos dejen en paz a las personas. Un respeto.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 17 de febrero de 2019