Avilés tiene una rara habilidad para renunciar a proyectos de éxito o a demandar otros nuevos sin aprovechar los que posee. El último ejemplo, en Santander.
En ocasiones se cae en el error de abrir en exceso el objetivo de lo que ansiamos sin que sea la primera vez que nos olvidamos o simplemente renunciamos a lo que tenemos, mientras otros no tienen inconveniente en recoger y mejorar lo que nosotros mismos poseíamos o habíamos inventado. Es el «lo que tú no quieres, otros lo desean» de toda la vida. Avilés debería plantearse mantener, afianzar y mejorar determinadas cuestiones que funcionan de forma correcta, pero que todavía tienen margen para un mayor desarrollo. Otras, lamentablemente, se han quedado por el camino. Estos son solo algunos ejemplos.
El pasado viernes, día 11, Santander inauguraba oficialmente el III Festival de la Mar en el muelle de Calderón, en plena bahía de la capital cántabra, pegado al Centro Botín. Un espectáculo en un escenario increíble. En el agua, galeones, veleros de época, un barco de la Armada, el remolcador Mahón A-51, un atunero reconvertido en un barco museo eco activo y un trasatlántico de comercio sostenible. Todo ello, aderezado por conferencias en el Club de Regatas y en el Centro Botín, habaneras y una hilera de jaimas donde se observan maquetas de barcos, fotografías, tiendas de ropa marinera… Y otro detalle singular: delante de la puerta de acceso al Centro Botín, una hilera de furgonetas de ‘food trucks’, que se unía a la acogedora y moderna terraza de la cafetería del centro cultural, anexa a otra terraza, libre, de mesas y sillas para extasiarte con la contemplación de la bahía o simplemente acomodarte para leer el periódico –en Santander el ‘periódico’ es El Diario Montañés, claro, pedazo de periódico como solemos decir los periodistas en las redacciones–.
Y de repente llegas allí y exclamas: «¡Esto es Bitácora! ¡Esto es lo que se había organizado en Avilés!». Historia de un éxito incontestable que nació en 2013, que repitió y aumentó en las ediciones de 2014 y 2015 y misteriosamente desapareció en el calendario estival de 2016, argumentando problemas presupuestarios. Corren otras versiones para aquella suspensión mucho menos complacientes con el equipo de gobierno socialista, pero se ha impuesto el silencio y por lo tanto es mejor no ponerse a elucubrar.
Bitácora se originó en la experiencia vivida por los integrantes de la Universidad Itinerante de la Mar (UIM), esa espléndida historia nacida en Avilés –como seguro que recuerdan el rector de la Universidad y la alcaldesa de Avilés, aunque últimamente no lo parezca–, y que vieron en Illhavo (Portugal) una concentración de grandes veleros. Y tras comprobar que en otras regiones atlánticas como Brest o Rouen se repetía la misma historia, alguien dijo: «¿Y por qué no en Avilés?».
El resultado fue la visita del Juan Sebastián Elcano y de otros veleros relevantes. Y así nació Bitácora. Una mirada al mar con veleros imponentes, buques de la Armada, exposiciones, maquetas, fotografías, conferencias, habaneras, gastronomía, dentro y fuera del ámbito físico de la Ría… El Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, coordinada por Armando Arias, fue llamada por la concejalía de Festejos para que colaborase de forma activa y se convirtió en uno de los ejes de una organización cuyo éxito fue refrendado por miles de personas cada día acudiendo al actual Paseo Manuel Ponga.
En 2016 dejó de organizarse Bitácora sin una explicación creíble. Y uno lo ‘revive’ en Santander el pasado fin de semana y se pregunta porqué en esta ciudad renunciamos a cosas que nos hemos inventado aquí y que gozan del respaldo popular. (Del Centro Botín, de su programación, de las food trucks en la plaza principal del edificio y la comparación con el Centro Niemeyer…, mejor para otro día. Del compromiso del rector y de la reivindicación de la alcaldesa con la Universidad Itinerante de la Mar con Avilés como sede central y privilegiada, también para otro día).
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, que basa buena parte de su política en la promoción de la ciudad, como elemento clave para generar riqueza y empleo, tiene tan claro el éxito de ‘su’ Bitácora particular, que considera que los 150.000 euros que aporta su Ayuntamiento a la organización compartida con el Gobierno de Cantabria y la Federación Villas del Cantábrico son una espléndida inversión para Santander.
Otro asunto. Con el inicio del curso escolar, la dirección del Centro Integrado de FP de Avilés, el más grande de Asturias, alerta sobre la necesidad de una ampliación de la oferta y de instalaciones para poder responder a las demandas de las empresas y a la vez dar salida laboral a esos jóvenes que pueden tener fácil integrarse en ese mercado definido por las nuevas tecnologías y los cambios en el sector metalmecánico. Tarea para el Ayuntamiento de Avilés y para la Consejería de Educación.
La misma tarea para apuntalar la Escuela Superior de Arte, que con las nuevas instalaciones está afrontando una nueva etapa sumamente esperanzadora, como me reseña una personalidad de la educación y la cultura de esta ciudad, seguramente desperdiciada desde instancias oficiales, como tantos otras, por estar voluntariamente apartada del ‘stablishment’.
Los estudiantes de diseño, en la ramas de diseño de producto industrial y diseño gráfico ya rondan los dos centenares, y todos tienen muy buenas salidas profesionales por la demanda empresarial de estos técnicos. Lo mismo ocurre con los de Restauración, que ha pasado también a aumentar la demanda de plazas en una especialidad que es sumamente específica y en la que prácticamente la enseñanza es individualizada debido a su gran especialización. Ya están volviendo estudiantes que han terminado otros estudios para convalidarlos y estudiar en Avilés los específicos para obtener el grado. También han llegado erasmus de otros centros extranjeros…
«En definitiva –dice el mismo experto–, explorar nuevas ofertas formativas en estos centros –incluido el de Deporte–, acordes con las necesidades del mercado y las demandas de las empresas, es una tarea en la deberíamos centrarnos, así como en el desarrollo de los Centros Tecnológicos que tenemos y en la posible apertura de otros nuevos que posibiliten la implantación y desarrollo de nuevas empresas».
Por cierto, ya que el Ayuntamiento debe tratar todos estos asuntos con la Consejería de Educación, debería aprovechar para que de una vez la administración educativa se meta de lleno en el Conservatorio de Avilés y arregle en quince días el desaguisado de su concejala de Cultura y su director, que siguen llenando de vergüenza al centro educativo avilesino y a la ciudad. Eso sí, con la tibieza y la ingenuidad (?) de la oposición.
Y un último ejemplo para mantener lo que tenemos antes de aspirar a cotas más altas. En Saint-Gobain es vital asegurar su continuidad, seriamente amenazada –en esta página se viene alertando de ello con datos desde hace años– por encima de pedir mejoras de convenio o caer en brazos de la demagogia de cara a unas elecciones sindicales. Nos va en ello otra parte importante del futuro industrial y laboral de esta ciudad. Dejen de jugar todos.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 22 de septiembre de 2019