El resultado de la subasta eléctrica no ha sido una sorpresa para nadie: «Desastre total». De esta forma ha definido ArcelorMittal lo sucedido, tras quedarse sin un solo paquete de interrumpibilidad para sus instalaciones de Asturias, más algunas relevantes del País Vasco. La patronal Unesid habla de «tragedia» directamente. Pero lo mismo dicen en Asturiana de Zinc, en Alcoa…
El Gobierno de Pedro Sánchez –en funciones para algunas cosas y para otras no– y su ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, supongo que serán conscientes de que la de ayer fue una jornada negra para la industria de este país. Pero no van a pedir, ni ellos ni el Gobierno regional, que los ciudadanos pequen de ingenuos puesto que esta subasta comenzó a degradarse desde que esta ministra llegó al Ejecutivo. La subasta de interrumpibilidad, inicialmente, distinguía bien el tamaño de las empresas que acudían a ella. Y por eso había paquetes de 90MW para las grandes consumidoras, otros intermedios, y finalmente los más pequeños. La ministra empezó a rebajar, quitó los de 90, más tarde los de 40, y finalmente ha dejado solo los de 5MW. Conclusión: ArcelorMittal recibe el mismo trato que una ferretería un poco apañada. Si la siderúrgica recibe una orden de interrumpibilidad eléctrica, el coste de esa parada hay que medirlo, como mínimo, en las toneladas que deja de producir. Por lo tanto, los paquetes de 5 MW ya no compensan los costes. Y encima se queda sin ninguno porque en la puja había nada menos que 120 empresas. ¿Cuántas Arcelor, Asturianas o Alcoas hay en España? A la ‘ferretería’ la parada le da lo mismo y encima ha conseguido en la subasta un ‘extra’ que le va a venir muy bien.
El Gobierno regional vino a decir ayer una obviedad: que en este tema no pinta nada. En el de Madrid que sepan que sus decisiones han llevado a una «emergencia industrial», al menos en Asturias. El invierno será caliente.
Publicado en El Comercio-La Voz de Avilés el 20 de diciembre de 2019