A la hora de empezar a escribir la entrada en este blog, ‘Dame buenas noticias’, (día 25/06/2020) no tengo constancia de que la concejala de Cultura y Promoción de la Ciudad (Cultura y Festejos) del Ayuntamiento de Avilés, Yolanda Alonso, haya presentado la dimisión. Tampoco he recibido en mi cuenta de correo habitual ninguna nota de prensa del Ayuntamiento dando cuenta de que la alcaldesa, Mariví Monteserín, haya firmado un decreto de cese de la concejala mencionada. Y de la misma forma, tampoco he tenido comunicación alguna del PSOE de Avilés exigiendo que la citada edil dé ya por concluida su presencia en la Corporación como concejala.

Los que desde el primer día dijimos y escribimos que todo lo sucedido en los últimos años en el Conservatorio de Avilés partía de un simple capricho de esta concejala que tuvo entre sus primeros objetivos ‘cargarse’ a la directora de ese centro público, ganadora de un concurso público para ocupar ese puesto, profesora de piano desde hace más de 25 años, jefa de estudios con el anterior director, es decir, una persona más que cualificada, hemos tenido que esperar a la enésima sentencia condenatoria del Ayuntamiento de Avilés en este caso para que un juez ratifique, cien por cien, lo que algunos –muy pocos– hemos venido denunciando.

El magistrado juez David Ordóñez Solís, del Juzgado Contencioso Administrativo Nº 4 de Oviedo, sentencia en el último Auto: “El Juzgado ordena al Ayuntamiento de Avilés, o en su defecto a la Fundación Municipal de Cultura de Avilés, para que de manera inmediata proceda a la destitución de don Carlos José Galán Lago como director del Conservatorio de Música Julián Orbón de Avilés. Se imponen expresamente las costas de este incidente procesal al Ayuntamiento de Avilés”.

A estas alturas todo el mundo entiende ya las claves. Carlos José Galán Lago llegó como director del Conservatorio de Avilés en comisión de servicio  para sustituir a Raquel García, que había ganado el concurso para adjudicarse la plaza de directora –al final víctima del recurso de un ‘compañero’, mal perdedor de aquel concurso, y que la concejala Yolanda Alonso aprovechó para ‘quitársela de encima’, ella sabrá porqué–.

Para no aburrir al lector. La concejala tuvo que recurrir a mil y una maniobras para seguir manteniendo en el cargo al citado Carlos José Galán, que lejos de mantenerse neutral en todo este proceso de marcado tinte político y personal, optó por tomar partido e insultar a través de un correo electrónico a la mitad del claustro de profesores, a los que llegó a tildar de ‘mediocres’. A partir de ese momento su única preocupación fue intentar saber cómo ese correo llegó a la cuenta de este periodista, que lo había desvelado en este mismo blog.

El Auto del juez Ordóñez Solís, el último, es demoledor para la concejala, para el Ayuntamiento y también para ese director que ha formado parte activa del juego de Yolanda Alonso, después de saltarse todas las normas (las éticas, por supuesto) de la Ley de Educación.

Dice el juez, que denota en su escrito un ‘cabreo’ considerable, que “por escrito presentado el 5 de junio de 2020 el letrado don ManueI Gómez Mendoza, en nombre y representación de USIPA, solicita que se reitere al Ayuntamiento el cumplimiento del Auto, de 18 de febrero de 2020, por el que se acuerda la ejecución provisional de la sentencia Nº 165/2019, de 14 de junio, por la que se declara la terminación de la comisión de servicios de don Carlos José Galán Lago en el Conservatorio de Música por haber terminado el plazo máximo legalmente previsto de dos años. La sentencia de este Juzgado de 14 de junio de 2019 fue confirmada en apelación por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de 27 de diciembre de 2019. El letrado ejecutante señala que el 3 de junio de 2020 Galán Lago continúa como director del Conservatorio y había convocado claustro de profesores, en concreto los días 9 de marzo y 29 de mayo.

Es decir, dice el juez que el Ayuntamiento se ha saltado el cumplimiento de una sentencia condenatoria, y también la confirmación de la misma por parte del TSJA tras recurso municipal.

Tras una sucesión de argucias de la Fundación Municipal de Cultura que preside la concejala Yolanda Alonso para mantener a Galán en el cargo (nueva comisión de servicios, nombramiento como Jefe de Servicio) y que uno da ya por conocidas en vista de que los medios se han ocupado con profusión de todas estas maniobras, el juez sigue: “En efecto, en la referida sentencia (anterior) se señala: ‘el nombramiento como director del Conservatorio de quien está en comisión de servicios y que debe limitarse a profesores de cada centro, no puede enmascarar ni justificar una situación de manifiesta irregularidad como es la de permanecer más de dos años en comisión de servicios’”.

Todos los fundamentos de derecho del Auto son una repetición por parte del juez de la misma idea: este director lleva tiempo ocupando un puesto de una forma ilegal y el Ayuntamiento sigue inventándose argucias para no cumplir esas sentencias.

Y ahora, las conclusiones del juez: “Estamos, por tanto, ante un supuesto manifiesto de insincera ejecución de la sentencia, pues si bien formalmente se acata con la supresión y la anulación de la comisión de servicios, finalmente se mantiene al señor Galán Lago en el cargo de director del Conservatorio”, al que, como señala la sentencia,  “accedió ‘por quien está en comisión de servicios’”.

Por todo ello, prosigue el juez, “es preciso estimar la solicitud y debe ordenarse la inmediata destitución de don Carlos José Galán Lago como director del Conservatorio de Música”.

Advierte además el juez del camino a seguir en caso de que no se cumpla este mandato. Y antes de la parte dispositiva, otro punto clave para determinar la actitud de la concejala y del Ayuntamiento de Avilés: “Dada la manifiesta actitud de contumacia en la inejecución del auto de 8 de febrero de 2020 se imponen las costas de este incidente procesal al Ayuntamiento de Avilés”.

Y, finalmente, la parte dispositiva del Auto, por si alguien tiene dudas: “El Juzgado ordena al Ayuntamiento de Avilés o en su defecto a la Fundación Municipal de Cultura de Avilés para que de manera inmediata proceda a la destitución de don Carlos José Galán Lago como director del  Conservatorio de Música Julián Orbón de Avilés. Se imponen expresamente las costas de este incidente procesal al Ayuntamiento de Avilés”.

En principio, fin de este lamentable episodio. Pero cuidado: como hay derecho al recurso, la concejala seguramente ordenará seguir adelante, algo que ha hecho con todas las sentencias desfavorables, prácticamente todas, salvo la única que obligatoriamente tendría que haber recurrido en defensa de los derechos del Conservatorio de Avilés  y de todos los conservatorios municipales de Asturias, y no lo hizo: curiosamente la que dejaba sin derecho a ser director a ninguno de los profesores del centro municipal.

A fin de cuentas, los recursos ordenados por ella le salen ‘gratis’ a esta concejala: los pagamos todos los avilesinos.

Comentado el Auto, tratemos de despejar algunas incógnitas.

La concejala Yolanda Alonso se inventó una figura nueva, la de Jefe de Servicio del Conservatorio para que el señor Galán siguiera en el puesto, por cierto cobrando 14.000 euros más al año que un profesor, solo de complemento específico, más la diferencia de sueldo de su categoría. Hasta tal punto el atrevimiento y la sensación de impunidad que demuestra esta concejala y el señor Galán son tan escandalosos que éste sigue convocando al claustro y enviando circulares con la firma de ‘Director del Conservatorio’.

Y ahora vienen las preguntas. Todo lo ordenado y firmado por el señor Galán en los últimos meses desde su nombramiento como Jefe de Servicio es ilegal. Todos sus actos están invalidados. Todo el equipo directivo que le acompaña está cesado con él desde hace meses.

Los más de 200 alumnos del centro corren el peligro de ver comprometido el curso por esta ilegalidad. ¿Quién va a firmar las actas de fin de curso? ¿Va a dar validez la Consejería a las actas del curso o tendrá que invalidarlo?

La Consejería de Educación, como responsable del Conservatorio, sigue muda, como ya lo hizo en los últimos años sobre este caso. ¿Dónde están las inspecciones? ¿Por qué esos inspectores no firman la habilitación de profesores que no tienen las titulaciones exigidas para impartir determinadas asignaturas? Señor presidente del Principado, señora consejera de Educación: ¿Por qué el Principado mira para otro lado después de años de denuncias?

La concejala de Cultura tiene pendiente en el Juzgado una demanda por presunta prevaricación, que a la vista de este último Auto del Contencioso Administrativo tiene todos los visos de prosperar. Es más, este último Auto es claro: exige el cumplimiento inmediato de una sentencia anterior. El Ayuntamiento sabrá si va a recurrir ante el mismo juez que ha firmado ese Auto y a lo que se expone.

Este ‘director’, mientras tanto, sigue dando muestras de su ‘atrevimiento’  y de tener la sensación de gozar de ‘impunidad’ con un último ejemplo. Con motivo del Día de la Música se pidió que se hicieran propuestas para la participación de exalumnos en el concierto que se estaba organizando para hacerlo coincidir con el 40 aniversario del Conservatorio. Si algo quedó claro es que el Conservatorio no tenía dinero para alquilar un piano, de forma que no podría tocar ninguno de los alumnos propuestos, alguno de ellos con premios internacionales. Pero, sorpresa, el pasado domingo se celebraba el referido concierto. ¿y quién apareció tocando un piano de cola (supuestamente alquilado, claro, por el Conservatorio)? Pues  sí, ese que usted piensa: el ‘director’. Se conoce que apareció el dinero para alquilar el piano para que se luciera él, acompañado de sus amigos. Lo de ‘sus amigos’ es ampliamente conocido ya en los mentideros musicales de la ciudad.

La concejala de Cultura sigue en su puesto a esta hora a pesar de que el Conservatorio no es el único de sus ‘¿atropellos?’. Véase sino la creación de un puesto de trabajo, de ‘asesor’ de su concejalía. Como en Avilés no existen al parecer profesionales cualificados que son referentes nacionales e internacionales en el mundo de la música y en la organización de conciertos, se dispone la contratación de otro profesional de fuera de la ciudad.

El problema viene cuando la persona elegida no puede tomar posesión de su cargo porque no puede demostrar la titulación académica exigida. En el Ayuntamiento dicen en primera instancia que se retrasa “un poco” la toma de posesión. Ante la constatación de lo que es evidente, se vuelve a buscar otro atajo: se contrata una ‘asistencia técnica’. El problema reside en que el titular de una ‘asistencia técnica’ se entiende que realiza un trabajo ‘externo’ al Ayuntamiento. Pero en este caso, sorprendentemente, el titular de esa ‘asistencia técnica’ pasa a ocupar el principal despacho de la Administración pública avilesina: el de la Casa de la Cultura en el que durante años trabajó el gerente de la Fundación Municipal de Cultura, Antonio Ripoll.

A estas alturas hay cierta confusión: no se sabe si el despacho lo utiliza el titular de la ‘asistencia técnica’ o la propia concejala, o lo comparten ambos. En todo caso, hasta los funcionarios de la Casa muestran su estupefacción.

Estupefacción que muestran los funcionarios de la Casa, pero desde luego no los miembros de los partidos de la oposición municipal, salvo IU, que en general siguen mudos tanto en este asunto como en el disparate de la plaza del director del Conservatorio, salvo cuando se conoce una nueva sentencia o un auto como el referido para decir, a modo de resumen, que todo es ‘vergonzoso’. Y mañana a otra cosa.

Uno, que lleva años denunciando éste y otros casos, no pierde la confianza de que algún día la concejala de Cultura y Festejos deje su puesto, bien por decisión propia o porque quien tiene poder para ello la haga renunciar. Ese día a lo mejor empezamos a creer que la política empieza a estar a la altura de las circunstancias que exige la ciudadanía.

Avilés, 25 de junio de 2020