Sorprenden algunos discursos oficiales que confunden descarbonización con el cierre de la minería, mientras Avilés sigue sin ser citada pese a ser el corazón industrial y tecnológico de Asturias y tener diseñado un plan de futuro
Existe un despiste importante en Asturias, hay confusión a la hora de analizar dónde se sitúa la región en este momento para intentar ganar el futuro, dada la proliferación de declaraciones de responsables políticos y algunos cargos importantes, incluso en la Unión Europea, que lo único que consiguen es añadir más desconcierto y dudas cuando se habla de abordar los fondos europeos, la presentación de proyectos y la generación de nuevas ideas.
Supongo que nadie se va a ofender si constato que en esta región se ha instalado desde la llegada de Adrián Barbón a la presidencia del Principado (y también en otros partidos y fuerzas sindicales y sociales) ‘el discurso de las Cuencas’. Todo pasa por las Cuencas. Sólo hace falta echar un vistazo a los medios de comunicación a diario, aunque se podría entrar en detalles. (Por si acaso, antes de seguir: nací en Mieres, en el seno de una familia arraigada en el territorio, familia de ferroviarios, mineros y comerciantes, que ahí siguen; fui a la escuela en Corvera, el bachiller en León, los estudios universitarios en Oviedo, vivo y me desarrollé profesionalmente en Avilés, durante cinco años estuve yendo a diario a trabajar a Gijón. Así que no es que esté curado, es que nunca tuve la enfermedad del localismo paleto que tanto daño sigue haciendo en Asturias. Y por si fuera poco, yo sí bajé a la mina, pero no en la jaula, de visita, sino por la rampla del Pozo María Luisa. Así que yo también soy de les Cuenques).
No se puede a estas alturas, como hace algún cargo público, confundir fondos de descarbonización con el carbón y la minería. Los fondos para la descarbonización, es decir, los fondos para pasar a una energía neutra, libre de carbono en 2050, no aparecen ahora como un plan alternativo al cierre de las minas (ese cierre ya se produjo y tuvo sus fondos propios, sin necesidad ahora de hurgar en heridas pasadas), sino para ayudar a las empresas que en sus actuales sistemas de producción liberan CO2 a la atmósfera. Pues bien, ¿saben algunos de estos políticos y directivos que el 50 por ciento de las emisiones de CO2 en Asturias corresponden a ArcelorMittal? ¿Y que sus centros de producción están en Gijón y en Avilés? ¿Nadie se ha dado cuenta, por citar sólo un ejemplo, de que cuando se habla del futuro del hidrógeno, la clave se sitúa en Gijón, en donde los hornos altos estarán llamados a utilizar la inyección de hidrógeno para sustituir el actual proceso basado en el carbón coquizable? ¿Y que el mundo del hidrógeno pasa por el puerto de El Musel, incluso por la regasificadora que sigue sin abrir, y que ese debería ser un proyecto estratégico de región?
ArcelorMittal tiene 5.000 trabajadores. Y se sigue sin solucionar su problema del coste de la electricidad –lo del estatuto de las electrointensivas sufre un nuevo retraso–, y no sólo no se ayuda a la empresa siderúrgica en los costes del CO2, sino que se le va a exigir a partir de ahora un mayor esfuerzo en los derechos de emisión y encima más caros. Más derechos y más caros. De momento ya se anuncia un ‘ajuste’ para unos 250 trabajadores en la división de Largos. ¿Alguien pensó que esto es una broma?
Mientras tanto, esos mismos políticos y directivos –no todos, claro– siguen diciendo que Iberdrola, por ejemplo, debe crear empleo en las Cuencas por haber cerrado allí la central térmica de Lada. ¿Vamos sin problema a la playa a Gijón o a Llanes y habrá problemas para ir a trabajar a menos de media hora en coche? ¿Nadie de los que usan ese discurso reparan en que su solo enunciado ya es un insulto para los miles de jóvenes que han tenido que abandonar Asturias, incluso el país, para poder tener un puesto de trabajo?
Llegados a este punto, hablemos de Avilés. Aunque casi nunca esté en los discursos oficiales, uno sigue afirmando que buena parte del futuro de esta región, sobre todo el basado en la nueva industria a partir de las nuevas tecnologías, pasa por Avilés simplemente porque aquí está el corazón industrial de la región y la fuerza de los centros tecnológicos más importantes, incluso a nivel mundial. Y tiene además un plan de futuro asentado en la realidad, no en las ensoñaciones. Otra cosa es que alguien trate de torcer ese rumbo o que las Administraciones den la espalda a ese proyecto.
A uno le consta el trabajo que se está realizando por las fuerzas políticas y sociales de Avilés y comarca para consolidar las actuales fortalezas y aspirar a ese nuevo mundo de la industria 4.0, con la captación de nuevas empresas y nuevos proyectos. Existe en este momento un trabajo discreto, empezando por la petición de información y ayuda a quien sabe y puede prestarla. Hay un elevado número de empresarios en este territorio que en algunos casos lideran sus sectores en el mundo y que pueden aportar soluciones insospechadas, lo mismo que los centros tecnológicos, que ni paran ni van a parar. Y lo veremos. Así que lo único que hay que pedir es que la política que viene de fuera no interfiera en esos planes. Al contrario, habría que pedir que los hiciera suyos y los respaldara sin fisuras, y no por defender un territorio concreto, sino porque en ello nos va el futuro de la región entera.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 13 de septiembre de 2020