Windar Renovables. La empresa avilesina consolida su liderazgo mundial en el sector eólico con nuevas inversiones y proyectos
Las claves del éxito no parecen difíciles de definir para una empresa que nació en el seno de un grupo creado por Daniel Alonso Rodríguez hace más de sesenta años. A partir de esa ‘marca de la casa’, la del esfuerzo, la humildad y discreción, se suma una sobresaliente experiencia en el sector industrial como fabricante de estructuras metálicas, capacidad de evolución ante las nuevas exigencias del mercado, un crecimiento sostenible, una apuesta por la innovación, una cartera de clientes y aliados de primer nivel y finalmente una internacionalización sin complejos.
Resultado: Windar Renovables. La empresa avilesina que se ha situado como uno de los líderes mundiales en la fabricación de torres eólicas onshore y offshore y fundaciones offshore para turbinas eólicas y cimentaciones marinas fijas y flotacionales. Creada en 2007 como fabricante de torres eólicas terrestres, la compañía liderada por su presidente y CEO, Orlando Alonso Villarón, desarrolla hoy su experiencia y know how en tres continentes: Europa, Asia y América.
Esas capacidades le han permitido afrontar los cambios generados en el negocio eólico, empezando por el tamaño de las torres, que han pasado de 0,6 MW a los 5 y 6 MW de ahora, incluso más, y de 80 metros de altura a 120, lo que ha implicado una mayor complejidad en la fabricación. Lo mismo ha sucedido en las fundaciones marinas, en donde los jackets (soportes de las torres) han dado paso a la fabricación de monopilotes de entre 1.000 y 1.200 toneladas de peso que se anclan en el fondo marino y que permiten ir a aguas más profundas.
Todo esto lo ha asumido Windar Renovables gracias a la colaboración con centros tecnológicos y grandes empresas y a su propia división de I+D+i, creada formalmente el año pasado con base en Avilés y que dirige Manuel Ignacio Pérez, siendo Covadonga Carballo su directora de tecnología. Una división que pronto tendrá su edificio propio en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA).
La ampliación también afectará a las instalaciones destinadas a la fabricación. El constante aumento de la cartera de pedidos y proyectos hizo que las iniciales instalaciones en el mismo PEPA se quedaran pequeñas, lo que obligó a la compañía que dirige Orlando Alonso a llegar a un acuerdo con ArcelorMittal para ocupar las naves de la antigua Laminación de la siderúrgica y posteriormente las de los Hornos de Fosa. Ahora se dará un paso más. Si hasta ahora Windar e Idesa –compañía del mismo grupo– tenían dos instalaciones cada una en el edifico de la antigua Siemens, la primera sumará una más y afrontará una inversión de diez millones de euros en nueva maquinaria para poder aumentar la capacidad de fabricación de las torres, tanto en número como en dimensiones, destinadas principalmente a la división offshore, cuyo jefe de proyectos es Ángel González Berenguer.
Cartera de clientes
La capacidad de fabricación, la calidad aportada y el cumplimiento de los plazos, junto con un emplazamiento portuario de privilegio en Avilés, prácticamente a pie de fábrica, ha hecho que la cartera de clientes de la empresa asturiana haya ido en aumento y en categoría. A nombres como el de Vestas –que acaba de hacerle un reconocimiento público por su contribución– se unen el de Iberdrola, la noruega Equinor (antes Statoil), Cobra, Acciona, General Electric o Siemens-Gamesa. Ello ha hecho que el nombre de Windar figure en numerosos proyectos llevados a cabo en Portugal, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Aberdeen (Escocia), Estados Unidos o Las Palmas, hasta llegar al último, el de Saint Brieuc, en la Bretaña francesa. Otras compañías como Naturgy han anunciado proyectos –uno de ellos de eólica marina en Asturias– contando con el concurso de Windar.
Atrás queda el primer proyecto offshore de Windar, el ‘Anholt Offshore Wind Farm’, en Dinamarca, en 2012. Y también el mítico contrato de Wikinger, impulsado por Iberdrola, que constituyó el estreno de la ‘joint venture’ formada por Windar Renovables y Navantia, una relación que unió el conocimiento de la primera con la capacidad de financiación de la segunda para poder competir en concursos a nivel mundial como el alcanzado para el Reino Unido, el East Anglia One OWF de Iberdrola; en Dinamarca el Nissum Bredning OWF, de Siemens; o el más reciente, el Windfloat Atlantic, en Portugal, con EdP.
Expansión internacional
Windar tiene su sede y sus principales centros de operaciones en Avilés, pero también extiende su red con otros puntos de fabricación y apoyo en Veriña (Gijón), Ferrol (Galicia) y Linares (Jaén). Y en su momento, cuando la energía eólica en España sufrió un parón, supo dar un paso más en su evolución y se lanzó sin complejos a una carrera internacional. Hoy está presente ya en tres continentes y el número de proyectos sigue creciendo.
En 2011 creó en la India su filial Windar Renewable Energy, una planta de fabricación plenamente consolidada, con una situación estable en el país, desde donde se ha llegado a exportar incluso a Estados Unidos.
Dos años después abrió en Brasil Torrebras, en donde se vaticina una fuerte demanda para los próximos tres años.
En 2015 crea en Estados Unidos la sociedad Windar Tower and Services para participar en el primer parque eólico offshore de ese país, el Block Island, de General Electric. Existe hoy en ese país una buena actividad, que posiblemente vaya en aumento con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, con un apoyo decidido a las energías renovables.
La planta de México, WindarMex, en el puerto de Altamira, región de Tamaulipas, se abrió en 2016. En los últimos meses ha habido un parón decretado por el Gobierno de México con todas las renovables, pero se ha aprovechado para lanzar desde allí la exportación a Estados Unidos.
Finalmente, en Rusia se abrió en 2018 WRS Tower, en la que Windar posee el 51 por ciento, siendo titular además de la tecnología y la gestión operativa. Hoy es el primer fabricante de Rusia de torres para turbinas eólicas, y además su privilegiada ubicación en el Mar de Azov le permite una salida al Mar Negro con un potencial de crecimiento en países del entorno como Rumanía, Bulgaria, Georgia, Ucrania, Armenia y hasta Turquía.
La empresa asturiana suma en este momento 1.600 puestos de trabajo directos, lo que da una idea de su liderazgo en un sector en el que sigue apostando por las mismas claves que la han convertido en el dueño del viento.
Publicado en El Comercio-La Voz de Avilés el 14 de febrero de 2021