La visita de la titular de Ciencia supone el espaldarazo del Gobierno para el Avilés industrial y científico
Diana Morant puso la ciudad como modelo de lo que se necesita para alumbrar la nueva industria del país
Un lujazo, sí. Fue muy amable, la verdad, y encima dijo que para ella éramos el referente nacional a seguir en I+D+i por otras empresas. Me pareció muy prudente, inteligente y que escucha mucho y bien. Un descubrimiento». El ‘wasap’ me lo envía un directivo de ArcelorMittal, en donde han quedado encantados de la visita de la flamante ministra de Ciencia e Innovación a la Manzana del Acero y al Centro SLAB, Centro Global de I+D ‘New Frontier’ de ArcelorMittal, ambos en el espacio de la Isla de la Innovación de Avilés.
Diana Morant Ripoll, hasta ahora alcaldesa socialista de Gandía, quiso que su primera visita oficial como ministra se hiciera a Avilés, a los centros de I+D+i de ArcelorMittal, aprovechando que el viernes por la tarde iba a presidir el acto inaugural de la Feria de Muestras en Gijón. La ministra pasó buena parte de la mañana recibiendo las explicaciones de los directivos de la compañía siderúrgica y de Idonial –que comparten la Manzana del Acero–, para más tarde trasladarse al centro de la ciudad y realizar un almuerzo rápido con el consejero de Investigación, Ciencia y Universidades del Principado, Borja Sánchez; la delegada del Gobierno, Delia Losa, y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín.
Morant puso Avilés como ejemplo de ciudad de la innovación, un modelo de lo que el Gobierno quiere para el país cuando habla de la nueva industria, ligada a la innovación, la ciencia y la tecnología, refiriéndose también al proyecto de descarbonización presentado recientemente por ArcelorMittal, con una inversión que ronda los mil millones de euros. «Proyecto ilusionante»; «uno de los más importantes del plan de recuperación de España para superar la crisis provocada por la pandemia sanitaria», dijo.
La ministra comprobó personalmente que todo ese conjunto de políticas y objetivos encaminados a alumbrar la nueva industria, cumpliendo las exigencias de descarbonización planteadas por la Unión Europea y por el Acuerdo de París un poco antes, se dan en Avilés: aquí está la gran industria, en muchos casos con referentes mundiales en sus sectores; y aquí se encuentran los centros de I+D+i –no sólo los de ArcelorMittal– que son los que van a impulsar esos cambios que van a alumbrar la nueva industria 4.0. Lo están haciendo ya y además no sólo para el emplazamiento asturiano y español, sino, como en el caso de la siderurgia, para que toda esa innovación se aplique a nivel global por parte del líder mundial del acero no solo en sus procesos de fabricación, sino también con nuevos productos. Diana Morant comprobó los avances en la fabricación aditiva o 3D –se llevó el regalo de un globo terráqueo con los emplazamientos de la compañía siderúrgica–, sino que se hizo una idea de las futuras aplicaciones del grafeno, el material del futuro, cuya primera producción consiguió el centro de investigación de ArcelorMittal en Avilés hace ya años, a la espera de que se encuentre ese nivel de escalado industrial que promete cambiar tantas cosas como lo está haciendo ya el 3D.
Avilés empieza a tener suerte, sobre todo porque es muy importante que la ministra de Ciencia constate y certifique lo que muchos llevamos años ‘sermoneando’ para hacer ver que el futuro de la nueva industria, de la nueva economía del
Principado de Asturias, tiene su base en esta ciudad. Para lo bueno y para lo malo ahí están las benditas hemerotecas –o malditas, según se mire–, que son las que dan certificados de credibilidad a lo que se dice hoy, exactamente igual que ayer.
Y Avilés, en este caso, ha tenido la suerte de contar con la complicidad de un consejero de Ciencia del Principado, Borja Sánchez, que de una forma discreta fue el gran artífice de que la ministra estuviera el viernes en Avilés; o de una alcaldesa, Mariví Monteserín, que ya no pierde la ocasión de ‘vender’ el enorme potencial de este territorio a través de sus centros de investigación y sus industrias; o, en fin, contar entre nosotros con personalidades científicas y directivas como Nicolás de Abajo, Carlos Alba, Roberto Suárez o Pedro Prendes, responsables mundiales de sus áreas en ArcelorMittal; o Íñigo Felgueroso al frente de Idonial, encargado de ‘vender’ siempre la Manzana del Acero.
El proyecto de acero verde presentado por ArcelorMittal y aceptado por el Gobierno de España ha sido al final el gran valedor de todo el potencial de Avilés. Por cierto, en esta región nuestra tan proclive a premios, galardones y medallas, algún responsable político debería empezar a pensar de qué forma hay que tributar un reconocimiento a la persona clave de que ese proyecto de ArcelorMittal para Asturias y para España se haya diseñado desde una página en blanco y haya salido adelante –si finalmente no se tuerce nada–, convenciendo primero a los responsables de ArcelorMittal y luego al Gobierno de Pedro Sánchez. Su nombre es José Manuel Arias. Su fotofobia (de fotos, no de la sensibilidad a la luz) hace que su extraordinaria labor de años siga pasando desapercibida para el gran público pese a sus sobresalientes aportaciones. Quedamos a la espera.
Mientras tanto, ministra de Ciencia, Diana Morant, gracias por el impagable favor que le ha hecho a esta ciudad con sus gestos y sus palabras.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 8 de agosto de 2021