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José María Urbano

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Sentencia de Mafalda

El área metro­po­li­tana de Astu­rias vista desde Avi­lés sigue siendo un entre­te­ni­miento de polí­ti­cos fuera de la rea­li­dad.

Una sim­ple apli­ca­ción para pagar la zona azul en Avi­lés sirve para Oporto, pero no para las calles de Oviedo y Gijón.

Apar­cas en el 643 de la Rua do Almeida de Oporto y resulta que pue­des pagar la zona azul (allí blanca) con la misma apli­ca­ción, Tel­park, que la que uti­li­zas en Avi­lés. En la misma calle, a ape­nas cin­cuenta metros, un par­king/guar­da­co­ches recoge tu auto­mó­vil un jue­ves por la tarde (lo apar­can ellos y les dejas la llave) y lo reco­ges el lunes por un poco más de cua­renta euros. (Invito a ver las tari­fas de par­kings como el de Plaza España en Avi­lés, La Escan­da­lera de Oviedo y el de Begoña de Gijón, los tres en esta Astu­rias «rom­pe­dora» del turismo 2021). A cien metros de tu apar­ta­mento entras en la esta­ción de Trin­dade y sacas un bono Andante 24 horas por 4,75 ó 7,65 euros para reco­rrer Oporto sin límite en uno de los metros más moder­nos del mundo: todo el casco his­tó­rico, Vila Nova de Gaia, las pla­yas de Foz de Douro o las parri­llas de Mato­sin­hos para comer sar­di­nas, por citar los pun­tos extre­mos, aero­puerto incluido.

Una suerte y una rareza, pien­sas, por­que eso mismo no puedo hacerlo ni en Oviedo ni en Gijón, en donde para pagar la zona azul nece­sito des­car­gar una apli­ca­ción dis­tinta, lo que con­lleva faci­li­tar tus datos –tar­jeta de cré­dito o de débito incluida– a otra apli­ca­ción, una más. En la nueva era de las nue­vas tec­no­lo­gías y la inte­li­gen­cia arti­fi­cial es incom­pren­si­ble que en una misma región nece­si­tes una apli­ca­ción dis­tinta para pagar algo tan sim­ple como una zona azul en ciu­da­des sepa­ra­das por treinta kiló­me­tros.

 

 

Pago de la zona azul en Avilés con una aplicación móvil. Foto: P. BREGÓN

 

Pero el pro­blema al final no es éste, el de tener que des­car­garte una apli­ca­ción más. Va mucho más allá. Lle­va­mos en esta región un mon­tón de años dán­dole vuel­tas al Área Metro­po­li­tana, a la ‘Ciu­dad Astur’, al ‘Ocho astu­riano’. Y de tan­tas vuel­tas que le damos siem­pre aca­ba­mos marea­dos, sin reco­no­cer al final el único hecho evi­dente: el gran fra­caso de nues­tra clase polí­tica, dedi­cada casi en exclu­siva a man­te­ner sus posi­cio­nes de pri­vi­le­gio frente a una mili­tan­cia y una ciu­da­da­nía en gene­ral a la que ya no se tiene en cuenta ni a la hora de guar­dar las for­mas. Las lis­tas a los con­gre­sos de los par­ti­dos –el de la FSA-PSOE sin ir más lejos, por ser el último– es un buen ejem­plo de ello.

Dicen los estu­dio­sos de las uni­ver­si­da­des más des­ta­ca­das del pla­neta que las redes socia­les van ya en claro retro­ceso por­que ese mundo irreal, en donde cada uno es el más guapo, lleva una vida feliz y está dis­puesto a demos­trar sus cua­li­da­des de ‘pre­mio­no­bel’ en las mate­rias que se le pon­gan por delante, no se sos­tiene. Ese día, una mayo­ría de los polí­ti­cos actua­les, subi­dos al pedes­tal de la medio­cri­dad que ellos mis­mos han creado con dis­cur­sos sim­plis­tas que fra­ca­sa­rían hasta en las aulas de EGB, entra­rán en depre­sión.

Hablar del área metro­po­li­tana desde Avi­lés, la ciu­dad más arrin­co­nada de esta región durante años y la que, curio­sa­mente, ha sido la que más ha apos­tado por ese pro­yecto de ‘ciu­dad astur’ que nos bene­fi­cie a todos, es un ejer­ci­cio sen­ci­llo. Sim­ple­mente por­que solo hay un papel que desem­pe­ñar: el del per­de­dor siem­pre y el de obser­va­dor de lo que pasa ‘ahí fuera’.

Cuando com­pe­tir como ‘Ciu­dad Astur’ sig­ni­fica –en pala­bras que copio de Fer­mín Rodrí­guez, cate­drá­tico y experto en la mate­ria– «plan­tear un área con gran­des obje­ti­vos que pri­mero se han hecho pro­pios, sin exclu­sio­nes», uno no tiene más reme­dio que son­reír, no por lo que dice el pro­fe­sor, sino por la cons­ta­ta­ción de la sen­ten­cia cal­de­ro­niana de que «los sue­ños, sue­ños son».

Y en Avi­lés la lista de agra­vios, olvi­dos, desai­res, des­plan­tes y nin­gu­neos es tan amplia que el espa­cio de esta columna se que­da­ría muy pequeño. Ronda Norte, sote­rra­miento, Escuela de Arte (acce­sos y segunda fase), incum­pli­miento fla­grante en FP, la cone­xión de la auto­vía del Can­tá­brico con la ciu­dad pen­diente desde hace lus­tros, rotonda de Bue­na­vista, depu­ra­dora de Maqua, sanea­miento de la Ría, tra­bas al Puerto, polí­ti­cas indus­tria­les a la con­tra, Con­ser­va­to­rio de Música…, des­pre­cio ins­ti­tu­cio­nal en gene­ral. A nues­tros polí­ti­cos les «cuesta» hablar y reco­no­cer las incues­tio­na­bles for­ta­le­zas de Avi­lés, en algu­nos casos lide­rando aspec­tos muy rele­van­tes de esta región.

Por eso, asis­tir en estos últi­mos días al último sai­nete de la nece­si­dad de afron­tar la reforma del Esta­tuto del Prin­ci­pado de Astu­rias (estos polí­ti­cos tie­nen la rara habi­li­dad de escu­char siem­pre el ‘cla­mor popu­lar’ donde la mayo­ría solo halla­mos el silen­cio) y ver que el énfa­sis se pone en el astu­riano –sin asomo de refe­rén­dum– y en refren­dar a Oviedo como capi­tal de Astu­rias, sólo puede pro­vo­car ¿pasmo, hila­ri­dad, enojo, har­tazgo?

El alcalde de Oviedo, el único cargo de esta región que sin ser polí­tico está jugando sus bazas con más habi­li­dad que nadie, ya lo ha dejado claro: «Si se empe­ñan en refren­dar que Oviedo es la capi­tal de Astu­rias (como si alguien lo hubiera puesto en duda alguna vez), eso nece­sita más dinero». Y sabe que se lo darán. (Oviedo se impuso a la con­se­jera de Cul­tura cuando ésta tuvo que rec­ti­fi­car en vein­ti­cua­tro horas su ‘his­to­ria’ del Camino de San­tiago en la Labo­ral. Desde enton­ces, parece que el Camino de San­tiago es una exclu­siva de Oviedo y se olvi­dan que en el camino de la costa Avi­lés y Soto de Luiña son gran­des refe­ren­tes, frente a otros recién lle­ga­dos).

Por todo esto, y muchas más cosas, uno llega a Oporto, a otro país, paga la zona azul con la apli­ca­ción que usa en Avi­lés, pero que no le sirve ni en Oviedo ni en Gijón, y no tiene por menos que son­reír sobre el área metro­po­li­tana. (Avi­lés-aero­puerto, 45 euros en taxi).

El gran Quino hizo que Mafalda nos lo acla­rara: «¿Y si antes de empe­zar lo que hay que hacer, empe­za­mos lo que ten­dría­mos que haber hecho?».

 

Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 26 de septiembre de 2021

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Sobre el autor

José María Urbano. Periodista. ExJefe de Redacción de La Voz de Avilés-El Comercio. Columnista de este periódico y director de AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología adscrito al Grupo El Comercio (Grupo Vocento). El relato de los hechos y los fundamentos de la opinión sólo pueden tener su base en el poder de los datos. En un mundo en el que imperan los clics, los shares, las notas teledirigidas, las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones huecas en busca de un titular, hay que reivindicar el periodismo hecho por profesionales. Política, economía, cultura, deportes... la vida en general, tienen cabida en este espacio que pretende ir más allá de la inmediatez, la ficción y el ruido que impera apoyado en las redes sociales. El periodismo es otra cosa.


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