El nuevo gobierno municipal debe exigir en Madrid y en el Principado el apoyo a los grandes proyectos de la ciudad
Este periódico ha desvelado en los últimos días las claves de algunos proyectos que afectan a la ciudad y a su comarca, que deberían ocupar los mayores esfuerzos del equipo de gobierno que acaba de constituirse. Avilés tiene la obligación en estos próximos cuatro años de centrarse en lo importante, una vez alcanzado un avance medible en numerosas cuestiones que sin duda van a seguir desarrollándose y creciendo.
Dos datos solamente. Uno, la capacidad del Ayuntamiento para captar fondos europeos que han permitido afrontar obras de mejora y diseño de proyectos que de otra forma nunca habrían podido salir del presupuesto municipal ordinario. Conseguir casi veinte millones de euros y aspirar ahora a otros catorce, provenientes de los Fondos Next Generation, habla por sí solo de un esfuerzo y un trabajo que no todas las ciudades, algunas con una mayor capacidad, han logrado.
Y en segundo lugar, por poner un solo ejemplo, sí conviene reflejar lo que ha sucedido con las obras que se han podido realizar con esos fondos, sobre todo en los barrios. Uno no deja de sorprenderse cuando escucha a algún político hablar de la necesidad de «intervenir» en los barrios o de su abandono. Ignoro si se hace por desconocimiento. Para hablar de los barrios, lo primero que hay que hacer es conocerlos. Y lo segundo, disfrutar de ellos, aunque uno viva en El Parche. Y solo así se descubrirá lo que se ha hecho en El Carbayedo, en Llaranes, en la calle del Carmen-Alto Vidriero, La Rocica, Versalles, que sigue en obras tras la inauguración de un espectacular parque dirigido a los pequeños, Santa Apolonia-Villalegre, La Luz, La Carriona… Por supuesto que faltará alguna zona en la que intervenir y que nunca estará todo al cien por cien, pero lo que es innegable es que Avilés y sus barrios se acercan y aspiran al perfecto estado de revista.
Por supuesto, no se habla aquí de descuidar toda la tarea que se viene realizando en cuestiones como el empleo, la ayuda a la innovación y al emprendimiento, educación, FP, cultura, turismo, apoyo al comercio y hostelería, deportes, festejos…, más todo lo relacionado con la Agenda2030, esa que la portavoz municipal de Vox y candidata al Senado, Arancha Martínez Riola, tacha de «cosas de gobiernos progres» y de «iluminados de la agenda 2030» (ver LA VOZ DE AVILES, 11 de julio, página 3). Sin duda, una curiosa forma de definir lo que ni ella ni su partido no ven ni parece que conozcan ni tengan interés en hacerlo. La Agenda 2030 fue aprobada por Naciones Unidas en 2015, con la firma de 193 países, marcando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que persiguen actuar en cosas tan «simples» y tan «livianas» -cosas de ‘progres’-, como la pobreza, el hambre, salud, educación, igualdad de género, agua y saneamiento, energía, trabajo decente, crecimiento económico, ciudades sostenibles, paz y prosperidad… Sólo eso.
Resaltando la importancia de todo lo anterior, los próximos cuatro años deberían estar marcados, a mi juicio, en conseguir o avanzar -desde luego nunca en dar pasos atrás o permitir más retrasos- en esos proyectos que reflejaba LA VOZ estos días. Y debería hacerlo el equipo de gobierno como un objetivo irrenunciable que tendrá que defender con uñas y dientes, como se suele decir, ante los gobiernos de Madrid y del Principado. Sin aceptar ni un solo retraso más, ni una disculpa más, ni mucho menos, una vuelta atrás para volver a empezar. Sólo así será capaz de atajar el escepticismo actual.
Lo de la Ronda Norte ha de ser sí o sí, simplemente porque es una obligación del Estado para dar solución a un puerto estatal, que increiblemente lleva años sin tener resueltas sus obligatorias conexiones, sin hablar de los remates exigibles de la A-8, entre otros el enlace de Buenavista y el acceso directo a un Hospital San Agustín, que es el epicentro de un Área Sanitaria III que alcanza a casi 150.000 personas. El Ayuntamiento de Avilés debe exigir -aquí ya no cabe otra palabra que no sea la de exigir- que el Estado actúe de una vez, obviando amenazas o litigios ajenos que son los que han paralizado esta obra desde hace treinta años.
Avilés tiene que sacar el tráfico pesado de la ciudad ya y poner en marcha esa conexión con el San Agustín. Tiene que completar la red de ferrocarril del puerto, clave para su conexión con la red nacional, lo que le hará ganar en competitividad y en una oferta mejor a las empresas actuales y a las de futuro. Tiene que avanzar en el proyecto del Ministerio de Transportes sobre la integración del ferrocarril, con la construcción de la nueva estación intermodal, ya diseñada, en el entorno de la plaza de los Oficios. Y por supuesto, aspirar a que el AVE llegue al centro de la ciudad.
Avilés tiene que poner en marcha a la carrera todo lo relacionado con la Isla de la Innovación, acelerando esos plazos infames e injustos de la burocracia administrativa para reformar el Plan de Urbanismo. Tiene que hacerse valer ante el Principado cada día del año como tercera ciudad de Asturias, la única que con un destacado número de población no mereció la visita oficial del presidente del Principado en cuatro años. Por ejemplo.
De lo que se trata es de plantear para este nuevo mandato el objetivo de alcanzar los proyectos importantes, los que sean capaces de ilusionar a toda una ciudad, sabiendo que más o menos el resto de cosas van a continuar saliendo adelante. Y hacerlo con el respaldo de toda una población a la que hay que ilusionar y convencer de que se necesita el apoyo de todo el mundo, hasta el individual, para plantearlo y reivindicarlo ante quien sea, no como un favor, sino como una inaplazable exigencia para la, muchas veces olvidada, tercera ciudad de Asturias.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 16 de julio de 2023