Bilbao pone ya en marcha dos proyectos similares a los que aspira Avilés con un presupuesto aprobado de 730 millones
Bilbao siempre ha sido un referente para Avilés desde que a mediados del siglo pasado esta ciudad pasó a convertirse en un referente industrial de primer orden con la llegada de la antigua Ensidesa. Los hornos altos actuaron como nexo de unión entre dos territorios marcados por la actividad siderúrgica, con las mismas ventajas del crecimiento, el empleo y la prosperidad y con parecidos problemas medioambientales y los derivados de ese mismo incremento de población. Años más tarde, los planes de reconversión hicieron que sus dos grandes compañías, Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa, se fusionaran en CSI Corporación Siderúrgica y sucesivamente en Aceralia, Arcelor y en la ArcelorMittal actual.
Las dos ciudades tuvieron también sus planes de reconversión en los ochenta-noventa, con desigual resultado, y afrontaron entre otras obras de envergadura la recuperación de sus respectivas rías. Más tarde, Bilbao se convertiría en el referente mundial con un Guggenheim que actuó como el icono que todo el mundo ha perseguido como símbolo de modernidad y de cambio disruptivo.
Y ahora, la capital vasca nos vuelve a mostrar un proyecto que también nos sirve en Avilés como posible modelo, aunque, como en tantos otros aspectos, será difícil que aquí se pueda lograr, simplemente por una cuestión económica, la misma que marca la enorme diferencia entre las dos ciudades y las dos comunidades, entre otros muchos aspectos.
Cuando aquí se ha vuelto a generar el enésimo debate sobre la Ronda Norte y las posibles soluciones a una reivindicación que lleva años planteada, en Bilbao nos hablan ya de proyectos concretos que tienen las dos claves de cualquier actuación de este tipo: presupuesto y plazos. Octavio Igea dio cuenta el pasado día once en El Correo (Grupo Vocento, al que también pertenece este periódico) del túnel subfluvial que unirá Getxo y Portugalete para mejorar la comunicación entre ambas márgenes de la ría. La Diputación Foral de Vizcaya reserva ya para sus presupuestos de 2024 la primera partida de 25 millones de euros para la puesta en marcha de una obra que se espera concluir en 2028. Han pasado cinco años de estudios y trabajos previos, que ya han supuesto un desembolso de diez millones de euros. El coste final de la obra será de 450 millones, cincuenta más de los previstos inicialmente por las actualizaciones.
La longitud de ese subfluvial será de 3,3 kilómetros y 200 metros del futuro túnel quedarán sumergidos en el lecho de la ría, a 40 metros de profundidad. El objetivo será el de absorber entre 50.000 y 55.000 de los 150.000 automóviles que pasan por esa zona no sólo para el Bilbao metropolitano, sino para el enlace con la AP-68, la autopista Bilbao-Zaragoza. Además, incorporará una línea de metro automatizada, sin conductor, que unirá Las Arenas y Sestao en cuatro minutos. A efectos prácticos, los trece kilómetros que separan ahora a Santurzi de Leioa quedarán reducidos a cuatro.
El BEI (Banco Europeo de Inversiones) aprobó ya este mes un préstamo de 200 millones de euros a la Diputación Foral, a coste cero, a devolver en los próximos años. El análisis del BEI para concederlo se basó en tres condiciones que cumple el proyecto, en base sobre todo a los Acuerdos de París de 2015: un proyecto ‘resiliente’, al figurar como una alternativa al colapso circulatorio actual; una mejoría de la seguridad vial; y un proyecto ‘verde’, que contribuye a reducir las emisiones de efecto invernadero.
Los planes de movilidad de Bilbao -podríamos cambiar su nombre por el de Avilés y pensaríamos que estamos hablando de esta ciudad- no solo se quedan con ese subfluvial que atraviesa la ría, sino que afronta otra obra colosal llamada a cambiar aún más su fisonomía. Hablamos del super túnel para llevar el tren de alta velocidad al centro de la capital, a una estación soterrada en Abando. Se trata de una intervención de seis kilómetros de longitud, con un coste de 280 millones de euros -solo la obra civil ascenderá a 226,5 millones-, prevista para 2033. La actuación libera 70.000 metros cuadrados de playa de rías para parques y viviendas. En este caso, el dinero ya figura en los Presupuestos Generales del Estado.
Se suele decir que los sueños que se hacen realidad solo son los que se persiguen, aunque los haya que a simple vista parezcan imposibles de alcanzar. No hace falta desarrollar ninguna teoría extraña. Bilbao-Avilés. Euskadi-Asturias. Y en el horizonte, aún cuando los proyectos de Avilés para la Ronda Norte, ría y soterramiento de vías podrían ‘cuadrar’ en las tres condiciones que el proyecto del subfluvial de Bilbao ha cumplido a ojos del BEI, conviene recordar que el uno de enero próximo la UE regresa a la política fiscal y a las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento al que están sometidos todos los países miembros tras quedar suspendidas desde 2020 para ayudar a los gastos excepcionales originados por la pandemia de la covid, un programa que alcanzó los 1,35 billones de euros.
En fin, no está mal soñar si uno tiene los pies bien asentados en el suelo, no aspira a ser quien no es y es consciente de que tan importante como la meta final es aprovechar el camino recorrido.
Alberto Santos, jefe de la sección de Local de este periódico, desveló este jueves -hablando de túneles bajo la ría- los desperfectos encontrados en el sistema de saneamiento que afectan a los colectores que cruzan el estuario hasta la estación depuradora de Maqua. Resumen: 635.595 euros para ‘solucionar’ los problemas detectados, que se unen a las deficiencias de la estación depuradora. Conclusión: la obra más importante del siglo XX de esta ciudad está rodeada de chapuzas técnicas -¿dónde están los técnicos responsables?- y administrativas.
En los sueños parece que también hay categorías. Mientras otros vuelan hacia el futuro…
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 26 de noviembre de 2023