Avilés puede exhibir su potencial en el sector de Defensa si se inicia la ‘subasta asturiana’ para la inversión de Escribano
Para lo bueno y para lo malo somos así, qué le vamos a hacer. Nuestra idiosincrasia como región está determinada por las ideas, comportamientos y costumbres que nos son propias, pero en muchas ocasiones están marcadas por consignas políticas, por centros de poder o por el stablishment que controlan determinadas élites, que a veces van en dirección contraria a lo que marca la racionalidad y una cierta coherencia. En una comunidad en la que existen, según denuncian ellos mismos, ayuntamientos de primera y de segunda dependiendo de la adscripción política y del poder que desplieguen esas élites económicas y sociales, parece un ejercicio baldío apelar al sentido común como única forma, no ya de avanzar, sino de no ver frenadas nuestras expectativas.
El de defensa es en este momento un sector en auge, entre otras cosas porque desgraciadamente el mundo está en guerra. Crudo, pero real. Un mercado mundial de 120.000 millones de euros al año. Y en el caso de Asturias se ha convertido de un tiempo a esta parte en esa especie de salvavidas llamado a llenar y a potenciar huecos en una industria en declive, aquí como en toda Europa. Su capacidad tractora en los planos industrial y de innovación son innegables, por eso ha sido suficiente el anuncio de que el Grupo Escribano, su sociedad E4 Defense Systems, ha instalado en La Curtidora de Avilés su centro de I+D+i y anuncie su disposición a abrir un centro industrial, para que en Asturias se haya iniciado ya ese proceso de ‘subasta’ habitual, a ver quién se queda con la pieza. Lo de menos es dar coherencia a la región que tiene que salir fuera para competir en la atracción de inversiones. Y debería hacerlo como un todo, sumando las fortalezas del conjunto del territorio y de esa área metropolitana a la que apela el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres, que sí sabe de lo que habla.
Escribano forma parte de la empresa estatal Indra, vinculada a proyectos de defensa en el consorcio Tess Defense (Indra, Santa Bárbara y Sapa), con presencia clara en la fabricación en Trubia. La lógica nos indicaría que es ahí, en Trubia, en donde sería normal montar la nueva planta de fabricación que anuncia este grupo. El Ayuntamiento de Oviedo busca un emplazamiento de doscientos mil metros cuadrados para ponerlos a su disposición y cuenta con el apoyo unánime de toda la Corporación.
Hasta ahí lo que parece normal. Pero claro, esto es Asturias: Gijón lo quiere, Siero también, faltaría más, y Avilés, sin que se haya pronunciado oficialmente, mantiene la esperanza, bastante lógica, de que la elección del centro de I+D+i del grupo en La Curtidora ‘ayude’ a tomar una decisión sobre su emplazamiento fabril.
No quisiera uno caer en la contradicción de defender lo que critica, pero para que no quede la duda sobre las bases en las que podría sostenerse la candidatura de Avilés para poder aspirar a esa inversión, creo que es necesario analizar algunas de las potencialidades que posee y no desde ayer precisamente. Y tampoco desde un punto de vista más ‘filosófico’, también ganador: una ciudad industrial, con numerosas multinacionales, un puerto, un parque tecnológico, terrenos de primer nivel, y además una cultura y un talento industrial que se viene heredando de generación en generación.
Si hablamos de defensa se puede ir a lo concreto. En Avilés se encuentran ArcelorMittal e Idonial. El primero, con uno de los centros de I+D+i de referencia mundial; el segundo, un centro tecnológico de los materiales que cada día amplía más su cartera de pedidos dentro y fuera de España. ArcelorMittal hace tiempo que genera desde Avilés sinergias claras en ese sector, y aunque sus compromisos de confidencialidad impiden concretar sus proyectos, se sabe, por citar los últimos de su ya larga trayectoria, que una sociedad suya como The Next Pangea, con sede en La Granda, se ha encargado del mantenimiento de los cazas F-18 del Ejército español. O que otra filial avilesina, ArcelorMittal Powders, salga al mercado con polvos de acero para la fabricación aditiva orientada a sectores como el aeroespacial o el de defensa para la fabricación de piezas y repuestos para equipos militares, de una forma rápida y sencilla incluso en situaciones de conflicto.
Si nos referimos a Idonial, su primer proyecto para ese sector fue el realizado para la Agencia Europea de Defensa, un contenedor aerotransportable que contiene maquinaria de impresión 3D para poder realizar piezas de manera autónoma en cualquier lugar. En esa misma línea se sitúa el Proyecto QUIRUR 3D, desarrollo del sistema de fabricación aditiva transportable y biblioteca digital para la impresión 3D del Instrumental quirúrgico, del Ministerio de Defensa para el Hospital Militar Gómez Ulla. O ahora mismo, un proyecto de la convocatoria COINCIDENTE del Ministerio de Defensa con otros socios para el desarrollo de dispositivos portátiles (espectrómetro) para la detección de radiación mediante sensórica y tecnología española con aleaciones avanzadas para la elaboración de electrodos basados en capas metálicas y semiconductoras, trabajando en su fabricabilidad, encapsulado y protección.
Si hablamos de empresas, de fabricantes, no hay que olvidar que el Grupo Daniel Alonso, a través de Danima –establecida en el PEPA–, se dedica como ingeniería al diseño y desarrollo para la fabricación de equipos para Defensa, Medio Ambiente y Obra Pública. Desde 1985 sigue fabricando vehículos especiales de transporte para el Ejército español.
El Grupo Escribano tomará libremente la decisión de su inversión industrial, pero si alguno se empeña en el ‘clásico subasteo asturiano’, que sepa que Avilés, en Defensa, tiene mucho que ofrecer.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 15 de diciembre de 2024