Cuarenta años perdidos, sin una alternativa para la energía, son el reflejo de una Asturias proclive al lamento
Hace más de cuarenta años, uno aporreaba una Olivetti en la redacción del periódico para escribir crónicas de fútbol principalmente y lo de Lada-Velilla ya era más que un soniquete, lo invadía todo en esta región. Cuarenta años, 40 millones de euros de presupuesto y 90 torres y cimentaciones después, dan paso a otros seis millones de euros para desmantelar algo que no existió: una línea de alta tensión de 40 kilovoltios (Kv) que fue aprobada en 1999 para evacuar los excedentes energéticos de las centrales térmicas fuera de Asturias. Un proyecto que fue contestado desde el principio por considerar que los 52,32 kilómetros que discurrían por Asturias, camino de León y Palencia, invadían zonas de alto valor ecológico y paisajístico. Al final se impuso el criterio de las plataformas que surgieron para oponerse al proyecto. Era una elección y se tomó esta.
2025. Los desafíos planteados por la transición justa, la descarbonización exprés impulsada desde el Gobierno, con el aplauso de los grandes conglomerados empresariales de la energía, el cierre de las centrales térmicas sin contrapartidas para las zonas afectadas, los proyectos que siguen en el limbo de la ‘tramitación administrativa’–algunos en su fase inicial– provocan que Asturias sea una isla energética.
Proyectos para la instalación de parques de baterías, unos setenta en Asturias. Oposición vecinal y de los grupos ambientalistas y ecologistas, a la que se añade la de algunos ayuntamientos. A la espera de que el Principado apruebe la tramitación oficial, entre año y medio y dos años. No hay prisa.
Eólica marina flotante. No en Asturias. El único proyecto en estudio que se planteó en su día fue rechazado por la posible afectación al sector pesquero y, todo hay que decirlo, por la falta de una apuesta privada auténtica. En Asturias no, pero en el País Vasco sí: a dos millas de la costa vasca entró en funcionamiento el proyecto DemoSATH, desarrollado por Saitec, con el grupo alemán RWE y el japonés Kepco como socios colaboradores. Conviene recordar también que el primer parque eólico marino flotante de Europa comenzó a montarse en 2019. Fue en Viana do Castelo y, qué casualidad, su tercera plataforma fue construida en Avilés por Windar Renovables. En resumen, en Asturias no. Otra elección.
Podríamos seguir el relato con más ejemplos de cómo en esta región se han adoptado decisiones y no se han planteado alternativas ante lo que se avecinaba, dejando pasar el tiempo, a ver si los problemas se resuelven solos. Asombra comprobar la falta de previsión en numerosos aspectos, aun sabiendo los posible efectos negativos que inexorablemente iban a llegar: industria, demografía, FP dual, falta de mano de obra cualificada en todo el tejido empresarial, impactos en el comercio de ciudad…
Es directamente un insulto a la inteligencia que el nuevo Ejecutivo de la Comisión Europea proclame ahora que se dispone a defender la industria, cuando ha sido incapaz durante todos estos años de materializar un ajuste en frontera para los productos siderúrgicos de terceros países como China, Turquía o Rusia, después de haberse escrito cientos de páginas sobre el problema que se estaba planteando y que amenazaba con deslocalizaciones en caso de no poner remedio urgente. ¿Trump firma cuarenta decretos en un día y entran en vigor al día siguiente y en la UE el ajuste en frontera todavía entrará en vigor en 2026, eso si no sale adelante la ‘brillante’ idea del Partido Popular Europeo (PP en España, en Asturias y hasta en Avilés) de plantear dos años más de ‘prórroga’ «para que no haya errores en la redacción de la disposición»? ¡¿Cómo no nos van a comer Estados Unidos, China, Asia-Pacífico o India?!
Bien, pues empieza el desmantelamiento de la inexistente Lada-Velilla. ¿Y la alternativa? Nombres que responden a proyectos de subestaciones: Cardoso, Reboria, Pinzales, Soto, Tabiella… Según Red Eléctrica, todas en tramitación. ¿Fechas? Ninguna.
Y ahora vienen los efectos. Le pedimos a ArcelorMittal que invierta, que afronte el DRI o la acería eléctrica de Avilés. Y la pregunta sale sola: ¿dónde se va a ‘enchufar’ ArcelorMittal para obtener el incremento de la potencia de la energía eléctrica que necesita, una vez que el suflé del hidrógeno verde –alimentado por la propia multinacional, tampoco conviene olvidarlo– se ha desinflado ‘sine die’? Ya hay consecuencias medibles: Asturiana de Zinc, por ejemplo, una empresa clave en esta región, tuvo que renunciar por ese motivo a ampliar la producción, aprovechando su nueva línea de electrolisis en la que invirtió nada menos que 100 millones de euros.
Y ahora llega la guinda. Años después de hablar de esta tormenta perfecta que asuela la industria y la siderurgia, que viene anunciando la posibilidad real de que las multinacionales abandonen la Unión Europea, la compañía de los Mittal plantea llevarse a la India los servicios administrativos.
Nada nuevo que vaya a inventarse ahora, lo hacen todas las multinacionales y en algunos casos Asturias ha sido favorecida, sin ir más lejos con DuPont, que aquí nos mostró cuál es el modelo, cuando hace treinta años contrató los servicios de CSC para centralizar en las instalaciones de Tamón las finanzas y recursos humanos, y más tarde los servicios de información. CSC comenzó en una oficina prefabricada con diez empleados. Hoy, con el nombre de DXC, cuenta con más de mil. Su trabajo para DuPont es ahora casi residual, pero durante todo este tiempo fue capaz de ganarse la confianza de otras multinacionales a las que se atiende desde Avilés los 365 días del año con una plantilla con más de treinta nacionalidades distintas y que se maneja a diario en más de diez idiomas.
Durante todos estos años de esta tormenta perfecta industrial, que al final nos va a dejar sin cientos de empleos, ¿nadie fue capaz de plantear a ArcelorMittal que centralizara aquí esos servicios para toda Europa al menos y convertir Asturias en su centro de operaciones administrativo? Esa deslocalización no se explica por una cuestión de diferencia salarial con la India. La realidad: nadie en Asturias llamó a la puerta de Arcelor. Tenemos en Avilés el centro de referencia mundial en muchos campos de I+D+i de ArcelorMittal. ¿Por qué no el centro de servicios? Ni se intentó, esa es la realidad.
Lada-Velilla, cuarenta años perdidos y hoy sin una alternativa. Lo malo es que en esta región parece que padecemos el ‘síndrome Lada-Velilla’ en algunas cuestiones, ese que nos lleva a tomar decisiones sin analizar las consecuencias y sin alternativas, mostrando además nuestra incapacidad para proponer ideas nuevas que se salgan de ese carril por el que circulamos tan cómodos, hasta que la realidad nos estalla en la cara y nos lleva al lamento y a la depresión.
Publicado en El Comercio-La Voz de Avilés el 16 de febrero de 2025