Una jornada de AsturiasInnova+ y una donación a la biblioteca de Busto como vías de colaboración desde Avilés
Hace tan solo doce años se inauguró el último tramo del Occidente asturiano de la autovía del Cantábrico, los últimos 9,4 kilómetros entre Otur y Villapedre. Vía libre para que muchos ciudadanos, incluidos los de Asturias, descubrieran esa parte del paraíso natural que hasta entonces el ‘camino de diligencias’ que suponía transitar por la Nacional 634 –por carretera o por ferrocarril de vía estrecha, en este último caso nada ha cambiado– había impedido conocer. Todo lo contrario de la parte oriental, con la misma carretera nacional mucho más ‘sencilla’, que supo aprovechar su cercanía a Cantabria y al País Vasco.
Desde 2013 hasta el día de hoy se puede decir que Avilés, como puerta del Occidente costero, no ha conseguido, ni lo ha intentado, establecer una relación estrecha que permitiera simplemente un mutuo conocimiento territorial que seguramente hubiera generado sinergias y alianzas estratégicas beneficiosas para todos. El puerto de Avilés, su Autoridad Portuaria, es el principal eslabón que une toda la costa occidental como responsable del espacio comprendido entre el Cabo de Peñas y la ría del Eo, marcado por sus faros: Tapia, Ortigueira, Luarca, Busto. Oviñana, Cudillero, San Esteban y San Juan.
Avilés, a una hora en coche de Castropol, no ha interiorizado su posible papel aglutinador de una costa que lo ofrece todo: el mundo rural, industrial, agroalimentario, turístico, forestal… Con Avilés como un referente territorial como cabecera de comarca que debería poner al servicio de toda la zona sus múltiples posibilidades, empezando por el puerto, sus empresas industriales, centros tecnológicos, el aeropuerto, la cultura y un amplio abanico de cuestiones por descubrir.
Un solo ejemplo. El Camino de Santiago por la costa es en sí mismo algo revolucionario por la influencia que ha tenido para aumentar en los últimos años su capacidad para la creación de nuevos negocios de hostelería y de servicios. Pues bien, Avilés fue en su día, mucho antes de que se descubriera el interés actual por esa misma ruta costera e incluso por el camino primitivo que ahora se vende como el gran reclamo del turismo de Asturias, una ciudad adelantada gracias a la dedicación y al esfuerzo de personas que creyeron en ello, como fue el recordado José María Clero y su insistencia. Y con un albergue de peregrinos que en julio cumplirá 28 años de su apertura.
¿Por qué Avilés no podría hoy promover una colaboración de todas las localidades implicadas en ese camino de la costa para ponerlo en valor y situarlo a la altura del trazado «que empieza en Ribadeo, otro mundo», como coinciden en señalar todos los peregrinos?
Dos ejemplos más. El próximo día 27, martes, se va a celebrar una jornada –un desayuno de trabajo– en el Hotel Palacio de Avilés, organizada por AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología de LA VOZ DE AVILÉS-EL COMERCIO, bajo el título «Energía renovable y desarrollo global: Avilés-Occidente como enclave estratégico». Se trata de poner en valor una de las grandes fortalezas que ha conseguido aflorar Avilés en torno al nuevo mundo de las energías renovables y la descarbonización, con compañías multinacionales de primer nivel mundial asentadas aquí, que van a seguir siendo protagonistas del futuro en sectores como el eólico, solar, hidrógeno, oil&gas y hasta el nuclear, según las últimas disposiciones de la Unión Europea.
Y AsturiasInnova+ ha querido que en esa jornada tenga un papel preponderante toda la cadena de valor de ese nuevo mundo, en el que destacan centros tecnológicos como Idonial, compañías de mantenimiento como el Grupo TAM y un astillero como Gondán, que desde su emplazamiento en Figueras-Castropol acaba de celebrar su cien aniversario, convertido en un referente mundial en el mundo offshore, construyendo «los barcos más avanzados del mundo». Avilés-Occidente, una vez más, un territorio propicio para compartir espacios y proyectos de futuro para el interés general.
Segundo ejemplo, más personal, sin duda de menor trascendencia que el anterior, pero que igualmente marca un camino de colaboración y acercamiento que debería explorarse. Hace unos meses, en una feliz coincidencia de vacaciones en Tenerife con un matrimonio de Busto, Valentín López y María José García, conocí la Biblioteca Eduardo Pérez de la Fanosa de esa pequeña localidad perteneciente al concejo de Valdés, parroquia de Canero. Una historia relevante ligada a las escuelas abiertas en el año 1901 y que hoy albergan la biblioteca y las aulas puestas a disposición de toda la población para un buen número de actividades que merecieron el respaldo de uno de los programas de la Unión Europea. La biblioteca, puesta en marcha en 2021 gracias al compromiso de Eva Pérez Alonso –bibliotecaria en El Fontán de Oviedo durante años–, Gema Pérez García, Ana Belén Pérez, Lucía García y Joaquina Pérez Alonso, cuenta hoy con 6.500 volúmenes, casi todos ellos fruto de donaciones particulares.
Desde el jueves tengo el honor de formar parte de su catálogo con los cuatro libros que he publicado hasta el día de hoy: ‘Avilés, una comarca ante el 2000’ (Azucel), ‘La Larga Marcha de la siderurgia’ (Edicom), ‘Dame buenas noticias’ (Nieva) y ‘Daniel Alonso. El líder que nació empresario’ (Nieva).
En suma, el anuncio de una gran jornada industrial, económica, de innovación, y una aportación modesta que sirve para estrechar lazos y abrir caminos hacia ese objetivo que debería explorarse de profundizar en ese eje Avilés-Occidente que al final solo podría reportar beneficios para todos.
(En la imagen, Eva Pérez Alonso, a la izquierda, y Gema Pérez, el jueves en la biblioteca de Busto. Foto: J. M. URBANO)
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 18 de mayo de 2025