Los IES de La Magdalena e Isla de la Deva nos muestran con sendos actos que los riesgos del futuro tendrán respuesta siempre mientras haya docentes entusiastas.
El pasado lunes, al final de la conferencia ‘Inteligencia artificial, robotización. Bienvenidos al presente’, que expuse en el espacio cultural de La Serrana, se abrió un interesante debate sobre algunas cuestiones que preocupan o suscitan interrogantes cuando se habla de principios éticos en la investigación, privacidad y hasta el mal uso de las nuevas tecnologías. Y expuse que, para mí, la clave para resolver dudas y problemas siempre sería la de la educación, la que nos permitirá mantener el espíritu crítico y la que mantendrá viva nuestra inquietud y nuestra curiosidad. Y lógicamente para todo ello necesitaremos siempre del relevante papel que juega en nuestra sociedad el maestro. Hubo un asentimiento general del auditorio que había escuchado la exposición que había hecho.
Y a mí, personalmente, no me pareció un mal cierre para una conferencia que habló de ese mundo nuevo en el que ya somos todos protagonistas. Es más, creo que fue oportuno y justo reivindicar la importancia del maestro, de los enseñantes en general, verdaderos héroes de una sociedad cuyo progreso sigue estando en sus manos. En el caso de nuestro país, profesionales en tantas ocasiones maltratados por esa infinidad de leyes orgánicas de Educación que han venido padeciendo en los últimos años, y maltratados también cuando una sociedad egoísta, individualista y deshumanizada ha ido quitándoles la autoridad moral que siempre tuvieron ante el educando y ante la propia sociedad.
Hay pocos documentos que definan mejor la importancia del maestro que la carta que dirigió Albert Camus tras recibir el Premio Nobel de Literatura en 1957 a su maestro de primaria Germain. Merece la pena releerla.
«Querido señor Germain: Esperé a que se apagara un poco el ruido de todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser un alumno agradecido. Un abrazo con todas mis fuerzas, representados los de toda la ciudad».
Emocionante, sin duda.
Pasaron solo cuarenta y ocho horas de la conferencia cuando tuve la oportunidad de comprobar que esta sociedad, a pesar de todos los pesares, tiene futuro porque siempre habrá maestros, profesores, que sigan demostrando su vocación y su objetivo de orientar a sus alumnos para toda la vida, en esa tarea de gigantes de enseñar y formar.
El miércoles tenía la oportunidad de acudir al estreno en el teatro Palacio Valdés de la obra ‘Pedro o el coraje’, en un acto más de los que integran el programa diseñado con motivo del ‘V Centenario Pedro Menéndez’. Se trata de una obra producida por la Asociación Cultural La Serrana, que dirige Armando Arias, y cuya idea, dramaturgia y coordinación artística corrió a cargo de Carmen Gallo, productora y directora de Factoría Norte, y Paloma Rodríguez, que es profesora del Departamento de Lengua y Literatura del IES de La Magdalena y la responsable del grupo de teatro formado por los alumnos de ese centro, que fue el que la puso en escena. Una pieza llena de sensibilidad –en lo que cooperó la música de los integrantes de la Orquesta Céltica– y que ofreció una visión original del marino avilesino, la de la óptica femenina a través de su madre, esposa e hijas. Es de agradecer un esfuerzo de esta naturaleza por destacar el papel de la mujer en todos los órdenes, máxime en un país como el nuestro, en el que asistimos en los últimos tiempos a discursos y espectáculos políticos por parte de la extrema derecha sencillamente deleznables y que es preciso denunciar de forma continua.
Los alumnos del IES de La Magdalena fueron los grandes protagonistas de la obra, no sólo por el esfuerzo que se dejó entrever sobre el escenario –al fin y al cabo atesoran ya numerosas experiencias, como la de su participación en las Jornadas del Teatro Escolar de Avilés, entre otras–, sino porque en ese momento nos estaban trasmitiendo a todos los objetivos y los valores de esa disciplina implantada en su instituto: integración, solidaridad, trabajo en común, respeto por los demás sin distinción de edades, sexo o nacionalidad. Todo eso quedó dibujado sobre el escenario del Palacio Valdés, recibiendo aplauso unánime de quienes reconocimos el esfuerzo de cada uno de los protagonistas de esta historia, pero sobre todo el valor de un profesorado que una vez más ponía de manifiesto su compromiso con la sociedad, mucho más allá de sus obligaciones horarias y profesionales.
El día antes, el martes, el IES Isla de la Deva de Piedras Blancas, dirigido por un entusiasta y dinámico equipo de profesores que lidera Ignacio Sánchez, acogía un acto de divulgación a cargo de HRA Pharma Iberia, un laboratorio que ese día estuvo en Asturias con diversas iniciativas para hablar de cuestiones como los embarazos no deseados, encuesta sobre abortos o la píldora del día después definida como una «segunda oportunidad». La directora general del laboratorio en España y su jefe médico, Inés Correira y Guillermo Sellers, respectivamente, mantuvieron también ese día reuniones con periodistas especializados en la materia y con farmacéuticos asturianos para presentar su novedoso producto, el ‘ellaOne’.
A través de Iván Rotella y Ana Fernández, responsable del Centro de Atención Sexual de Avilés y fundadora de la Asociación Asturiana para la Educación Sexual, ‘Astursex’, respectivamente –personas relevantes en todo lo relativo a la educación sexual–, se hizo posible el contacto con el IES Isla de la Deva, en donde aceptaron de buen grado una sesión divulgativa como la que se planteaba teniendo en cuenta que el centro tiene el grado superior de FP de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico y el de Laboratorio Clínico y Biomédico. La experiencia fue un éxito, con cerca de noventa alumnos interesados en conocer detalles de una serie de cuestiones que consideran vitales por su edad, como alguno de ellos puso de manifiesto al concluir la exposición. Una vez más, el IES Isla de la Deva, su equipo directivo, su profesorado, demostraban que saben lo que quieren para la mejor educación de sus alumnos, como sucede con sus experiencias en los proyectos europeos Erasmus o Comenius, o como miembro de las escuelas asociadas a la Unesco.
Todo ello nos lleva a concluir que no hay que tener miedo al futuro, pese a los riesgos, mientras estén ahí los maestros.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 1 de diciembre de 2019