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José María Urbano

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Espacios únicos

Avilés y Gozón deben poner en valor el extraordinario enclave de la ría hasta el faro de San Juan y la playa de Xagó.

El confinamiento perimetral de Avilés impuesto por las autoridades regionales y asumido por las locales con beatífica resignación, sin tener en cuenta las especiales características de la comarca de Avilés, ha servido al menos para que cientos, a lo mejor miles, de personas hayan descubierto un espacio poco conocido en su conjunto. Me refiero a la amplia zona de San Balandrán, Zeluán, Llodero, Maqua, San Juan de Nieva, El Arañón y zona del Faro de San Juan, entorno que conecta además con la playa de Xagó.

Ridículamente repartidos entre los concejos de Avilés y Gozón –cuestión de un par de metros o un par de curvas de carretera en algunos casos–, nos encontramos con un espacio que merecería la pena explorar y ver todas las posibilidades que ofrece, tanto desde el punto de vista económico, pero sobre todo el dedicado al disfrute de las personas. Sin descartar –es más, habría que potenciarlo–, que se convirtiera en una atracción turística.

Vayamos a los datos. El jueves pasado, Alberto Santos detallaba en este periódico el proyecto del Principado para adecuar la carretera que va desde la rotonda de La Palmera hasta la salida de la cantera de El Estrellín, en dirección a Verdicio-Cabo de Peñas. Y también desde San Juan de Nieva a Las Aceñas, bordeando la playa de Xagó hasta la altura del final del Polígono de Maqua. Estupendo. Ya era hora.

El asunto debería estar en el aprovechamiento de una zona hoy semi abandonada, pero que tiene un enorme potencial. Para empezar, alguien debería ilustrar a la Administración regional, es decir, al Principado, de qué estamos hablando, en tanto titular de la carretera que va hasta el faro de San Juan.

La vía que nace en la rotonda de La Palmera da servicio, a izquierda y derecha, a la ampliación del PEPA, área portuaria, área logística, cantera de El Estrellín, desvío hacia Peñas, fábrica de Alcoa, hoy Alu Ibérica, desvío hacia la playa de San Balandrán y Llodero, desvío hacia Laviana, Zeluán, entrada al polígono de Maqua, depuradora de Maqua, Astilleros Ría de Avilés, pueblo de San Juan, paseo marítimo que recorre la ría hasta el área recreativa del Arañón, playa y Faro de San Juan.

Salida de un buque por la bocana de la ría de Avilés. Foto: J. M. Urbano

Es decir, esta no es una carretera más. Esta es una vía con múltiples carencias, fruto de un abandono histórico, que soporta un tráfico espectacular: puerto, el correspondiente a Alu Ibérica y al Polígono de Maqua, el de las canteras, y, pásmense, el de cien camiones diarios procedentes de Asturiana de Zinc cargados de jarofix para depositarlo en la ladera de los terrenos dejados por las canteras –al menos hasta ahora–, más otros cien que desde hace unas semanas envía Cogersa hasta la depuradora de Maqua con aguas residuales, como consecuencia de las carencias de su conexión al colector industrial de la ría de Avilés. ¿Cuatrocientos camiones diarios ida y vuelta por esta carretera estrecha, llena de curvas y ‘comida’ materialmente por la maleza, el riesgo de argayos, deslizamientos de tierra y caída de ramas a la calzada? Por cierto: ¿ante esto dónde están los conservacionistas, tan preocupados, con razón, de los cormoranes?

Ya solo con este panorama, los ayuntamientos de Avilés y Gozón deberían acudir a la puerta del Principado de forma urgente para indicar que éste no es un proyecto más que añadir a la nota de prensa rutinaria sobre la inversión en carreteras y caminos, así, en general, que queda muy aparente, aunque los problemas como el expuesto queden diluidos en la actuación general que se vende adecuadamente aplicando elementales técnicas de márketing, si bien siempre habrá alguien que rasque un poco y descubra cosas como ésta. Esa sería la primera parte de una actuación que no admite ni retrasos ni racanería presupuestaria.

Vayamos a la segunda. La Corporación avilesina y supongo que también la de Gozón en la parte que le corresponde, deberían hacer un esfuerzo –podrían ahorrarse parte de las ocho horas de un Pleno, como el último en Avilés, que se podría haber zanjado en media hora en vista del orden del día– y ponerse a pensar si no estamos desaprovechando a nivel regional, comarcal y local un espacio extraordinario para el disfrute de todos los ciudadanos, pero también como reclamo turístico.

El pueblo de San Juan cuenta ya con un equipamiento museístico de primer nivel, albergando el Espacio Portus, centro de interpretación del Puerto de Avilés, cuyo solo relato histórico es una auténtica maravilla, como se pudo comprobar en la primera exposición realizada en el Centro Niemeyer. Pues bien, dentro de poco, este espacio –que seguramente se va a quedar pequeño– se va a convertir en un museo único en el mundo, al albergar el estudio y la interpretación de un ecosistema submarino único en el planeta: el Cañón de Avilés.

¿Aparte de la mejora de esa carretera, no se podría empezar a pensar en facilitar el acceso a ese museo con algún aparcamiento cercano, en vista de que el pueblo de San Juan no tiene capacidad física para ello? Estaría bien empezar los estudios de forma inmediata si es que se cree de verdad en lo que se va a ofrecer a nivel mundial.

Hay más. ¿Por qué no se mejora el área recreativa del Arañón y esa misma playa? Que esté prohibido el baño no significa que no sea un lugar concurrido, ayudado, lo mismo que todo el paseo entre el pueblo de San Juan y este enclave, por unas aguas cada vez más limpias y cristalinas. Aunque vendría bien extremar la limpieza. ¿Por qué el faro de San Juan está cerrado a cal y canto, privando a los visitantes de una atalaya privilegiada, única, de la entrada de la ría de Avilés? ¿Por qué no se arregla el acceso a su entorno lateral, que entronca con una senda costera que nos lleva a la playa de Xagó? ¿Por qué no se limpia y se señaliza esa senda?

Tenemos unos espacios envidiables, únicos en algún caso, empezando por la propia ría. Es hora de que los responsables políticos los conozcan y los pongan en valor.

 

Nota. Una vez publicado este artículo, recibo varias llamadas y mensajes coincidiendo en dos cosas. Este espacio debería llevar además una senda peatonal y un carril bici. Y también avisos de denuncia de la suciedad dejada fundamentalmente en el área de San Balandrán estos días. Suciedad de la que yo mismo doy fe y que habla de la falta de respeto de algunos individuos no sólo por el espacio y la naturaleza, sino por las personas con las que conviven. Hecha la norma, en vista de que hay algunos que determinadas cosas no les entra en la cabeza, aplíquese con todo el rigor el poder sancionador, única forma de que algunos entiendan lo que es el respeto hacia los demás, como estamos viendo estos meses con determinadas actitudes ante la pandemia sanitaria.

 

Publicado y editado los días 29 y 30 de noviembre en La Voz de Avilés-El Comercio.

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Sobre el autor

José María Urbano. Periodista. ExJefe de Redacción de La Voz de Avilés-El Comercio. Columnista de este periódico y director de AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología adscrito al Grupo El Comercio (Grupo Vocento). El relato de los hechos y los fundamentos de la opinión sólo pueden tener su base en el poder de los datos. En un mundo en el que imperan los clics, los shares, las notas teledirigidas, las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones huecas en busca de un titular, hay que reivindicar el periodismo hecho por profesionales. Política, economía, cultura, deportes... la vida en general, tienen cabida en este espacio que pretende ir más allá de la inmediatez, la ficción y el ruido que impera apoyado en las redes sociales. El periodismo es otra cosa.


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